lunes, 12 de julio de 2021

 12 de julio de 2021. Lunes.
EL ESPEJO

Mirándose en el espejo del agua, Ordesa. Huesca. F: ABC

-La maquinaria meteorológica nos anuncia para hoy 46º a la sombra. He constatado que los libros empiezan a abanicarse en la estantería. A las 8 horas, 26º; el cielo como de ceniza, encapotado. Sangra calima. Los árboles están quietos, expectantes. Solo alguna paloma mueve las ramas de las casuarinas, los árboles que se elevan, inmensos –recital de altura–, frente a mi balcón. Una mosca, en el cristal de la ventana, se limpia el sudor. Acicalándose las alas con las patas. ¿O es que, debido al calor, veo visiones? Sin embargo, me inclino y acepto el calor. «Mientras sienta el calor –me digo–, sigo vivo». Y vivir, en paz, redimiéndome en las personas y cosas que amo, es lo que cuenta. La vida es un privilegio que agradezco a cada instante a Dios. Cada instante es un latido, y muchos instantes y muchos latidos hacen que siga la vida. Desde hace un tiempo –mucho–, no me irrito. Me desagradaría verme irritado en un espejo. Una vez me irrité y me miré al espejo: me escupió vinagre. Amargaba terriblemente, hasta hacerme llorar. Desde entonces, cuando voy a irritarme, antes me miro largamente en el espejo, y, tras la mirada, la irritación acaba por disiparse; el espejo, Diario, es un sabio que siempre instruye: siempre dice la verdad, sin eufemismos ni juegos de palabras, y lo que dice por la mañana, lo dice –tal cual– por la tarde, sin variaciones interesadas (12:01:30).

domingo, 11 de julio de 2021

11 de julio de 2021. Domingo.
CALMA BRUMOSA

Enredada en el árbol, la luna. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Una calma brumosa, entolda el amanecer. Pero el sol, con su daga de luz, va rompiendo el cerco y aparece solemne y encendido, señoreando el día. Aunque más tarde, dé un paso atrás y se deje ocultar de nuevo. Hoy nos despertamos con una demolición de gobierno. Sánchez culpa a todo el mundo y él queda libre de pecado. Ha ensombrecido todo y él queda como «deshacedor de entuertos.» De redentor, pasa a ser Pilato que manda a la cruz a los suyos. Tú por esto y tú por lo otro, todos al calvario. Sin flagelo, pero crucificados. No como Jesús de Nazaret, que muere por amor a los suyos; en este caso, los suyos dan su vida política –no la hacienda– por él. Él destruye, pero aparece como el gran constructor. Un mal constructor, sin cálculos y sin proyecto, solo con un relato de falso éxito y mentiras cuantiosas, como renacuajos en un charco. Leo: «Curiosamente los votantes no se sienten responsables de los fracasos del gobierno que han votado.» (Alberto Moravia, escritor y periodista italiano). Los votantes, a veces, somos ciegos, o miopes, o daltónicos: no vemos los desmanes de los políticos a los que regalamos nuestro voto. Nos ciega la ideología, o algo peor, el odio. El día sigue entoldado, como hecho de leche de coco. El calor desborda el termómetro, y escapa del bulbo reflejante, como el ratón de la trampa, e impregna el aire, y lo hace efluvio irrespirable, que solo en el agua es llevadero, o si Dios, Diario, nos echa una mano, como a los israelitas en el desierto  (13:19:49).

sábado, 10 de julio de 2021

10 de julio de 2021. Sábado.
RISA TRISTÍSIMA

Belleza de las ruinas, Cafarnaúm. Galilea. Israel. F: FotVi 

-Sol de mermelada de melocotón, esta mañana. Frente a mí, en el Hospital Reina Sofía, los vencejos van y vienen, alimentado a sus crías. Con vuelos de acrobacia: inventan la geometría. Yo, que no tengo el don del vuelo, caí ayer cual largo soy al otro lado del altar de la iglesia de Santa Eulalia. Un escalón mal puesto o una mirada distraída, y me precipité al vacío. Mientras volteaba, volando, creí ser esta la última vez que lo hacía. El templo todavía olía a incienso, a bendición. (Unos momentos antes, habíamos despedido el féretro de Gloria, la hija de María. Todavía había aerosoles de lágrimas en el ambiente). Cuando me vine a dar cuenta, unos samaritanos brazos me ayudaban a incorporarme. Con ojos de asombro, me preguntaban: «¿Se ha hecho algo?» Y yo, con una risa tristísima de vejez humillada, y palpándome el cuerpo, dije: «Creo que nada». Luego, elevando el mentón y con paso firme de general mutilado, salí a la puerta, Diario, y respiré aire de plaza, espeso y veraniego, y vuelo de pájaros huidizos. Con la puerta abierta, un taxi –José Luis García y Juan Cortés dentro– esperaba, monté y partimos hacia el reposo: Casa Sacerdotal (11:40:54).

