jueves, 26 de mayo de 2022

26 de mayo de 2022. Jueves.
RECITARÉ POEMAS

Portada del libro, obra de Manolo Cuadrado. F: FotVi

-Mañana marcho a Madrid. El sábado presento mi nuevo libro Palabras y alas en el aire, una amplia antología de mis alientos, de mis versos. Decir palabras es soplar y, en vez de apagar, encender velas, alumbrar vida en aquellas cosas que se dicen. Si digo manantial suena la música del agua en la palabra; si amor o Dios, me estoy adentrando en el misterio de la vida y del Más Allá, donde la esperanza se hace realidad y fruto, acontecimiento divino. Y como el que da agua a beber en el desierto de la vida, recitaré poemas. Y buscaré no el aplauso, sino la reflexión y la mirada hacia dentro, el hacer ver cómo la palabra –la simple palabra, esa burbuja de aire que se esfuma nada más dicha– puede divertir y ser fuente de meditación. O la fuerza del poema, que, aunque sea viento, es viento reflexivo, que queda para siempre en el libro o en la memoria, y que, si le ayuda el valor, suele vencer al tiempo. Faltaré unos días, Diario. No creas que me olvido de ti, simplemente no podré entrar en internet, lugar de nuestros encuentros amistosos y entrañables. Cuando vuelva –y si Dios quiere–, te contaré todo sin dejarme letra que te pueda interesar; te lo prometo. Hasta pronto, amigos, un abrazo… virtual (11:38:59).

miércoles, 25 de mayo de 2022

25 de mayo de 2022. Miércoles.
NO REPETIRME, NI CANSAR

Recopilando palabras, con mimo. Casa Sacerdotal. Murcia.

-Hoy miércoles, cuando ya el barco de mayo se vence hacia la popa, me pongo a hacer recuento de todo lo que he escrito, o casi; de lo que soy, por tanto. Uno se muestra más en lo que escribe que en lo que dice, y aún más de como se ve en el espejo, o lo ven los demás. Mirarse en el espejo es decirse a sí mismo lo que uno es, pero en una sola dimensión, y plana; el escribir, sin embargo, es decirse uno, y, aun con miriñaque o disimulos, en tres dimensiones: te ves de proa y de popa, de babor y de estribor, y aun el cabello revuelto por el viento. Es decir, el escritor, cuando escribe, se retrata de cuerpo entero, pero no sólo por fuera, sino especialmente por dentro: abre las naves abovedadas y murmurantes de su alma y las deja decirse en el escrito; al que escribe sin decir nada de sí mismo no le salen ni Drácula (¿qué me dices, Bram Stoker?) o Frankenstein (¿no es así, señora Mary Shelley?). Shelley, como poeta, decía la fontana de su alma; Mary, su señora y novelista, decía en su obra Frankenstein los claustros de sus miedos, recorridos por espectros góticos, otra dimensión del alma. Pues, ordenando mis libros, mis artículos, mis ensayos, etc. (no muchos, como ya he dejado escrito, y todo «por no repetirme, ni cansar, ni cansarme»), estoy poniendo mi vida en orden. Cada libro que coloco en el anaquel se revela, sin dramatismos, como un poco de mí, con un título y una incógnita –mi incógnita–, allí expuesto; expuesto para ser latido del polvo y del tiempo, y de la curiosidad del que lo coja para leerlo. Y si alguien viene y coge un libro mío, y lo lee, que no sea severo con mi alma, aunque lo sea con el libro, que mi alma se hizo de vuelos y caídas, y luces y acuarelas de sombra. Sobre todo con acuarelas de sombra. Por eso, Diario, he escrito poco, para no dispersarme y ser así poco en la excelencia o simplemente poco, y no importunar ni cansar, pero sí tal vez hacerte volar en los sueños (18:34:04).

martes, 24 de mayo de 2022

24 de mayo de 2022. Martes.
EL RELOJ

Plaza florida y con reloj, Freiburgo. Alemania.

