miércoles, 28 de julio de 2021

 28 de julio de 2021. Miércoles.
CORTESÍA AFECTUOSA

Director, dirigiendo la coral, al amanecer. T. de la Horadada. F: FotVi

-Miro y veo a los árboles de color miel, les da, amelado –como hecho por abejas –, el sol de la mañana. Sol que se mete entre las ramas y zurea con las palomas. Los árboles, aunque siempre en su sitio, son libres: crecen hacia lo alto, sin llegar a tocar el cielo, pero enredándose en las nubes. Su libertad los lleva, no a caminar, sino a subir, escalan sin detenerse; cada año, en sus troncos, un anillo más de libertad. Son ascensión vegetal, que da sombra. Sin embargo, la libertad en el ser humano, no sólo consiste en crecer hacia arriba, sino también en derredor, donde se hallan el prójimo y la naturaleza. Si amas al prójimo y respetas la naturaleza, creces hacia arriba, despegas de la tierra y tocas la trascendencia, y, por qué no, vislumbras e intuyes a Dios, en el amor. El triángulo piramidal de la vida: prójimo, naturaleza, y Dios; Dios en lo más alto, donde todo es Luz y Libertad. Me seduce pensar que, al final, seremos examinados de amor: de aquello que es esencial en Dios. «Dios es amor», dice San Juan. Una definición plena, con destellos que escapan hacia el ser humano y lo visten de ternura, de amabilidad, de deferencia, de cortesía afectuosa. Definición que suprime la máscara del odio, Diario, y deja libre la bondad de la mirada, las manos en actitud de ofrenda, el corazón iluminado por la claridad de la misericordia: o el amén de la cordialidad (11:38:15).

martes, 27 de julio de 2021

27 de julio de 2021. Martes.
HA PODIDO LA POESÍA

Tras la lluvia, una pluma en el agua. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Ayer, un cuchillo de lluvia airada, cortaba la tarde. El viento de levante la inclinaba como se inclina un trigal. Eran las 14 horas, y los árboles vibraban con el agua que se les venía encima. Pero, a los 10 minutos, los árboles quedaron y la lluvia se fue. En el comedor –donde nos quitamos las mascarillas para comer, no faltaría más–, respiramos el frescor que subía del jardín. Olía a tierra mojada, como si todo fuera recién estrenado. Todo, creación reinaugurada. Luego cantó el mirlo, empezó el zureo de las palomas, y, seguidamente, el hermoso chirrido de los gorriones. La vida continuaba, con la pequeña tragedia de la política del día a día en España –según cierta prensa: «Sánchez, el guapo, conquista Norteamérica», vomitivo– y el rumor trepidante de los Juegos de Tokio, que nos han proporcionado una nueva medalla –plata– en K1, canal de Kasai. El nombre de la ganadora Maialen Chourraut, con casco y sonrisa, y llegada feliz. Y una dedicatoria: «Para ti, Ane», su hija, desde tan lejos, desde tan cerca: el amor todo lo hace inmediación, no hay distancias. Desde el instante en que amas, todo es centro, emocionado punto de perspectiva, bella recopilación de sentimientos. A veces, la prensa te da, como un café de mañana, la alegría de una frase que reconforta. Eva Amaral, cantante y compositora de rock –celebrada ella–, ha dicho: «Me refugio en los pájaros porque la humanidad lleva una deriva de la que yo me quiero bajar». Esta mañana, Diario, las palabras, en boca de esta mujer, se han hecho bosque, vuelo, verdad. Nos han redimido un poco de nuestras adversidades, ha podido la poesía (12:58:15).