viernes, 9 de julio de 2021

9 de julio de 2021. Viernes.
LÁGRIMAS DE MADRE

Para Gloria, desde el jardín de la Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Un día más. Una moneda más que Dios pone en mi mano para que, como en la parábola de los talentos, la utilice bien y logre que dé fruto. Habrá, pues, más vuelos por las letras, por la oración, por lo sueños. Se poblará el cielo –mi cielo– de palomas, que irán diciendo libertad, paz, armonía, belleza, pan, partición, luz, piedad, amor. Antes decía, un día menos; ahora digo –con la ilusión de algo que se abre: flor en el almendro– un día más. Hoy, en la iglesia de Santa Eulalia, en Murcia, he asistido a la misa de despedida de la hija de María Olivares –sirvienta en la Casa Sacerdotal–, muerta en accidente de tráfico. Sólo tenía 41 años. Su nombre, Gloria. Una desgracia, que, sin embargo, dulcifica la fe. La fe, que mueve montañas, hace que el llanto se convierta en esperanza, y el dolor, en cruz y resurrección. En vida. Las lágrimas de María me han conmovido. El llanto de una madre, Diario, siempre duele en los ojos del que lo contempla: es un modo de acompañar en el sentimiento, llorando con el que llora. Así se cumple lo dicho por San Pablo: «Gozaos con los que se gozan y llorad con los que lloran». Lágrimas de madre: amor –cielo– en los ojos (13:30:38).

jueves, 8 de julio de 2021

8 de julio de 2021. Jueves.
UN PULPO DE FUEGO

Tal día como hoy, en París, 2006. F: FotVi

-Sigue el calor como si un pulpo de fuego nos hubiera atrapado entre sus patas y brazos. Una caricia fatal. El calor –color ámbar– me asfixia. ¡Ay! ¡Una ducha! Pero me contengo. No hay agua para todos. Con una hoja de periódico me abanico. Y da resultado. Vuelvo a don Francisco de Quevedo: Historia de la Vida del Buscón. Me divierte leer sus idas y venidas, sus lances y desmanes graciosos, desenfadados, sus patrañas ideadas para, sirviendo a su señor Don Diego Coronel, poder así vivir y sobrevivir, e ir tirando por el grueso y difícil camino de la vida. De Quevedo dice la contracubierta del libro del Buscón, que «era un español típico, barroco, osado, valiente, que se ríe hasta de la misma muerte.» Te puedes reír de la muerte, si aún vives, si aún alientas palabras y besos, si aún cantas; pero si has muerto, la muerte, con el vacío pavoroso de su boca, se reirá de ti. ¿Serán risas de ultratumba, cavernosas, con murciélagos enguachados a los dientes del esqueleto? Sin embargo, no veo yo así a la muerte. La veo liberadora y mística, durmiente, senda clara hacia otra vida. Yo, ante la muerte, Diario, diría con Leopoldo Panero: «Dejad la muerte conmigo; / la muerte rota en el alma. / Dejad volar mi alegría. / Dejad que vuele. Dejadla.» Sin tragedia, sin himnos oscuros, con el gozo de quien encuentra la perla y el tesoro escondidos, de quien se halla en disposición de gustar, por fin, la Trascendencia, al Dios benigno (12:22:16).

miércoles, 7 de julio de 2021

7 de julio de 2021. Miércoles.
JUGANDO A AMAR

Jugando a irse, el sol. Murcia. F: FotVi

-Me encantan los niños, porque no tienen protocolo, ni liturgia, ni rito: todo lo hacen jugando. Hasta el hecho de amar a sus padres o a Dios. Juegan a amar. Y es un juego maravilloso. Para ellos, el amor es alguien que les besa y protege, y que les pone la chupeta en la boca y los duerme. Y con el que se santiguan al ir a dormir. En el amor, se sienten protegidos. ¿Han visto alguna vez a un niño comerse un tomate? Esta mañana estaba yo triste, no sé la razón –tal vez el calor–, y he salido a la calle y, al volver una esquina, me he encontrado con un niño de ojos vivos, grandes, unos cinco años, dando mordiscos a un tomate. El deleite del mordisco le salía por las comisuras, llenas de pepitas y rojo, y le humedecía parte del rostro. Mordía con el afán del niño que juega a las canicas, y el jugo le caía por todas partes, como un manantial dulzón y turbio. Recuerdo haber leído –Don Bosco– que para poder ejercer una influencia benéfica entre los niños, es indispensable participar de sus alegrías. ¿Y qué más alegría que sus juegos? ¿En los que se pierden y se encuentran siempre risueños? William Blake, poeta, dejó dicho: «La sabiduría habita en la inocencia, jamás en la ignorancia». La inocencia, Diario, la verdad más limpia y bella de la vida, como un manantial de montaña que corre y canta, que habla al paisaje (11:49:16).

martes, 6 de julio de 2021

6 de julio de 2021. Martes.
ME DETUVE, Y TOQUÉ EL SILENCIO, EN MOLINA

Leyendo un poema, en el MUDEM, Molina. F: Me detuve.