-Cuando no tengo nada que hacer, siempre hago algo, para vencer así cualquier asomo de desidia. La desidia nos hace flojos, y favorece la arritmia cardíaca y hasta la parada irremediable del órgano principal del sistema circulatorio. Y es que el corazón es igual a aquellos relojes que sólo andaban si se les movía. Como el primer reloj que me regaló mi padre, a los veintidós años. No antes. La albañilería no daba para más. Había recibido la tonsura que precedía a los órdenes menores, y el reloj fue el premio. Un Festina. En la primera comunión apenas hubo para un bollo y una taza de chocolate. La tonsura la confería el Obispo cortando un poco de pelo, ondulado entonces y de un negro brillante. En ese pelo tan cuidado, el Obispo metía la tijera con auténtica delectación. Luego, una vez tonsurado, el barbero remediaba el trasquilón del tijeretazo del Obispo y te hacía la coronilla. Y como advierte Covarrubias, la tonsura era la señal de que uno estaba dedicado a la Iglesia. Él mismo describe cómo se hacía: «El Obispo les corta los cabellos de la cabeza, con cinco tixeradas, y la quinta es en medio.» Y tenía una significación mística: «previniéndole ha de apartar de sí todas las cosas superfluas y vanas.» Era un poco, coronarte –gozosamente- de espinas. Mi primer reloj me duró veinte años: hasta que no pudo más y se paró. Creo que lo guardo en algún sitio. Recuerdo que, húmedos los ojos, me lo colocó mi padre en la muñeca y mi madre puso su mano encima y me besó. Si un día lo encuentro, Diario, te lo enseñaré, me trae muy bellas evocaciones (11:26:32).

lunes, 23 de mayo de 2022

23 de mayo de 2022. Lunes.
CREO EN LA FÍSICA

Milagro de primavera, en el jardín. Torre de a Horadada. 

-Nos ha dejado el desbocado sol que nos atosigaba. Pero no así el mirlo, que, enamorado, sigue desgañitándose cantando. La naturaleza es sabia y va poniendo y quitando cosas, según conviene a su modo de ser y gracia. Que también es gracia un Danubio desbordado o un Etna indignado y echando chispas. Aunque antes que un diluvio o tormenta de pedrisco prefiero a un Orlando furioso, el poema épico de Ludovico Ariosto. De Orlando furioso me puedo librar obviándolo; no así del pedrisco, que se nos viene encima sin previo aviso, y rompe y rasga, y acuesta las mieses. Un libro se puede abrir y cerrar; la naturaleza, no: ella abre y cierra ciclos, y seca y llena ríos, y se ríe del dios menor llamado hombre, manteniéndose inmutable en sus leyes. El hombre hace proyectos, pero la naturaleza los tiene hechos, y los va cumpliendo, dejando muchas veces en evidencia los del hombre. Yo, sin embargo, y a pesar de Büchner, el físico, sigo creyendo en los milagros, sobre todo los que no se apoyan en las leyes físicas, sino en las leyes del espíritu del mismo hombre. Como el milagro del amor. Quizá un pedazo de pan, según las leyes físicas, no pueda multiplicarse por sí o en sí mismo, pero sí, si media el amor. Como el perdón. ¿Qué ley física puede mover –ley de gravedad extrañísima, si la hubiese– al perdón? ¿No es de naturaleza que se tienda más a la venganza que a la piedad? Creo en la física; pero más, Diario, en el espíritu del hombre, concebido y hecho a imagen de otro Espíritu, el de Dios, que alienta y embellece, y nos hace vivir en la esperanza (17:54:10).

domingo, 22 de mayo de 2022

22 de mayo de 2022. Domingo.
DIOS Y LA PALABRA

María, el libro abierto de Dios, el Sí maternal. Sakopane. Polonia. F: FotVi

-En la mañana, el sol se va abriendo como una página de libro que deseara ser leída. Yo la he empezado a leer –con la alegría de un vuelo–, al tiempo que rezaba Laudes. Y ha sido una conjunción, una fusión maravillosa. Palabra y sol, Dios y alabanza. Es decir, todo es celebración. Celebro la palabra que me habla de Dios; celebro a Dios que se hace Palabra y viene a vivir junto a nosotros; celebro el sol, símbolo del Dios de justicia, y hago alabanza de todo este hermoso misterio tan cercano como la palabra con la que nos entendemos. Dice San Juan en la segunda lectura de la misa, que escuchó una voz que le decía: «Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin». (Apocalipsis). Alfa y Omega, el inicio y el final del alfabeto griego, son letras que Dios toma para hablarnos de su plenitud: de Él nace todo y todo acaba viviendo en Él. «Yo soy –dice– el renuevo y el vástago de David, la estrella luciente de la mañana». Dios es la luz que manda destellos al alma para que no ande en oscuridad. Decía San Juan de la Cruz: «No es voluntad de Dios que el alma se turbe de nada». No digas nunca, Diario, una palabra que pueda turbar o entristecer a alguien, habla siempre palabras de luz, de esperanza, de amor, y así podrás decir con el Apocalipsis: «Amén. ¡Ven, Señor Jesús!» (13:18:38).