lunes, 26 de julio de 2021

26 de julio de 2021. Lunes.
LOS ABUELOS DE JESÚS

Ana, la abuela de Jesús, enseñando a María. Las Palmas. F: FotVi

-San Joaquín y Santa Ana, los abuelos de Jesús. Qué cercano es Jesús de Nazaret. Él, como yo, tenía abuelos, que, cogiéndolo de la mano, lo llevarían a la sinagoga y a la fuente, y al bazar. Y, con los abuelos, aprendería palabras, y a leer el Libro de la Ley, y a respetar al prójimo y la naturaleza. Los abuelos son el primer catón, el primer libro abierto que leen los niños: si es buen libro, aprenden el bien, si malo, se inician en el mal. Los abuelos son la sabiduría vivida, no sólo aprendida. Saben y hablan de lo que la vida les ha enseñado, quizá también los libros, y conversan sin causar cansancio, dejando que el niño sea niño, y haciéndose ellos como niños. No son profesores, solo son mayores que, al fin, han llegado a ser como niños. La célebre frase del evangelio «hacerse como niños», Jesús la aprendería, sin duda, de sus abuelos. El abuelo, para enseñar al niño, deja de ser mayor y se hace asombro que mira y manos que juegan, y, mientras mira y juega, enseña. Decía Victor Hugo que hay padres que no aman a sus hijos; pero que no hay abuelo que no adore a sus nietos. El abuelo es el sabio que hace trastadas con el nieto, para decirle lo que no hay que hacer. El abuelo juega con el nieto a que el nieto sea sabio, y, a veces, lo consigue. Sería hermoso saber, Diario, qué aprendió Jesús de sus abuelos Joaquín y Ana; en Nazaret, se lo pregunté a una fuente y, cuando me lo iba a decir, me llamaron para la comida y no lo pude oír; quizá la próxima vez (12:27:25).

domingo, 25 de julio de 2021

 

25 de julio de 2021. Domingo.
DAR UN ABRAZO

Claustro Catedral Santiago, antes del abrazo. S. Compostela. F: FotVi

-Hoy, día de Santiago Apóstol, oigo los pasos y el golpe del bordón de los peregrinos que caminan hacia el Campo de Estrellas. Les guía la fe y la esperanza de un abrazo –el del amor– a la imagen del Santo. Abrazar es amar, es hacer un nudo de vidas y sentimientos, unir brazos y poner rostro con rostro, aliento con aliento, dejar que la alegría de vivir se instale en la existencia del otro. Abrazar es componer un libro donde había muchas páginas sueltas, que se unen en una señal de afecto. El abrazo es el cosido del libro de amor, el lomo que lo hace libro, que lo eterniza. Siento mi abrazo, porque sé que me están abrazando. Lo que doy, me lo restituyen al instante, como el beso o la mano con la que saludo. Como las miradas con lenguaje, las que dicen tanto. El abrazo sincero, como el mar, te envuelve sin atarte, se deslía de ti cuando quieres, y es refrescante, y cautiva. Es como la libertad, te ata mientras te suelta; el abrazo no usa candados, solo cariño, que, como las alas del ave, se abre cuando hay que volar. Dos que se abrazan hacen uno que ama. Como dice un proverbio: «Un día alguien te abrazará tan fuerte que todas tus piezas rotas se pegarán». Peregrinar para dar un abrazo, Diario, y que, en Santiago Apóstol, cicatricen las heridas y haya reconciliación con el prójimo y con Dios, y ría la misericordia (12:50:31).

sábado, 24 de julio de 2021

24 de julio de 2021. Sábado.
LOS JUEGOS RÍEN

Adriana Cerezo, 17años, sonrisa con medalla. Juegos. Tokio. F: Prensa

-Desde su techo de barro, el cielo nos llueve calor. Como si arrojara brasas encendidas. 41º nos anuncian los meteorólogos de las isobaras y los colores fucsia, o el color airado. Es un calvario sin cruz. Han empezado los Juegos Olímpicos con velocidad de crucero. Como en una película de Charlot, corren más los atletas que la película. Ayer muchas banderas y selfis, y risas y saltitos, y la belleza de los ojos sobre las mascarillas. El blanco de los ojos de los atletas de color brillaba con más vivacidad, más vibración, que el de los otros participantes. Los ojos dicen la paz, la ira, la tristeza, el gozo, son el alma que mira. Son la expresión licuada del sentimiento. Los ojos de Mireia Belmonte decían que su corazón era una sonrisa. No obstante el coronavirus, los Juegos ríen en sus atletas. Aunque la pobreza llore en los suburbios del mundo, sin embargo, en los atletas –bastantes de ellos, supervivientes de esos suburbios–, ríe y, mientras ríe, olvida las lágrimas. En Grecia, durante los Juegos, se hacía tregua: cesaban las guerras. Las guerras traían más guerras; los Juegos, por el contrario, traían la paz. En los Juegos, Eirene, la diosa de la paz, vencía, sin armas, a Ares, el dios siempre furioso de la guerra. Cuando el ser humano se hace niño y juega, se olvidan las batallas y nacen las sonrisas, que, como la paz, son un don de Dios, que regala a los de corazón puro y necesitados de una mano que los ayude a caminar. Dios está en lo débil, Diario, para hacerlo fuerte, nos revela San Pablo (11:50:16).