-Tres palabras luz: volver, acogida, gracias. Tres palabras que hablan de camino, de latidos, de gentileza. Ayer volví a Molina, mi origen, mi raíz, donde todo empezó, y fui acogido con entrañables muestras –latidos– de amistad, a los que yo correspondí con la gala de mi poesía y mi reconocimiento más verdadero. Gracias, dije, y digo, como un aleteo de palomas –asombradas– en mi boca. El feliz encuentro fue en el MUDEM, un espléndido lugar donde se recuerda la historia antigua, medieval, de la villa, y se va construyendo la gesta de la nueva cultura. Allí fue la presentación de mi nuevo poemario Me detuve, y toqué el silencio. Que, además, estuvo encuadrado en bellos y lucientes momentos musicales. Abrió el acto Domingo Hernández García, el organizador del evento. La Concejala de Cultura, a mi lado, estaba eufórica. Todo empezó con un estremecedor Adagio de Albinoni –lo había pedido yo y me lo concedieron–, interpretado al piano por Alejandro Calvo Cruz y el saxofonista Mario Calvo Ponte. Albinoni es música y oración, y poesía derramada en el aire, con la que se respira emoción, y paz, y contemplación. A continuación Paco Illán Vivas hizo un recorrido por mi dilatada vida literaria, deteniéndose en bellos detalles de amistad, habló luego el poeta Antonio Marín, y recitó poemas la actriz y poeta Irelfaustina Bermejo. Para, al final, un servidor, conmovido por tanto regalo y reconocimiento, decir algo de mis padres Vicente y Francisca, de mis sobrinos Paqui y Javi, allí presentes, y de Candela. Cuando estoy deprimido, alicaído, con síntomas de decaimiento, su recuerdo me levanta, pone alas en mi mente y así aleteo por los sueños, como los incansables y tenaces vencejos. Todo acabó con una Polonesa y un Impromptu de Chopin, interpretados por el jovencísimo pianista molinense Vicente Prieto Martínez. Y así vivo, acumulando recuerdos, aleteando sueños. Hasta que doy con el silencio y lo toco, y, en mi silencio, Diario, toco el otro Silencio –el entrañable– que es Dios. Silencio que siempre responde al silencio de la contemplación, el que se hace éxtasis en el amor y plegaria sin palabras, o sigilo trascendente y creativo, con Dios (11:45:00).

lunes, 5 de julio de 2021

5 de julio de 2021. Lunes.
NUEVO LIBRO

Portada del libro Me detuve, y toqué el silencio. F: FotVI

-Hoy, en Molina de Segura, a las 20:00 horas, presentación de mi nuevo libro Me detuve, y toqué el silencio. Es un libro de silencios, de sosiego espiritual, de intimidad fecunda. El libro es el resultado de lo que expresan los silencios. De lo que dicen las palabras, tras ser dichas. O el espacio en blanco entre dos líneas escritas. Esta tarde, en Molina, en el auditorio Virginia Martínez Fernández. Os espero, amigos. Mi Diario estará allí, Dios mediante (10:21:51).

jueves, 1 de julio de 2021

1 de julio de 2021. Jueves.
EUFORIA DEL REENCUENTRO

Mono que ríe, de granito. Catedral Santiago de Compostela. F: FotVi

-Azul, sol, vencejos, palomas, alegría de vivir. Vuelos. Sueños. Así se presenta julio, caluroso y nadando a contracorriente en el lago esmeralda de la esperanza. La esperanza –lo último que se pierde, dicen– llama a nuestra puerta. Y llama con nudillos de precaución. Las mascarillas, las distancias, el observarnos sólo de ojos a ojos, donde aletea el alma, sin pasarnos en efusiones y contactos. Hoy, por fin, en la Casa Sacerdotal, han aflojado las cadenas y nos han permitido juntarnos en el comedor, de dos en dos, y en mesas grandes. Nos mirábamos con recelo de virus, pero con afecto de amigos. (Digo amigos y no hermanos, por aquello de que el hermano te lo dan hecho y el amigo te lo haces tú, con un diseño a tu medida). Comer juntos ha sido un canto a la alegría de convivir, hablando, riendo, enmudeciendo tras el bocado. Toda la liturgia del comer, con la sencilla euforia del reencuentro. Después de más de un año y medio sin poderlo hacer, nos hemos visto las caras, y las sonrisas. La sonrisa, por donde transitan los sentimientos y amanece el lago azul de la tranquilad. Como dice un proverbio escocés: «La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz.» Y, mientras, el doctor Sánchez perorando: «Nunca. Jamás. No habrá referéndum de autodeterminación.» Es decir, que, si no la paran, Diario, lo habrá. «Denos tiempo», dijo el Rufián de la Cámara, sin que el doctor en fabulación y mentiras –de granito el rostro se alterara (11:53:08).