sábado, 21 de mayo de 2022


21
de mayo de 2022. Sábado.
ESTAR DISPONIBLE

Oírla crecer, en el jardín. Casa Sacerdotal. Murcia

-Busco estar presentable el sábado 28 de mayo. Yo llamo estar presentable a estar disponible. El viernes próximo marcho a Madrid donde el sábado presentaré el nuevo libro Piedras y alas en el aire, una antología de mis poemas, a los que considero como «arcilla moldeada en verso», o un digno vaso con el que escanciar belleza. «Como si bebieras versos en una copa –kántharo– griega», me he dicho. Hoy me toca ir al otorrinolaringólogo, es decir, al iluminador de oídos, al especialista en abrir caminos por el laberinto auditivo y poder oír mejor. Me va a probar unos audífonos que apenas se ven, tan livianos son. Es algo así como el que, para evitar las gafas, se pone lentillas. Con inocencia de niño, la vejez intenta disimular sus limitaciones y se viste de paje para no parecer un rey tullido. Voy, me sienta en un sillón, y me pone los audífonos, con cuidado de madre –el otorrinolaringólogo es mujer–: «El que lleva un puntito rojo, en el oído derecho y el del puntito azul, en el izquierdo», me dice. Y con esos apósitos, parches, dentro de mí, me vinieron a dar todos los ruidos más agradables y desagradables en el mismo lugar del tímpano, y por poco me tiran al suelo. Me agarré a la mesa y dije: «¡Por favor, más suave!», y la doctora fue regulando el invento hasta que todo quedó en un manejable murmullo tierno y dócil en mi interior. Sonreí y dije: «¡Ah!», y me volví en taxi oyendo el respirar de las flores; y, como si renaciera, Diario, bendije a Dios, bendición que –¿fue así?– también oí estenderse dentro de mí (12:53:21).

viernes, 20 de mayo de 2022

20 de mayo de 2022. Viernes.
EDIFICIO ROTO

Iglesia en Bucarest, Rumanía.  

-Miro en derredor y todo parece un drama, un vals triste de Sibelius, una corchea salida del pentagrama y empotrada en el ojo del director de orquesta. Entre el director tratando de eliminar la corchea del ojo, el de la trompeta tocando a lo Armstrong en un concierto clásico, y el guirigay del público, todo aparece como un edificio roto que se cayera a pedazos. La nuestra es una sociedad herida de muerte y apenas cae en la cuenta del desastre que se avecina. Sin principios, con leyes hechas a medida de demagogias, de desmanes partidistas, leyes miserables que bendicen la muerte y desprecian la vida. Y entretanto, más pobre cada vez la sociedad, las familias, el pueblo, y más indigente la pobreza y más sola y triste en la desgracia la soledad. Mientras, los políticos ríen y se dicen cosas terribles, groseras a veces, que quedan en un aplauso bobo e insensato de la propia bancada, la que apoya al provocador y camorrista. Ejemplo: el presidente del ejecutivo, Sánchez, llama a los servidores del Estado que defendieron en Cataluña la legalidad vigente, «piolines», echaron humo las palmas; luego policías y guardias civiles llamaron al presidente «sinvergüenza», no hubo palmas, solo indignación. Aunque la indignación como las palmas también se oye, solo que la indignación como un trueno, que aterra y acallan a las palmas, humillándolas. Dejo de leer la prensa y me centro en meditar el evangelio del día. San Juan me recuerda aquella frase de Jesús: «Que mi alegría esté en vosotros», como el silencio de la rosa o el vuelo de las aves, y, Diario, me dejo invadir por este destello de esperanza en un mundo entristecido e injusto, pero en el que todavía queda un Dios que ama y acompaña, y, si le dejas, señala caminos (13:03:21).

jueves, 19 de mayo de 2022

19 de mayo de 2022. Jueves.
AMARÉ

Geranio: morirá dádonse, en el jardín. Torre de la Horadada

-Me abro al día con menos ropa y un poco más de cansancio, aunque esta especie de desaliento aún me permite trabajar. Me miro en el espejo azul del cielo y me veo más mayor y un tanto vencido, pero no tanto como para impedirme leer y escribir. Leo con ferocidad: siempre me parece que aquello vaya a ser lo último que lea. Esta mañana leo a Shakespeare, que me dice: «Ama a todos, confía solo en algunos, y no hagas mal a nadie». Shakespeare, que era sabio en las letras, lo era también en el espíritu, poseía la sabiduría del evangelio. Y es que como decía San Pablo: «El amor no se goza de la injusticia, goza de la verdad». Yo estimo que Shakespeare se habría dicho: «Si me encierro en mí mismo, pronto me faltaría el aire, y moriría por hipoxemia, amaré». De igual modo que la hipoxemia mata por falta de oxígeno en la sangre, nuestra vida espiritual muere por falta de amor. Ama, y en todo caso, si no amas, no hagas mal a nadie, aconseja el dramaturgo inglés. Decía San Agustín: «Según crece el amor dentro de ti, así crece también la belleza, el amor es la belleza del alma». El amor, en sí, es belleza; belleza, Diario, en la que Dios vive y descansa, y es Trinidad (12:42:18).

martes, 17 de mayo de 2022

17 de mayo de 2022. Martes.
UTOPÍA A LA QUE DAR ALCANCE

Murcia en primavera, luz y flores. 