viernes, 23 de julio de 2021

23 de julio de 2021. Viernes.
JUEGOS OLÍMPICOS

Pebetero olímpico, llama de esperanza. Tokio. F: ABC

-El sol se esconde tras un cielo encenizado, como hecho de polvo ocre de desierto. Según los meteorólogos hoy nos espera un día muy caluroso. Encenderemos la ducha, y apagaremos a Sánchez, el presidente. La electricidad se ha puesto muy cara, y el indigente no puede pagarla. Dicen que Sánchez, en su viaje de placer por Norteamérica –iluminado él, pero sin luz que dar–, ha dicho que cumple todo lo que promete. (Yo me río, me mojo el dedo, paso página y continúo deshojando el día). Cumple todo lo que promete, pero a la contra: siempre cumple lo contrario de lo que dice. Si dice amén, en realidad está diciendo que por él no pasará este cáliz. Eso, sí; siempre cumple lo que es peor que su contrario. Si dice paz, te está anunciando guerra. Si dice pan, está hablando de miseria. Apago a Sánchez, y enciendo la luz de Dios, que alumbra y no se paga. Como decía Asías del trigo y del aceite, es gratis. Hoy dan comienzo los Juegos Olímpicos, en los que el ser humano lucha por tocar la utopía, el más allá, hacerse con la corona de gloria. Todos se fijarán en el ganador, yo también; pero sin olvidar al perdedor, que asimismo habrá luchado por llegar y ha llegado, sin recibir premio, pero iluminado –elocuente – en su esfuerzo. Todo el que llega, aunque sea sin la gloria del ganador, ha triunfado. «¿No sabéis que en las carreras del estadio todos corren, mas uno solo recibe el premio? Corred de manera que lo consigáis», dice San Pablo. En unos juegos, Diario, todo el que interviene gana en dignidad y esfuerzo, en disciplina y lucha por la perfección, se acerca más a sí mismo, es más libre, con libertad interior. Vuela (12:11:05).

jueves, 22 de julio de 2021



22
de julio de 2021. Jueves.
EN SAN PEDRO DEL PINATAR, ME DETUVE, Y TOQUÉ EL SILENCIO

Presentación "Me detuve, y toqué el silencio". San Pedro del Pinatar. F.: Luis

-Volver a San Pedro del Pinatar es como entrar en el mar, refresca. Te sumerges, contienes el aliento, y sales moteado de gotas que mitigan el calor y la nostalgia. Ayer tarde, volví a San Pedro con un nuevo libro: dos años de trabajo bajo el brazo. Dos años de tachaduras, de luces, de parpadeos, de apagones, dos años de lucha por el poema. Hasta que lo ves alumbrado, reluciendo. Es un trabajo minucioso, de orfebre, hasta la finalización de la rama –el verso– que conforma el esplendor del árbol. Es un acontecimiento de belleza, de estética, que hay que labrar palabra a palabra, silencio a silencio, como el que piensa rosas con espinas. En la soledad creativa, se vislumbra el chispazo, la estrella que titila en las palabras, y que hay que sacar, con pinzas de relojero, del diccionario, e instalarlas en el poema. Ayer, en San Pedro, viví el momento dulce de oír en otra voz la bondad de la mordedura del poema. Presentó, como siempre, feliz y generosamente, Francisco Illán Vivas, cantó las virtudes del autor Carmen María López, recitó María José Navarro, y concluyó, leyendo un poema dedicado a su madre, el autor, que, tras los aplausos, se detuvo y escuchó el silencio. En su interior, donde, a veces, Diario, suena el otro Silencio, místico e insistente, sacramental, de Dios, sólo a veces (13:10:02).

miércoles, 21 de julio de 2021

21 de julio de 2021. Miércoles.
DIALOGAR CON LOS SILENCIOS, EN SAN PEDRO DEL PINATAR