miércoles, 30 de junio de 2021

30 de junio de 2021. Miércoles.
LOS RECUERDOS

Misa en San Pedro, y el Santo presidiendo. F: Googel

-En mi regreso a San Pedro del Pinatar, volví a llenar de bellas realidades pasadas la bolsa de viaje de mis recuerdos –afectos, saludos, risas, bromas, alguna lágrima, tantos años–. Los recuerdos son el dibujo, casi siempre mejorado y difuso, que nos queda de nuestro paso por la vida. En los recuerdos se anima, como en una pantalla oscura –cinematógrafo interior–, lo que ya hemos vivido. Recordando, se revive lo ya vivido, y se enriquece. Vuelvo de San Pedro reconfortado, alentado, y, a mis años y si Dios me lo permite, decidido a volver; espero que me deje una vez más, para que así crezcan mis recuerdos, porque como dejó dicho el poeta y dramaturgo francés, Paul Géraldy: «Llegará un día que nuestros recuerdos serán nuestra riqueza», tan excitantes. Mis recuerdos, Diario, o mi riqueza única y varia: libro de vida al que sigo volviendo para leer lo que he sido, con Dios como testigo, y como el que me inspira y sostiene aún en este declinar de mi vida, tan hecha de hermosos recuerdos, y vuelos, y vislumbres, que instruyen y arrebatan, casi tocando cielos (13:23:20).

lunes, 28 de junio de 2021

28 de junio de 2021. Lunes.
EL BOSQUE APÓCRIFO DESCANSA

Descanso por unos días, pero vuelvo. D. M. C. Sacerdotal. F: FotVi

-El recuerdo, hoy, se va a hacer realidad. Son dos fotos: una casi borrada, mate, con olor a nostalgia incorporada, y otra, con luz  de colores vivos, lírica, actual. La una es el pasado, la otra, la ensoñación, la anchura: maravillosa estampida de pájaros volando. Invitado por Alfonso Pérez, Presidente de la Hermandad de San Pedro, y luego de dos años de pandemia, vuelvo a San Pedro –a llenar recuerdos–, con el nuevo fardo de mi vejez a cuestas. Me pesa, pero tiro de dignidad, y cargo feliz con ella. ¡Ah, mi vejez! La vejez no la considero una negación; es, por el contrario, la afirmación de que he vivido. Ilusionado. Como diría Séneca, jamás seré tan viejo que después de un día no espere otro. Es un modo de tener en activo, viva, la esperanza. Y mientras la esperanza aliente –llamee–, la vida, con la hermosa monotonía de cada instante, de cada gota, de cada silabeo, seguirá. Esta tarde salgo para San Pedro. Después de cientos de días alumbrando páginas, El Bosque Apócrifo descansará. Perdonen mis pacientes lectores, pero, cuando vuelva, seguiré en la brecha, emborronando páginas, intentando pintar, con pinceles finos o gruesos, no sé, la belleza de ser libre, de andar en la danza del inconformismo educado. Te dejo, Diario, pero iré tomando nota de lo que me ocurra con Dios y mis semejantes, y las cosas –admirables, lúcidas– de mi alrededor. Te contaré mis asombros, mis decepciones, mi vida, con detalles de orfebre (12:48:35).

domingo, 27 de junio de 2021

27 de junio de 2021. Domingo.
LLANTO Y JÚBILO

Júbilo en el Lago Constanza. Lindau. Alemania. F: Googel

-«Al atardecer nos visita el llanto, / por la mañana, el júbilo», canta el salmo de la misa de hoy. Y sigue: «Cambiaste, Señor, mi luto en danzas». Pienso: «La fragilidad de la tarde»; o la tarde hecha de transparencias y colores de acuarela, con la timidez del pincel que no aprieta, que dice y no dice, que se queda en una mancha de agua teñida, sólo matiz. En la tarde de la vida, nos visita la nostalgia, que llora, con lágrimas, lo que nos queda en el recuerdo, como una vieja película en blanco y negro de lo que fueron nuestros sueños y quehaceres más hermosos. Pero llega la mañana, y el júbilo se hace risa en los labios y luz en los ojos, como una pintura luminosa e impulsada hacia arriba por el pincel del Greco. La pintura del Greco es ascensión –una salida clara de sol– que escapa de la tierra y, al dar en el cielo, se hace gozo, danza festiva de colores, dibujo visible del cielo invisible de Dios. En la mañana, y en mi corazón, mi luto se ha convertido en danza, vals de palabras en los labios, oración, arboleda verde de esperanza, donde Dios trenza pasos divinos, danza –¿por qué no?– conmigo. Si Dios es Dios, y puede hacer todo, también podrá, si lo invito, dar unos pasos de baile celeste, ¿o es demasiado para Dios? Yo creo que Dios puede, ¿y tú, Diario? No seas incrédulo, sino fiel (13:14:10).