-Sin llamarlo, parece llegado el verano, los calores, los días de azul y sol, el parpadeo de luz intensa, o así lo aparenta. Pero es solo apariencia; la primavera es más esplendor que relámpago, más destello que fuego. El inglés Bernard Williams, el «filósofo de la moral», como es conocido, une el concepto de primavera al de la esperanza, y así le da un contenido místico, espiritual, a la estación más variada y bucólica del año. La primavera es el poema que comienza al final del invierno y concluye en el principio del verano. «El día en que el Señor creó la esperanza –dice Bernard Williams– fue probablemente el mismo día en que creó la primavera». La primavera va revestida de sueños, es camino por andar; como decía San Juan de la Cruz, es utopía a la que dar alcance. El verano es gavilla, es fruto, es el acontecimiento de la recogida. La primavera es el adviento, el tiempo en el que todo se espera, aguardando ser dátil o aceituna, o pequeña bóveda de catedral acabada en la naranja. Muerdo la manzana o la almendra y digo: «Gracias, primavera», y, con deleite, saboreo su pulpa, su corazón, y en ellas toco, con la punta de la lengua, al Creador. Dios, que está en todo, Diario, se me da en todo, también en el dátil o la aceituna, que, sin palabras, me hablan de Dios (18:08:54).

lunes, 16 de mayo de 2022

16 de mayo de 2022. Lunes.
FILÓN DE ORO

El sol dibuja un atardecer. En Torre de la Horadada. 

-El sol es un filón de oro. Y, como dádiva que es, no es oro recluido en una caja fuerte de un banco o en el anillo con piedra preciosa de un jefe de la cosa. El oro del sol es oro que fluye en sus carros de fuego, intangible, lúdico, y, como el agua, es luminaria que no hace acepciones, sino que se da a todo y a todos por igual. Se da a la piedra y al bicho, al que ara como al que roba, al narcisista como al jorobado (Quasimodo, Notre-Dame de Paris). Sea alba, o cénit, u ocaso, el sol siempre es donación. ¿El sol, dios? ¿Por qué no? Dios menor; lo es para el poeta y para el que no advierte que existe el Dios que ama. El sol ha sido divinizado por muchos pueblos, como ahora lo son el dinero y el poder, la tertulia y el chismorreo, la política y la mentira, de la que tantos viven. Hubo un pueblo, sin embargo, que, aun celebrándolo, nunca llamó dios al sol. El pueblo de Israel. Lo llamó, con lírica de poema, «lucero grande para el dominio del día». (Génesis). Lucero grande o lucero del día, pero nunca Sol –o dios– como hicieran otros pueblos vecinos. Y aun a la luna, con la delicadeza del que toca plata con el lenguaje, la llama «lucero pequeño para el dominio de la noche». Aunque importantes –existen como «focos que alumbran la tierra y fijan el calendario»–, son solo criaturas que cumplen con el designio de Dios: «Haya luceros en el firmamento celeste», dijo Dios, y surgieron. ¿Para qué? «Para apartar el día de la noche y valgan de señales para solemnidades, días y años.». Celebrar el sol, sí, aunque sea con cremas y ditirambos de la paganía, pero sin idolatrarlo. El sol calienta, pero no oye, ni siente, ni habla, sólo arde, como dice la Escritura, Diario, para «el dominio del día» (17:29:19).

domingo, 15 de mayo de 2022

  