-Hoy, en San Pedro del Pinatar, a las 8:30 horas, plantaré –abundoso árbol– un nuevo libro. Me voy a detener en el Palacio Museo Barón de Benifayó y en él intentaré tocar el silencio. Los silencios de las cosas que –«como oigo / el reposo del árbol en sus raíces, / o el de la nieve / cuando arde de blanco / sobre las cosas»– hablan. En la escritura hablan los silencios, y las comas, y los puntos. En un libro todo es lenguaje, e interrogación. Los silencios hablan y preguntan, y, a veces, contestan. Dialogar con los silencios: lo suele hacer el místico y, en las pausas de la lectura, y, con la ilusión de escucharlos, el que lee. Jorge Luis Borges insinuó: «No hables, a menos que puedas mejorar el silencio». Esta tarde, en San Pedro del Pinatar, Diario, intentaremos escuchar –y sentir, y tocar– el silencio (11:13:14).

martes, 20 de julio de 2021

20 de julio de 2021. Martes.
LA GRAN SINFONÍA

El cielo cantaba así Laudes, en Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Esta mañana (7:30 h.), rezaba yo en Laudes: «Para ti es mi música, Señor»; y seguía: «Voy a cantar la bondad y la justicia». El camino perfecto. O la música de Dios. La bondad –clemencia, ternura, humanidad, misericordia, sensibilidad, prójimo…– es la nota que mejor cabe en el pentagrama afectivo de Dios. Despertarme con este cantar en mi boca, es llenarme la boca de Dios, decir todos los nombres –melodía divina– de Dios. Dios acumula en sí todos los nombres surgidos de la palabra amor. Dios, desde el amor, encarnado en su palabra (su sabiduría), hizo la luz y, con la luz, le dio color y belleza a las cosas, y creando el agua, acabó su gran sinfonía. Decía Eurípides, dramaturgo griego: «En la bondad hay toda clase de sabiduría». También la de la justicia. La justicia es la sabiduría de quien construye la equidad. En la sociedad. Lo que se hace desde el amor, siempre es equilibrado y justo, allana la montaña y eleva el hoyo, lo hundido: pone paz y armonía entre las cosas. Empezar el día con esta música –la de la bondad y la justicia– en tus rezos, es colocar a Dios como director de esa orquesta, en la que el amor es la tonalidad dominante, el solo de violín que logra el momento más íntimo y apacible del concierto, el titilar y temblor de la pieza, su aliento. En el rezo de la mañana, Diario, sereno mi alma y la preparo para la aventura del día: así me alumbro el camino. Dios, batuta del concierto, me guía (12:10:25).

lunes, 19 de julio de 2021

19 de julio de 2021. Domingo.
ROCA INTERMINABLE
 
Ayer, junto al mar, en Torre de la Horadada. F: FotVi

-Ayer, junto al mar, componía estos versos: «Sin ternura, no existe la justicia; / la justicia es el himno del amor». Sentí que el mar escribía conmigo. En mi derredor, sonaba el romperse de las olas en el acantilado. Al romperse, se multiplicaban, como cuando partes el pan. Sólo quedaba la espuma, ululante, sobre el agua herida, como ojos que –bucólicos– miran todo. Me acompañaba mi sobrina Paqui, en Torre de la Horadada. Cada vez que contemplo el mar, la emoción me da en los ojos en forma de asombro. Me ocurre lo que a aquel niño del que cuenta Eduardo Galeano, en su Libro de los Abrazos, que, al ver el mar por vez primera: «temblando, tartamudeando, pidió a su padre: “¡Ayúdame a mirar!”». El mar aturde por su inmensidad, sin fronteras, su exceso. Pero también por su menudencia: por las infinitas, incontables gotas de agua que lo conforman. Me conmueve más la gota de agua –minúscula, miniatura, instante de luz fluyendo–, que lo llena, que su inmensidad desplegada, torrencial, extensa. «Lo que sabemos es la gota de agua; lo que ignoramos es el océano», dejó dicho Isaac Newton, físico, matemático y teólogo. La gota de agua es alegoría de la vida, que se va haciendo instante a instante, gota a gota, hasta llenar el océano final de su existencia. Como diría alguien, estamos cautivos de una gota de agua. Sin esa gota de agua, Diario, seríamos un desierto en pavorosa penumbra, partículas de arena en vez de gotas de océano, una roca interminable, sin la tilde del conocimiento que hace florecer el páramo, el ser humano, y dar –a veces– con los Silencios de Dios, que –según los místicos– se escuchan sólo en el otro silencio, siempre orante, de la contemplación (13:11:57).