sábado, 26 de junio de 2021

 26 de junio de 2021. Sábado.
DIOS EN EL DESGARRO

Dios en todo, como aliento. Viaje Canarias. F: FotVi

-De noche, la fidelidad y de día, la misericordia, canto con el Salmo 91. En la mañana, al despertar. Entre acordes virtuales de arpas, y laúdes, y cítaras. Es la obra de Dios en mi vida. Y en la tuya, si le dejas estar. Salgo de su fidelidad en la noche y despierto en el abrazo frutal de su misericordia por la mañana. Mientras rezo, contemplo el azul, por donde se va, como con alas –vencejos innumerables–, mi oración. Y sigue la vida, como un acontecimiento de fe y trabajo: la mente en Dios, y las manos y los ojos, forjando instantes maravillosos –hallazgos físicos, intelectuales, sociológicos–, que van construyendo el mundo. Este sábado –¡alegría!–, sin mascarillas, y, al siguiente, con toda probabilidad –¿desencanto?– volvamos a ellas: el virus está al acecho, y no perdona. En Israel, ya ha ocurrido. Y Sánchez, con lo de Cataluña, absolviéndose de sus culpas. En Bruselas: «Lo útil en el pasado fue el castigo y lo útil hoy es el perdón», ha dicho. Su Sanchidad impartiendo indulgencias, en su favor. ¡Cómo se ama este juglar de la mentira! En Etiopía, mueren la cooperante María Hernández y otros dos colegas, en un atentado. La ONG Médicos Sin Fronteras está de duelo; pongo una oración en mi boca, por si alguien desea acompañarme. La oración es luz en la noche oscura de nuestras vidas, dice San Juan de la Cruz. Yo rezo; en un mundo distorsionado y loco, poner un poco de Dios en el desgarro, aquieta el alma y te enseña, Diario, caminos nuevos de paz, de ternura; te acerca al amor y así puedes decir: «He sentido el Amor, y deseo dar amor». El Amor espera ser dado, y acogido (12:36:14).

viernes, 25 de junio de 2021

25 de junio de 2021. Viernes.
EUTANASIA

No es sangre, es vino, de Israel. F: FotVi

-Hoy tocaba analítica y me he dejado hacer, sin balar, como un cordero llevado al matadero. Menos mal que las manos del enfermero –Pedro– son manos de ángel que hurgan, pinchan, y extraen la sangre. Sin dolor y con una sonrisa pasada de los ojos a las manos –no hay boca: hay mascarilla–, y de éstas, a la aguja de extraer. Un hilo de vida se me ha ido en la jeringuilla. Consideración: «¡Qué frágil y qué bella es la vida!» Y qué mal la tratan ciertos poderes públicos. Leo: «La ley de eutanasia que hoy entra en vigor es un fracaso de la sociedad y un fraude del poder público». (Sánchez y los suyos todo lo que tocan lo quiebran; y, en todo caso, sus actuaciones son un quebradero de cabeza). Fracaso de la sociedad: no sabe o no le interesa –el coste es alto– paliar el dolor. Lo sencillo y afrentoso, y luctuoso, entonces, es matar. Está claro que a cierta progresía no le interesa la vida, le va más la muerte. ¿O no? «Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?», sentenció Jesús. Como diría el Papa Francisco, es la consecuencia de la «cultura del descarte». Lo que no vale se hace, no humanidad, no misericordia, se hace chatarra y se tira. Desecho, despojo de cementerio, una moneda falsa, sin valor, lanzada al río, Diario, para que se pierda y no moleste en el bolsillo, total... (13:13:31).

jueves, 24 de junio de 2021

24 de junio de 2021. Jueves.
PROFETA Y PRECURSOR

Bautismo de Jesús, bajo relieve, Ain Karem. Israel. F: FotVi

-Hoy es la fiesta del que va delante, del que anuncia. La profecía, como siempre, se adelanta al acontecimiento. Venía del desierto allanando los caminos al Señor y se encuentra con él en el Jordán. Es su encuentro con Jesús en el río, en el agua, en el bautismo, en el lugar de la conversión. Cristo, estando aún en el vientre de su madre María, hace reír –saltar de gozo– a Juan, también en el vientre de su madre Isabel; son los vientres del milagro: el de María, concibiendo por obra del Espíritu Santo, y el de Isabel, que siendo mayor y estéril, queda embarazada. Es la fiesta, pues, de los embriones que se anuncian uno a otro y ríen. (Milagrosamente están ahí, y ríen). Y también es la fiesta de las madres, que notan la risa en sus vientres y se hacen risa con ellos. Canta el himno de Laudes: «Niño que, antes de nacer, / reconoce a su Señor / y da saltos de placer / bien puede llegar a ser / su profeta y precursor». El profeta siempre es precursor. Su palabra describe al que ha de venir, y, cuando llega, el profeta se retira. «Este es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo», dice Juan, y, señalando a Jesús, le deja paso; se reviste de humildad, retira su palabra, y deja que hable el que ha sido anunciado. Luego Jesús dirá de él: «No ha nacido de mujer uno más grande que Juan». Juan, en su palabra profética, y en su vida, Diario, ha merecido este elogio de Jesús, que denuncia su muerte a manos de Herodes y celebra su labor, su vida escrita en su valiente y profética palabra, hasta el martirio (13:34:49).