15 de mayo de 2022. Domingo.
AMOR, INVENCIÓN, UTOPÍA

Santa Teresa de Calcuta, la utopía del amor. F: Prensa

-Como el almendro en primavera, como la rosa de abril, el Señor nos quiere nuevos, renacidos, para inundar de novedad el mundo. El amor, si se vive dándose, es invención, primicia, acontecimiento latente. El odio es vejez, el amor es trigal que se dobla impulsado por la abundancia. El amor nunca muere, en él siempre hay amaneceres nuevos. El quinto domingo de pascua es el domingo de la esplendente novedad. Para una Jerusalén nueva, nacida del costado de Cristo en la Cruz, un mandamiento nuevo: «Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros», dice Jesús, o la invención de Dios que redime el mundo, renovándolo. Amaos, nos dice, no olvidéis, no seáis indiferentes, nunca paséis de largo, deteneos en el amor. El amor se hace, se construye amando. En la cripta de tu amor viven Dios y todo lo que amas. Dios es familia tuya en el amor. «Como yo os he amado», añade. Para que no se confunda con otra clase de amores, que no son amor. El amor es «camino a la utopía». Siempre que damos pasos en el amor hacia los demás, estamos haciendo realidad la Pascua. En medio de un mundo egoísta, avaro, ruin, unos cristianos que aman, que se dan la paz y crean la paz; en medio de una sociedad, rota, dividida, desintegrada, amando se vive y se hace realidad la utopía. Cantemos un cántico nuevo, Diario, a esta novedad de amor y cercanía, de donación sin límites: «Amaos como yo os he amado», es decir; hasta darse en la cruz de la entrega, sin perder la sonrisa ni la mirada limpia, con el corazón en la mano (13:02:54).

sábado, 14 de mayo de 2022

14 de mayo de 2022. Sábado.
EL ÍMPETU DE LOS SUEÑOS

Dibujando su corzónn en la arcilla, esperando que florezca. F: Googel

-Cuando lo corporal se va inmolando en aras de la edad, se va haciendo más alado e inquieto el espíritu. El cuerpo, con la edad, pierde agilidad, viveza, pero ve crecer, si lo dejas y alimentas, la fortaleza del espíritu, el ímpetu de los sueños. Sueños que, en realidad, son recuerdos reconvertidos, hechos esperanza. Decía André Maurois: «El arte de envejecer es el arte de conservar alguna esperanza». ¿No habéis visto los almendros? Añosos y con cicatrices, y sin apenas unas gotas de agua durante el año, y, no obstante, cuando atisban la primavera, florecen, se hacen milagro de Dios anunciando la belleza de lo frágil. Tanto la arcada inabarcable de una catedral como la lucecita que parpadea ante el sagrario son belleza en la que Dios pone su dedo, su atención bondadosa y creativa. Recuerdo el día en el que, asomándome por el ventanal de lentes y espejos, de tubos y diafragmas del microscopio, contemplé una gota de agua y descubrí el universo de vida que pululaba en la platina, lugar de encuentro con el misterio de la naturaleza. Entonces pensé absorto: «¡Dios anda por la galaxia de las cosas pequeñas!», y me acostumbré con Leibniz a ver a Dios en la belleza de esas cosas. Pues sin ser Dios esa belleza acuosa, Dios está en ella, alentándola, dándole consistencia. Decía el filósofo escocés David Hume: «No es cualidad de las cosas, sino del espíritu que las contempla». Si eres joven en el espíritu, todo lo verás nuevo y fresco, y florecerán florecillas en el campo de tus ojos, tendrás alegría en tu vejez. Tus ojos, Diario, delatarán tu juventud espiritual, que, con el Espíritu de Dios, renovarán, en ti, la faz de la tierra (12:22:06).

viernes, 13 de mayo de 2022

 

13 de mayo de 2022. Viernes.
LA RIDICULEZ

Edición del libro, Colección Austral. 

-Al contrario que el mirlo, que sigue inspirado (es primavera), yo ando un poco tardo de reflejos literarios. Estoy, como el déficit o los precios de la cesta de la compra, por las nubes de la inercia. Eso sí: como los días son más largos y el sol ya nos encara con sus rayos de punta, leo más y escribo menos. La pereza. Ahora estoy con Chesterton, que hace que se me rían los huesos. Chesterton es divertido como un buen chiste dicho por un mejor cómico. Y todo porque escribe del hombre, que no es un chiste pero, a veces, lo parece. Turnbull y Maclan –La esfera y la cruz–, dos personajes a punto de batirse por sus ideas (ateo uno, creyente el otro), son el hazmerreír de sí mismos. Dilatan y dilatan su enfrentamiento, porque, al fin (y desde el odio), empiezan a estimarse sin remedio. Chesterton los pinta ridículos, pero humanos. O los pinta humanos, porque ante sus ojos de autor con fe en la persona humana (y en Dios), le duele que haya personas ridículas. Chesterton reviste a estos personajes de dignidad, aunque ellos parezcan no merecerla. Chesterton podría haber escrito en La Codorniz, aquella revista del ridículo como chiste, o el chiste como nota de humanidad ante el ridículo; o quizá no, porque Chesterton era católico y creía en el hombre tanto como en Dios, y esto le alejaba de ciertos ambientes, como el del totalitarismo ateo, tan intransigente y vario en época de La Codorniz (17:58:41).

jueves, 12 de mayo de 2022

12 de mayo de 2022. Jueves.
LOS ABUELOS

Del viejo tronco, brota la vida, en el jardín. Torre de la Horadada.