viernes, 16 de julio de 2021

 16 de julio de 2021. Viernes.
CARMEN, VIÑA DE DIOS

Virgen del Carmen, iniciando la Romería. San Pedro del Pinatar. F Googel 

-Digo Carmen y estoy diciendo Karm-el, o Al-Karem: «Jardín, o viña de Dios». En hebreo. Hablo de Nuestra Señora del Carmen. En el libro del Génesis se dice que Adán y Eva, tras haber mordido la fruta del árbol prohibido, «oyeron al Señor Dios que se paseaba en el huerto, al fresco del día». Es la vena poética, y quizá profética, del autor del libro. Tal vez el autor pensó en el Jesús –Verbo del Padre– encarnado en el vientre de María o en el que anduvo sobre las aguas del lago Genesaret. Dios haciendo verdad –en el vientre de una mujer y en un lago de Galilea– la poesía de las Escrituras. Dios alienta, inspira esa Escritura. Dios pasea, con apariencia de sencillez, por la Escritura. Y la embellece. Este año, uno más, se suspende la romería de la Virgen del Carmen de San Pedro del Pinatar a Lo Pagán. O la otra poesía hecha aclamación en el ser creyente. Dios –líricamente hablando– no podrá pasear, con la Virgen, por las almas, entusiastas y marineras, de barca y remo, de los romeros. Se acallarán lo vivas y las plegarias, enmudecerán las flores y los pasos del peregrino, pero aclamarán, Diario, la fe y la esperanza, himnos vivos y clamorosos del silencio, por los que pasea Dios, regalando, con la eucaristía de su cercanía, su bondad (12:11:25). 

jueves, 15 de julio de 2021

15 de julio de 2021. Jueves.
CAMPO DE ESTRELLAS

Romper cadenas, libertad. Tallín, Estonia. F: FotVi

-Abro el libro de mi vida y lo veo un poco más usado, más ajado. Más contemplativo. La cierro en la noche y lo abro al amanecer. Entre el ocaso del sol y su salida, pongo el sueño como guarda página, para no perderme. Por la mañana, abro el libro, me santiguo e inicio la tarea –a veces triste, pero siempre hermosa– de vivir. Escribir páginas nuevas en un libro viejo, siempre es, aparte de complicado, alentador. Es como dejar salir palomas de los dedos, palomas nuevas para dedos viejos. En todo libro que leo suelo dejar notas, que hablan de mi estado de ánimo, o del significado de palabras que desconozco, o de la trama que recorre el libro como el zigzag de un relámpago. Nunca digo este libro es malo; a lo sumo digo me gusta o no lo he entendido. Hace poco leí El retorno de la Espada, de Francisco Javier Illán Vivas, un prodigio de imaginación y fantasía. Me divertí, aunque me metió en miedos. Antes de que sea vencida la demoniaca Lilith, hija del mal, son muchos los que caen. Pero final feliz. Ahora he vuelto a los Cuentos completos de Alejo Carpentier. Los acontecimientos de Cuba, me han traído a él, cubano de La Habana. Su estilo es prodigioso y único, minucioso, como un retablo barroco, bellísimo. Ando con el titulado El camino de Santiago. El camino, metáfora de la vida, Diario, que concluye en el Campo de las Estrellas, donde se hallan el descanso y la felicidad; y –experiencia– la risa de Dios (13:31:39).