miércoles, 23 de junio de 2021

23 de junio de 2021. Miércoles.
BELLEZA REMOVIDA

Volver a ver el mar, en Torre de la Horadada. F: FotVi

-¡Hoy he vuelto a ver el mar! Después de rezar, he visto el mar. El mar me llena como si comulgara naturaleza. La oración se me enciende en la boca, el mar –la otra plegaria– me arde en los ojos. El mar es contemplación, sus variaciones son la melodía del órgano que interpreta, con Bach, la obra de Dios. Dios nos ha regalado la naturaleza para que, desde el asombro más íntimo, más espiritual, lo vayamos descubriendo a él. Aunque, a veces, el mar sea insultado –contaminación, deshechos, abusos –, él a cada instante se renueva para decirnos que es belleza pensada y moldeada por Dios. Dios, en el mar, es pintor e ingeniero de geometrías inverosímiles, irrepetibles, de líneas magistrales. Hoy, como aquel día de niño, y cogido de la mano de mi padre, he podido decir: «¡Papá, qué grande es el mar! ¡Es como el campo, pero hecho de agua!». Y mi padre: «Sí, hijo, hecho de agua». Entonces el mar no se movía, tenía la quietud de la mariposa que se detiene en la flor y chupa su polen. Hoy el mar, Diario, estaba un tanto agitado, era la mano de Dalí pintando Muchacha en la ventana. O Dios, que, con su mano, lo movía un poco, para hacerlo un cuadro viviente, itinerante: belleza removida (18:28:40).

martes, 22 de junio de 2021

22 de junio de 2021. Martes.
LA FEA REALIDAD

Retoña una flor, en el jardín. Torre de la Horadada. FotVi

-Retoña la orquídea. Pienso: «la fragilidad se hace belleza». Creía muerta la planta y ha resucitado. Al tiempo veo a una pareja de mariposas –¿copos blanquísimos de nieve?– danzando juntas: rozan sus alas, se esquivan, vuelven al juego, y he pensado si serían dos florecillas, salidas de la orquídea, que volaran. Así, pensando estas cosas maravillosas, de ensueño –quizás infantil–, intento salir de la fea realidad que nos rodea. Habla Sánchez y tiembla los pilares –democráticos– de la tierra. El «okupa» de la Moncloa, le llaman. Y como buen okupa, está okupándose de que cuando lo desalojen no quede ningún grifo en estado de dar agua. Cuando salga de la Moncloa, ¿se llevará las tuberías? Qué fea es la política, cuando la visten con los andrajos del interés personal y no el de la colectividad. Dijo Enrique IV, el pretendiente protestante al trono de Francia: «París bien vale una misa», y fue coronado rey, católico. Sánchez que, cuando apareció en la arena política era un enigma, va enseñando sus zarpas de conseguidor irreductible. Es el alcahuete de la política. Aunque yo diría, a los que le rodean y le aplauden y le jalean, una máxima del Arcipreste de Hita: «Quien a mal hombre sirve, siempre será mendigo». Mendigo de prestigio, de dignidad, vestido con el ropaje de la ignominia. Yo, sin embargo, Diario, rezo por todos ellos, para que Dios les haga ver y comprender que han sido elegidos, no para satisfacer sus intereses, sino para servir al pueblo –angustiado–, al que se deben. Dijo el Papa Francisco: «Redescubramos que la vida no sirve, si no se sirve» (18:04:53).

lunes, 21 de junio de 2021

21 de junio de 2021. Lunes.
DESGRACIA INNUMERABLE

Tórtola en mi balcón, esta mañana, en Murcia. Casa Sacerdotal. F: FotVi

-Una tórtola en mi balcón. Esta mañana. La fotografío, su canto es agreste y hondo, me mira. No se inmuta. ¿Me olvida, me desprecia? No; me anima a seguir viviendo y a tener como amigas –¡ah, mis sueños!– a las aves del cielo. O quizá quería decirme, con Manuel Machado, que hoy –21 de junio– da comienzo el verano: el de los «Frutales / cargados», y el de los «Dorados / trigales». Pero salta la tórtola, vuela, y quedo con mis reflexiones. Como diría Lope de Vega: «Porque para andar conmigo / me bastan mis pensamientos». Me estremece la soledad de tantas personas en el mundo: el aislamiento que te deja solo, olvidado, entre miles. La soledad de la señora –ejemplo– que se escribe cartas a sí misma, para simular que alguien la recuerda. Luego las arruga entre las manos, y, mientras evoca a los suyos, llora. ¡Cómo arden esas lágrimas! Esta realidad llevará al poeta a poder decir: «Donde tú habitas, soledad / –desgracia innumerable–, / se mueren las espigas y el desierto». No dejemos que la soledad envenene hasta matarlo el corazón de las personas; necesito que tú me atiendas, necesito atenderte. No rehúyas mi mirada, tal vez sea mi palabra callada. Necesitamos mirarnos y decirnos, con una mirada limpia y serena, que no estamos solos, que yo estoy donde tú estás, y tú, donde yo estoy, que, con los ojos, nos damos la mano y hablamos, y, con mirada de paloma, Diario, nos llamamos amigos; sin más: amigos, vecinos necesitados (13:19:01).