-Recordando el salmo 92 –«en la vejez seguirán dando frutos»–, el día 24 de julio se celebrará la Jornada Mundial de los Abuelos. Y el Papa Francisco ha hablado para ese día. Es decir, ha puesto la fiesta de su palabra al servicio de la causa, como si dejara volar una paloma de paz sobre el ocaso de la vida del ser humano. Ocaso es sinónimo de ocultación de sol, de decadencia, de acabamiento. Declina lo liso y nace la arruga, el surco en la piel, el desvanecimiento de la belleza corporal para que brille la belleza callada del espíritu. La belleza que se descubre en la sonrisa, y en la mirada, y sobre todo en las manos dádiva, lo más cercano al corazón. El alma se manifiesta entonces tal cual es, sin espejos que la deformen, sin aceites que la embadurnen, sin encerados de muñeca. «La vejez todavía dará frutos», como el vino viejo, que alegra la vida de lo joven y pone música en los labios. Los vinos viejos colocan sonajeros en los ojos del que los gusta y suelen escribir en ellos páginas juveniles inolvidables. «Nosotros –dice el Papa al referirse a la vejez y los abuelos–, nosotros estamos llamados a ser artífices de la revolución de la ternura» Una revolución, sin embargo, «espiritual y desarmada», sin más armas que las de la sabiduría y el amor, y la vocación de darlas sin medida, como hace el poeta. Y es que como decía R. Waldo Emerson, poeta y escritor estadounidense: «Cuando envejecemos, la belleza se convierte en cualidad interior». Un interior hermoso si se alimenta de afectos, de amistad, de ternura, y olvida, Diario, todas las otras guerras de la vida, las frustraciones, «siendo dueños de un modo de vida pacífico y atentos a los débiles», y soñador (17:36:45).

miércoles, 11 de mayo de 2022

 11 de mayo de 2022. Miércoles. Dadivoso
-LAS MINORÍAS

Orquídea con libro, la belleza. Casa Sacerdotal.

-Tal día como hoy, hace diez años, escribía yo en mi Diario lo que sigue: «Juan Ramón Jiménez, en su Segunda Antología poética –este nombre tan poco atractivo le pone– escribe en la dedicatoria: «A la minoría, siempre». La poesía es menor, quizá, en atenciones, en tributos y homenajes, en estallidos multitudinarios. Su ADN (o ácido desoxirribonucleico literario) no es de best-seller, sino de «humilde brinco de danza» (Paul Valéry), o tal vez de simple asombro de niño que da su primer paso y, sin saber cómo, se ve, con los brazos extendidos, andando. Pero la poesía es grande en cítaras y arpas de diez cuerdas, en lunas y en trayectos que, con trabajo, se han hacho camino al andar. «Caminante, no hay camino, / se hace camino al andar…». Poema que, tras ser leído, queda en la memoria de la minoría, que lo hará, con el tiempo, reflexión y canto del pueblo. La mayoría tal vez nunca haya leído el poema de Machado; pero, en más de una ocasión, y de la mano de la inmensa minoría, la mayoría lo canturreará y lo citará, y lo hará vida suya. El poema es arte mayor, pero, por caber en unos pocos versos, parece cosa menor. Como el agua en el cuenco de la mano en el desierto: apenas es y sin embargo salva. Ayer, en Molina de Segura, presenté mi nuevo libro de poemas Materia elemental. No éramos ni muchos ni pocos, sino los justos. Lo importante es que se oyó y se celebró la poesía, como un nuevo triunfo de la palabra, la que salva y une, por la que las cosas son y están. Y, dejando a un lado segundas intenciones, se podría decir que bautizamos un nuevo libro. Francisco Javier Illán Vivas y Fulgencio Martínez, poetas, apadrinaron al neófito. Luego de escuchar a Mariola, concejal de Cultura del Ayuntamiento, yo abrí el libro y leí sus versos, y la palabra, como diría Fulgencio en el Prólogo, se hizo «halago para los ojos y dulzor para los oídos, ganando así la confianza para hablarle al corazón». Y hubo aplausos (ni muchos ni pocos, los justos) a la poesía, no a mí. Y yo, emocionado por ella, y sin que suponga nada del otro mundo, Diario, no lloré; o sí lloré, pero sin decirlo: solo en mi interior, mi cripta más íntima» (12:49:41).

martes, 10 de mayo de 2022


10
de mayo de 2022. Martes.
PEREZA LITERARIA

Belén, iglesia ortoxa de la Natividad, abigarramienro. Israel.

