5 de mayo de 2022. Jueves.
EL SOL, ENTRE VISILLOS
EL SOL, ENTRE VISILLOS
-Sale el sol, entre visillos, minusválido aún, después de tantos días de
lluvia, que lo privaban de su esplendor. Los pasados han sido días de muchas
lluvias, solemnes y, en ocasiones, bravas. Lluvias que rompen más que arreglan.
Yo, cuando pido a Dios la lluvia, la solicito suave, deslizante, minúscula pero
constante, para que entre bien en la tierra y la mulla, haciéndola blanda y
suave, asequible a las raíces. Como el limón, el tiempo ha venido agrio. Entretanto,
el gobierno de Sánchez, el garlopa, está metido en un charco de caos que es
difícil que salga. Lo asfixiará su hedor. Leo a Luis Ventoso en El Debate: «El país
empieza a anhelar a un tendero ordenado que sepa llevar las cuentas». Las colas
del hambre se empiezan a ver cada día más largas en las puertas de las ONG que
reparten comida y bienes comunes. «Lo primero y urgente –sigue Ventoso– es
atajar la gangrena institucional y económica que aqueja al país». Con la
parálisis y descrédito institucional peligra el Estado; con la económica, se
derrumba el bienestar de la clase media y baja, la que se sube a un andamio o
limpia las calles cuando el día aún no ha roto por el horizonte. Me enternece
ver de madrugada a esos hombres que cada día fumigan e higienizan las aceras de
la ciudad para que caminemos seguros y sin bichos maléficos que nos ataquen. Aunque
como dijo Marie Kondo en su libro La
felicidad después del orden: «La mejor limpieza es enfrentarse uno a sí
mismo». Y saberse encontrar, Diario, tal como uno es, con luz de niño en los
ojos y libre el corazón para poder volar más allá de los años y llenarlo todo
de sueños imposibles, y, si es viable, con Dios como objetivo, llenando la esperanza (17:57:51).
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