domingo, 20 de junio de 2021

 20 de junio de 2021. Domingo.
DIOS CEÑUDO

Santos riendo, Pórtico de la Gloria. Santiago de Compostela. F: Prensa.

-Me despierto revestido de domingo, de fiesta con Dios. Ir de fiesta con Dios, sin embargo, no se estila. Dios, según nos lo imaginamos (también yo, alguna vez), debe ser un Señor tedioso, de rostro de palo, jamás risueño, que, cuando salimos a divertirnos, es mejor dejar en casa: no nos agüe la fiesta. Así nos lo pintan. Así nos lo imaginamos. ¿Dios riendo? ¿Cuándo? ¿En qué lugar? ¿Ni siquiera cuando dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí»? ¿O cuando comía con algún amigo fariseo? ¿Siempre solemne? ¿Nunca distendido, en ningún momento de su vida? ¿Tampoco en las bodas de Caná, con el vino de por medio y los amigos? ¡Qué tristeza, entonces! Un Dios tan ceñudo, tan hosco, tan estirado, entristece el mundo, lo viste de escombro y no de asombro, lo ennegrece. Andar por la vida con el borrón de Dios tras de ti, o delante, frustrando tu alegría –el trago a veces amargo, pero siempre hermoso de vivir–, debe ser algo así como el mito de Sísifo, eternamente subiendo el pedrusco, que, una vez arriba, se te vuelve a caer, y así una y mil veces, hasta la desesperación. Yo, por el contrario, no me imagino de este modo a Dios. Me lo imagino cercano y festivo, celebrativo y abierto, asombro asombrado, y quizá sólo solemne, cuando dice: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado». O, desde la cruz a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Hoy despierto y digo: «Dios, nos vamos de fiesta», y, cogido del brazo, me lleva a la Eucaristía, donde está, Diario, la fiesta de Dios, con vino y pan, y hermanos que cantan y hacen alabanza, y comen y reparten ese pan, y hacen comunión, fraternidad, festejo divino, y humano (12:49:45).

sábado, 19 de junio de 2021

 19 de junio de 2021. Sábado.
TRANCE CORDIAL

Contemplando la belleza de las ruinas de Mileto. Turquía. F: FotVi

-Despierto y, como una oración, me viene a la boca la palabra libertad. «¡Libertad!», digo, y me parece sentir el aleteo de palomas en mi boca, ah, y de abejas gustando polen; acompañado, además, del ancho y generoso clamor de los mártires que en el mundo han sido por conseguir ser libres. Todo es festivo en mi boca. Digo libertad, y el concepto, que me nace en la mente, se va extendiendo como un fluido, hermoso y voluptuoso, por todo el cuerpo, y ahí es cuando aplaude la utopía. El miedo y la libertad se repelen, se detestan. Sólo el que ha superado sus miedos, será ciertamente libre, decía Aristóteles. Superar los miedos: los interiores y los de fuera. Un miedo interior que nos subyuga, con connotaciones de avasallamiento, y que, en ocasiones, nos paraliza, es la turbación ante la muerte. No por lo que es, sino por que no imaginamos qué pueda ser. Si imaginamos que la muerte es la Nada, terrible: entonces, bien está el miedo a caer en semejante borrón, en semejante negación; pero si pienso que doy el salto a un acontecimiento vital mejor, que me adentro en el tiempo sin tiempo de la inmortalidad, sin otro miedo igual al de pensar que tengo que morir, entonces, cuando llegue, me dejaré ir en paz, sin recelos, despojado de todo lo que me sobre, libre. Y solo pido, Diario, que, en ese trance cordial y amigo, tan natural, tan íntimo, pueda decir: «Dios», y dar un beso a los míos, para que recuerden el beso como hermosa reliquia, y, si les parece, alguna vez recen por mí…, alguna vez; no me deben nada más, ni nada menos (12:39:52).