-Ocurre que, a veces, escribo poco no por desgana sino por pereza; pereza literaria, que no de la otra, que, sin ser pecado grave, es, sin embargo, un desliz. Pero es que me digo: ¿Para qué escribir si apenas me leo yo y la página en blanco donde escribo y la papelera donde, si no me place, echo lo escrito? Es un poco de pereza, pero también de venganza: no me comen, pues que pasen hambre. Escribo poco porque no soy Benito Pérez Galdós, ni Clarín borroneando La Regenta, a la que alguna vez han llamado, y no sé por qué, «la última gran novela del siglo XIX». Será “grande” por lo de San Cristobalón, gigante él, o por la obesidad de la obra debido a su bulimia codiciosa de llenar y llenar páginas, al modo de los bestseller de última hornada. Yo escribo poco para no cansar; pero más para no cansarme, que el que mucho escribe, mucho despilfarra, y hacer basura con la palabra es un modo de pecado estético, y aun ético, como lo sería embadurnar un Velázquez o tergiversar el texto del Caballero de la triste figura, el Quijote, o de la figura triste que, con filosofía de ingenio y refrán, y locuras sabias, nos da sencillas (aunque luminosas) alegrías. Por mucho que se haya escrito, de uno sólo queda, al fin, un poco (sólo un poco) que roce lo digno y excelso, es decir, un poco lo suficientemente escéptico e irónico, lúdico y corrosivo, rebelde, con un pie (sólo un pie, no los dos) en la irreverencia y el sarcasmo risueños, que, pasada la criba de lo original y notable, se haga cosa especial (y espacial, cósmica) entre las letras. El todo nunca será un todo excepcional, pues lo excepcional (raro, extravagante, novedoso, etcétera) siempre es una excepción. Hoy he escrito un poco más, y lo hago con el fin, Diario, de no caer en el pecado no de la pereza sino de la indolencia, tan pernicioso él y dañino, y tan alejado de la sonrisa de Dios, que hizo la Belleza –el universo– en seis días, y el séptimo... descansó (12:44:26).

lunes, 9 de mayo de 2022

9 de mayo de 2022. Lunes.
CARLOS ALCARAZ, CAUDAL

Alumno y maestro, tenis en Madrid. F: Prensa

-Hoy me levanto y pienso feliz que todo cabe en una palabra. Si digo luz, mi interior y el mundo se hacen alba, deslumbre, estrella que rutila; por el contrario, si digo tiniebla, se hace la noche, en mí y en mi alrededor; noche en la que solo alumbran las luciérnagas, el candil –modesto farolillo– de los insectos. Lo mismo si digo triunfo o fracaso; si digo triunfo, estoy hablando de laurel en la frente y de manos que aplauden; es decir, conquista, trofeo; si fracaso, frustración, revés, derrumbe. Ayer, a un chico de El Palmar, Murcia, 19 años, lo coronaron de laurel en Madrid. Dejando en el camino a grandes virtuosos en este arte  –Nadal, Djokovic, etc. –, triunfó en este Olimpo del tenis, fervorizando así a sus adeptos, que, desde ayer, son multitud, enjambre. Cuando se triunfa, llueven del cielo los aplausos, como una nevada de versos inmortales. Decía San Pablo: «Todo el que compite en los juegos se abstiene de todo». Juan Carlos Ferrero, su entrenador, dijo de él en una entrevista en la Cope: «Tiene una familia ejemplar, bien educada en valores y muy tenística, que no es fácil encontrar». Familia educada en valores; valores que enseña al hijo, conduciendo así el hermoso caudal que es Carlos por cauces de trabajo, constancia, disciplina, esfuerzo, fidelidad. En estos tiempos que corren, en los que se desprecia –me sonroja decirlo, Diario– todo lo que es obligación, persistencia, mérito, es buena esta lección de tesón y renuncia, de amor al sacrificio, de sencillez deslumbrante. Todo, digno de ser imitado (13:18:46).

domingo, 8 de mayo de 2022

8 de mayo de 2022. Domingo.
VUELVE AL PASTOR

El buen pastor carga con la debilidad. F: Prensa.