miércoles, 14 de julio de 2021

14 de julio de 2021. Miércoles.
LA BOCA GRAPADA

Primera Librería de Portugal, Livraria Lello, Oporto. F: FotVi 

-Me aterra suponer –terror del ave caída en la red del cazador– que llegara el día en el que no pudiera decir lo que pienso. Decir palabras libres, no hirientes, ni ofensivas, ni obscenas, solo libres. No dejar decir lo que uno piensa es ponerle esposas al alma, alambradas con pinchos al espíritu libre que nace con cada ser humano llegado al mundo. Imagínenme con las manos libres y la boca grapada. No sería libertad. La libertad de las manos nace allá, en lo más íntimo del ser, donde se forman las palabras, que luego, como perlas saliendo de la ostra, danzan y lucen en la boca. Las palabras son el brote– ardiente a veces, a veces lírico– en el que se expresan los sentimientos. Las palabras, desde la antigüedad más remota, dicen, describen, cuentan la historia, embellecen las estelas, los incunables –del latín incunabulae, «en la cuna» –, los libros, que forman, como en Alejandría, las bibliotecas, donde se posan, como polvo ilustrado, los silencios. En las bibliotecas se toca el silencio, con el que hablan, si sabes escuchar, los libros. En Cuba la libertad de expresión está cercenada, no hay lengua que pueda hablar sin cadenas –comunismo–, y las gentes han salido a la calle, sin miedos, a decirlo. Cuando se pierde el miedo, la lengua, Diario, habla e impulsa a las manos y éstas al grito, que pide pan y medicamentos, y libertad. Dejó dicho, con fino humor, Perich: «Gracias a la libertad de expresión hoy ya es posible decir que un gobernante es inútil sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco» (12:12:35).

martes, 13 de julio de 2021

13 de julio de 2021. Martes.
ASES EN LA MANGA

¿Este verano en Madrid? F: Prensa

-Un nuevo día, con 11º menos de temperatura que ayer. Nos da un respiro el termómetro, el que manda en las isobaras y guía los vientos y las lluvias según los tiempos y circunstancias. Él dice, y los meteorólogos hablan. Llenan su verborrea de tecnicismos coloreados y garabatos. Las isobaras son líneas que se hinchan en un sitio y adelgazan en otro, hasta que traen el buen tiempo o la lluvia, y la borrasca. Ah, y la nieve, la que viste el paisaje con velo de novia y de belleza con frío. Es decir, viste el paisaje de trasparencias y sedas blancas. La meteorología –comenta la prensa– anuncia una ola de frío este verano. ¿Dará paso a algún copo de nieve? Quizá. En manos de Sánchez, ¿sería posible? Él rompe la baraja y se guarda los ases en la manga. Es un totalitario al estilo de Lenin, que destruyó a sus más fieles seguidores para consolidar su poder. Ahí están los aún humeantes despojos –tendones, pensamientos, ideario– de Ábalos, o de Iván Redondo, o de Carmen Calvo, para vestir de verdad y contenido esta afirmación. Contradiciendo a Ortega, Sánchez podría decir: «Yo soy yo, sin circunstancia alguna que me detenga.» Sin embargo, yo no lo creo con tanto poder y decisión, para hacer posible que nieve en verano. No es Dios ni el Ángel del verano, es, Diario, un simple manipulador, con ases en la manga, que juega fuerte y a veces gana, hasta que definitivamente pierda: llegará (12:43:58).

lunes, 12 de julio de 2021

 12 de julio de 2021. Lunes.
EL ESPEJO

Mirándose en el espejo del agua, Ordesa. Huesca. F: ABC

-La maquinaria meteorológica nos anuncia para hoy 46º a la sombra. He constatado que los libros empiezan a abanicarse en la estantería. A las 8 horas, 26º; el cielo como de ceniza, encapotado. Sangra calima. Los árboles están quietos, expectantes. Solo alguna paloma mueve las ramas de las casuarinas, los árboles que se elevan, inmensos –recital de altura–, frente a mi balcón. Una mosca, en el cristal de la ventana, se limpia el sudor. Acicalándose las alas con las patas. ¿O es que, debido al calor, veo visiones? Sin embargo, me inclino y acepto el calor. «Mientras sienta el calor –me digo–, sigo vivo». Y vivir, en paz, redimiéndome en las personas y cosas que amo, es lo que cuenta. La vida es un privilegio que agradezco a cada instante a Dios. Cada instante es un latido, y muchos instantes y muchos latidos hacen que siga la vida. Desde hace un tiempo –mucho–, no me irrito. Me desagradaría verme irritado en un espejo. Una vez me irrité y me miré al espejo: me escupió vinagre. Amargaba terriblemente, hasta hacerme llorar. Desde entonces, cuando voy a irritarme, antes me miro largamente en el espejo, y, tras la mirada, la irritación acaba por disiparse; el espejo, Diario, es un sabio que siempre instruye: siempre dice la verdad, sin eufemismos ni juegos de palabras, y lo que dice por la mañana, lo dice –tal cual– por la tarde, sin variaciones interesadas (12:01:30).

