lunes, 9 de mayo de 2022

9 de mayo de 2022. Lunes.
CARLOS ALCARAZ, CAUDAL

Alumno y maestro, tenis en Madrid. F: Prensa

-Hoy me levanto y pienso feliz que todo cabe en una palabra. Si digo luz, mi interior y el mundo se hacen alba, deslumbre, estrella que rutila; por el contrario, si digo tiniebla, se hace la noche, en mí y en mi alrededor; noche en la que solo alumbran las luciérnagas, el candil –modesto farolillo– de los insectos. Lo mismo si digo triunfo o fracaso; si digo triunfo, estoy hablando de laurel en la frente y de manos que aplauden; es decir, conquista, trofeo; si fracaso, frustración, revés, derrumbe. Ayer, a un chico de El Palmar, Murcia, 19 años, lo coronaron de laurel en Madrid. Dejando en el camino a grandes virtuosos en este arte  –Nadal, Djokovic, etc. –, triunfó en este Olimpo del tenis, fervorizando así a sus adeptos, que, desde ayer, son multitud, enjambre. Cuando se triunfa, llueven del cielo los aplausos, como una nevada de versos inmortales. Decía San Pablo: «Todo el que compite en los juegos se abstiene de todo». Juan Carlos Ferrero, su entrenador, dijo de él en una entrevista en la Cope: «Tiene una familia ejemplar, bien educada en valores y muy tenística, que no es fácil encontrar». Familia educada en valores; valores que enseña al hijo, conduciendo así el hermoso caudal que es Carlos por cauces de trabajo, constancia, disciplina, esfuerzo, fidelidad. En estos tiempos que corren, en los que se desprecia –me sonroja decirlo, Diario– todo lo que es obligación, persistencia, mérito, es buena esta lección de tesón y renuncia, de amor al sacrificio, de sencillez deslumbrante. Todo, digno de ser imitado (13:18:46).

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