-Hoy la liturgia de la iglesia vuelve al pastor. Jesús es el buen pastor que cuida de sus ovejas con amor delicado y atento. Pero en esta ocasión hace hincapié sobre todo en la voz, que sus ovejas conocen. El pastor habla con chasquidos, como con estallidos de su lengua, pero sus ovejas le entienden y le siguen. La voz del pastor, como su ropa de vestir, es silvestre, tosca, pero abriga y es signo de protección y amparo, de cariño. Dice Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen». La voz, si no está llena de mensaje, de hermoso contenido, si no dice: «venid, comed en este pastizal, bebed en este riachuelo», las ovejas dan la espalda al pastor y corren desmandadas, balando y en rebeldía, sin nada que las ate a la voz y guía del pastor. Jesús dice: «Ellas me siguen, porque yo les doy la vida». Y no una vida cualquiera, una vida con fecha de caducidad, sino una «vida eterna». «No perecerán y nadie las arrebatará de mi mano», acaba Jesús. Y es que en la oferta de Jesús se perciben los cuidados y sacrificios del pastor por darle a quien le sigue alegría y paz, y felicidad. Y es que como dice San Juan de la Cruz: «El alma que anda en amor, ni cansa ni se cansa». El buen pastor, Diario, anda en amor, un amor de palabra y de cruz, de luz y de vida, y «ni se cansa ni cansa», porque conoce mi nombre y a cada instante me llama y me lo recuerda, y me señala los buenos prados, donde puedo recostarme y soñar, pastando (12:54:14).

sábado, 7 de mayo de 2022

7 de mayo de 2022. Sábado.
ACONTECIMIENTO DE LUZ

Destello de luz, en el cielo. Casa Sacerdotal. Murcia.

-Me santiguo al levantarme, y desde ahí, todo el día me veo marcado por la cruz, que es muerte y dolor, y soledad. Pero también, y ante todo, resurrección. «Aleluya: alegría que florecerá en mí», digo. Con la cruz en la frente se piensa mejor, con más libertad, la inspiración va de acá para allá y florece en un poema o en una idea feliz. Las ideas son imágenes que no se ven, pero que están, abriéndose flor, en las palabras. Dios me visita como un acontecimiento de luz, de perspectivas nuevas. Cada vez que ilumina una idea en mí, me digo: «Dios anda tejiendo palabras en mi mente». Dios es el alfabeto maravilloso en el que me miro y con el que vivo y escribo. Primero nace la idea, imagen nebulosa, destello imaginativo; luego, la palabra envuelve a la idea y la hace realidad al decirla. Hace un tiempo leí este proverbio, que me impresionó: «Dios tiene un plan, que lleva tu nombre». Y en ese nombre estoy yo, es el que me envuelve de realidad y el que me dice. Dios, como cualquier poeta, dice lo que piensa: «En el principio existía la Palabra, y el Palabra era Dios […]; y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros». Y ahí está, Diario: diciéndose y dándose en la palabra y en la eucaristía, como pensamiento y como alimento, con la cruz como señal de vida; ya lo he dicho: la cruz –en la mente inspiradora de poemas (12:16:36).

jueves, 5 de mayo de 2022

5 de mayo de 2022. Jueves.
EL SOL, ENTRE VISILLOS

Resucita el sol, la vida se alegra. Desde la casa sacerdoral. Murcia.

-Sale el sol, entre visillos, minusválido aún, después de tantos días de lluvia, que lo privaban de su esplendor. Los pasados han sido días de muchas lluvias, solemnes y, en ocasiones, bravas. Lluvias que rompen más que arreglan. Yo, cuando pido a Dios la lluvia, la solicito suave, deslizante, minúscula pero constante, para que entre bien en la tierra y la mulla, haciéndola blanda y suave, asequible a las raíces. Como el limón, el tiempo ha venido agrio. Entretanto, el gobierno de Sánchez, el garlopa, está metido en un charco de caos que es difícil que salga. Lo asfixiará su hedor. Leo a Luis Ventoso en El Debate: «El país empieza a anhelar a un tendero ordenado que sepa llevar las cuentas». Las colas del hambre se empiezan a ver cada día más largas en las puertas de las ONG que reparten comida y bienes comunes. «Lo primero y urgente –sigue Ventoso– es atajar la gangrena institucional y económica que aqueja al país». Con la parálisis y descrédito institucional peligra el Estado; con la económica, se derrumba el bienestar de la clase media y baja, la que se sube a un andamio o limpia las calles cuando el día aún no ha roto por el horizonte. Me enternece ver de madrugada a esos hombres que cada día fumigan e higienizan las aceras de la ciudad para que caminemos seguros y sin bichos maléficos que nos ataquen. Aunque como dijo Marie Kondo en su libro La felicidad después del orden: «La mejor limpieza es enfrentarse uno a sí mismo». Y saberse encontrar, Diario, tal como uno es, con luz de niño en los ojos y libre el corazón para poder volar más allá de los años y llenarlo todo de sueños imposibles, y, si es viable, con Dios como objetivo, llenando la esperanza (17:57:51).