domingo, 11 de julio de 2021

11 de julio de 2021. Domingo.
CALMA BRUMOSA

Enredada en el árbol, la luna. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Una calma brumosa, entolda el amanecer. Pero el sol, con su daga de luz, va rompiendo el cerco y aparece solemne y encendido, señoreando el día. Aunque más tarde, dé un paso atrás y se deje ocultar de nuevo. Hoy nos despertamos con una demolición de gobierno. Sánchez culpa a todo el mundo y él queda libre de pecado. Ha ensombrecido todo y él queda como «deshacedor de entuertos.» De redentor, pasa a ser Pilato que manda a la cruz a los suyos. Tú por esto y tú por lo otro, todos al calvario. Sin flagelo, pero crucificados. No como Jesús de Nazaret, que muere por amor a los suyos; en este caso, los suyos dan su vida política –no la hacienda– por él. Él destruye, pero aparece como el gran constructor. Un mal constructor, sin cálculos y sin proyecto, solo con un relato de falso éxito y mentiras cuantiosas, como renacuajos en un charco. Leo: «Curiosamente los votantes no se sienten responsables de los fracasos del gobierno que han votado.» (Alberto Moravia, escritor y periodista italiano). Los votantes, a veces, somos ciegos, o miopes, o daltónicos: no vemos los desmanes de los políticos a los que regalamos nuestro voto. Nos ciega la ideología, o algo peor, el odio. El día sigue entoldado, como hecho de leche de coco. El calor desborda el termómetro, y escapa del bulbo reflejante, como el ratón de la trampa, e impregna el aire, y lo hace efluvio irrespirable, que solo en el agua es llevadero, o si Dios, Diario, nos echa una mano, como a los israelitas en el desierto  (13:19:49).

sábado, 10 de julio de 2021

10 de julio de 2021. Sábado.
RISA TRISTÍSIMA

Belleza de las ruinas, Cafarnaúm. Galilea. Israel. F: FotVi 

-Sol de mermelada de melocotón, esta mañana. Frente a mí, en el Hospital Reina Sofía, los vencejos van y vienen, alimentado a sus crías. Con vuelos de acrobacia: inventan la geometría. Yo, que no tengo el don del vuelo, caí ayer cual largo soy al otro lado del altar de la iglesia de Santa Eulalia. Un escalón mal puesto o una mirada distraída, y me precipité al vacío. Mientras volteaba, volando, creí ser esta la última vez que lo hacía. El templo todavía olía a incienso, a bendición. (Unos momentos antes, habíamos despedido el féretro de Gloria, la hija de María. Todavía había aerosoles de lágrimas en el ambiente). Cuando me vine a dar cuenta, unos samaritanos brazos me ayudaban a incorporarme. Con ojos de asombro, me preguntaban: «¿Se ha hecho algo?» Y yo, con una risa tristísima de vejez humillada, y palpándome el cuerpo, dije: «Creo que nada». Luego, elevando el mentón y con paso firme de general mutilado, salí a la puerta, Diario, y respiré aire de plaza, espeso y veraniego, y vuelo de pájaros huidizos. Con la puerta abierta, un taxi –José Luis García y Juan Cortés dentro– esperaba, monté y partimos hacia el reposo: Casa Sacerdotal (11:40:54).

viernes, 9 de julio de 2021

9 de julio de 2021. Viernes.
LÁGRIMAS DE MADRE

Para Gloria, desde el jardín de la Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Un día más. Una moneda más que Dios pone en mi mano para que, como en la parábola de los talentos, la utilice bien y logre que dé fruto. Habrá, pues, más vuelos por las letras, por la oración, por lo sueños. Se poblará el cielo –mi cielo– de palomas, que irán diciendo libertad, paz, armonía, belleza, pan, partición, luz, piedad, amor. Antes decía, un día menos; ahora digo –con la ilusión de algo que se abre: flor en el almendro– un día más. Hoy, en la iglesia de Santa Eulalia, en Murcia, he asistido a la misa de despedida de la hija de María Olivares –sirvienta en la Casa Sacerdotal–, muerta en accidente de tráfico. Sólo tenía 41 años. Su nombre, Gloria. Una desgracia, que, sin embargo, dulcifica la fe. La fe, que mueve montañas, hace que el llanto se convierta en esperanza, y el dolor, en cruz y resurrección. En vida. Las lágrimas de María me han conmovido. El llanto de una madre, Diario, siempre duele en los ojos del que lo contempla: es un modo de acompañar en el sentimiento, llorando con el que llora. Así se cumple lo dicho por San Pablo: «Gozaos con los que se gozan y llorad con los que lloran». Lágrimas de madre: amor –cielo– en los ojos (13:30:38).

jueves, 8 de julio de 2021

8 de julio de 2021. Jueves.
UN PULPO DE FUEGO

Tal día como hoy, en París, 2006. F: FotVi

-Sigue el calor como si un pulpo de fuego nos hubiera atrapado entre sus patas y brazos. Una caricia fatal. El calor –color ámbar– me asfixia. ¡Ay! ¡Una ducha! Pero me contengo. No hay agua para todos. Con una hoja de periódico me abanico. Y da resultado. Vuelvo a don Francisco de Quevedo: Historia de la Vida del Buscón. Me divierte leer sus idas y venidas, sus lances y desmanes graciosos, desenfadados, sus patrañas ideadas para, sirviendo a su señor Don Diego Coronel, poder así vivir y sobrevivir, e ir tirando por el grueso y difícil camino de la vida. De Quevedo dice la contracubierta del libro del Buscón, que «era un español típico, barroco, osado, valiente, que se ríe hasta de la misma muerte.» Te puedes reír de la muerte, si aún vives, si aún alientas palabras y besos, si aún cantas; pero si has muerto, la muerte, con el vacío pavoroso de su boca, se reirá de ti. ¿Serán risas de ultratumba, cavernosas, con murciélagos enguachados a los dientes del esqueleto? Sin embargo, no veo yo así a la muerte. La veo liberadora y mística, durmiente, senda clara hacia otra vida. Yo, ante la muerte, Diario, diría con Leopoldo Panero: «Dejad la muerte conmigo; / la muerte rota en el alma. / Dejad volar mi alegría. / Dejad que vuele. Dejadla.» Sin tragedia, sin himnos oscuros, con el gozo de quien encuentra la perla y el tesoro escondidos, de quien se halla en disposición de gustar, por fin, la Trascendencia, al Dios benigno (12:22:16).

miércoles, 7 de julio de 2021

7 de julio de 2021. Miércoles.
JUGANDO A AMAR

Jugando a irse, el sol. Murcia. F: FotVi

-Me encantan los niños, porque no tienen protocolo, ni liturgia, ni rito: todo lo hacen jugando. Hasta el hecho de amar a sus padres o a Dios. Juegan a amar. Y es un juego maravilloso. Para ellos, el amor es alguien que les besa y protege, y que les pone la chupeta en la boca y los duerme. Y con el que se santiguan al ir a dormir. En el amor, se sienten protegidos. ¿Han visto alguna vez a un niño comerse un tomate? Esta mañana estaba yo triste, no sé la razón –tal vez el calor–, y he salido a la calle y, al volver una esquina, me he encontrado con un niño de ojos vivos, grandes, unos cinco años, dando mordiscos a un tomate. El deleite del mordisco le salía por las comisuras, llenas de pepitas y rojo, y le humedecía parte del rostro. Mordía con el afán del niño que juega a las canicas, y el jugo le caía por todas partes, como un manantial dulzón y turbio. Recuerdo haber leído –Don Bosco– que para poder ejercer una influencia benéfica entre los niños, es indispensable participar de sus alegrías. ¿Y qué más alegría que sus juegos? ¿En los que se pierden y se encuentran siempre risueños? William Blake, poeta, dejó dicho: «La sabiduría habita en la inocencia, jamás en la ignorancia». La inocencia, Diario, la verdad más limpia y bella de la vida, como un manantial de montaña que corre y canta, que habla al paisaje (11:49:16).