viernes, 18 de junio de 2021

18 de junio de 2021. Viernes.
LOS JUEGOS DE LA LUZ

La luz habla, te dice cosas. Torre de la Horadada. F: FotVi

-La luz abre el día; la oscuridad lo cierra. Al despertar, la luz te habla; te dice: aquí está esto –las zapatillas, la ducha, el cepillo de los dientes, el desayuno–, y es guía: te encamina al trabajo, al libro, al silencio de la montaña, al aconteciendo cambiante de la mar. «Geometría del oleaje», lo llama el poeta. El rezo es la otra luz; es luz en la luz. En la oración, la palabra es la luz del alma en los labios, su centelleo, donde se dice, se pronuncia, se inicia el vuelo hacia la trascendencia. El beso y el abrazo también entran en la hoja de ruta de la luz: son signos –dinámicos y lucientes–, de amistad y de amor. Sin embargo, en la oscuridad, te envuelve el miedo, te asusta: esconde lo que amas y pone a caminar lo que odias. En la oscuridad todo es indefensión. Cualquier ruido o traspié, cualquier roce, te lleva al desconcierto, y te hace tropezar contigo mismo. La luz resume, crea la armonía, adorna; la oscuridad borra lo creado por la luz. Hasta que vuelve de nuevo la luz y recrea lo ya creado. El poeta que había en Antonio Gaudí, dijo: “La arquitectura es la ordenación de la luz; la escultura es el juego de la luz». Y es que el orden que es la luz, Diario, sólo se puede alentar con los juegos de la luz; es decir, con el arte, con la palabra – filosofía, narración, poesía–, con Dios, en el que todo se concentra, alienta y vive. Dijo Louis Pasteur: «Un poco de ciencia –de luz– nos aparta de Dios. Mucha, sin embargo, nos aproxima» Y añadió: «Son los sabios los que ciertamente tienen religión» (13:05:34).

jueves, 17 de junio de 2021

17 de junio de 2021. Jueves.
TEATRO Y ÓPERA BUFA

Tras la tormenta, la luz, la vida. C. Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-De madrugada, nubes y tormenta, agua y viento, para avisarnos de que el verano está a punto de comenzar. Es la gran apertura –disonante, pero hermosa– con que da comienzo la sinfonía de la canícula. Vivaldi pone música al evento, en el que los violines y el chirriar del acorde dan la sensación de estar viviendo una escena estival, que, al final, se torna paz, susurro de vida. La vida rumor, vuelo de mariposa, es la vida en paz; la otra, la del día a día, la del instante, a veces es contento y las más, dolor y dudas, pero todo iluminado –aplacado– por la esperanza, que nace de la fe. Tranquilizadoras son las palabras del Vacunaitor, que dijo: «Pronto vamos a abandonar las mascarillas en la calle». Es una decisión que debe tomar cada comunidad, pero Su Sanchidad se adelanta, y con las manos abiertas, y exultante, parece bendecir a la concurrencia, que contempla atónita el espectáculo; porque cae en la cuenta de que todo en Sánchez es teatro y ópera bufa, y lo sabe, y, en vez de irritarse, ríe, por no llorar. Hay alguien que hasta reza por él, no solo por su bien, que también, sino por el bien de la ciudadanía, para que no nos meta más los dedos en los ojos y no nos pierda el respeto contándonos milongas, en forma de baile de tontos. Mientras tanto, Diario, sube la luz, los carburantes, y bajan la calidad de vida del pobre y del anciano, que se ven marginados. ¿Y la vejez? Echada al muladar de la ley de la eutanasia, porque –según estos bárbaros– es gasto y no ganancia, dispendio y no caja, solo déficit, dicen (13:18:13).

miércoles, 16 de junio de 2021

16 de junio de 2021. Miércoles.
EL MUNDO ES UN LIBRO

Dios escribe, inspirando. Murcia. F: FotVi

-Abrir un buen libro es permitir que su luz te dé en los ojos e inunde todo tu ser, como una cerilla encendida invade la noche y la hace claridad. En la luz interior, respira el alma, como el pez en el agua. Se vive respirando, pero se respira mejor en el aire más limpio y virtuoso de un buen libro. Es como subir a la montaña –cerca de lo incontaminado, de lo libre–, y, desde allí, abrir los brazos y llenarte de pureza, de tersura, y casi tocar la utopía. Dijo Stéphane Mallarmé, poeta: «El mundo existe, para llegar a un libro». Es decir, el arroyo, la burbuja, el instante, el río, la hoja que cae en otoño, la elocuencia del mar, la cenicienta luna caída en un charco, el silencio que hace la oración, la suave brisa, la flor de la ortiga, el pajarillo que pía en el nido, la campana que suena en el valle, el copo de nieve, el calor, la luz del sol, la virtud, el pecado, Dios, su misericordia, todo es tema para «llegar a un libro» que se abra y, con la luz que de él emane, leerlo. Como dice San Juan de la Cruz: «En la noche oscura del alma, fluye brillante el río de Dios». Dios quiso que su Palabra fuera libro, y fue la Biblia. En este frondoso bosque Dios nos dice lo que es bueno y lo que es malo, expone las reglas del juego de la vida y nos invita al Amor, del que Él mismo vive, para acabar asegurando: «El que ame, hallará la salvación». El mundo es un libro, Diario, siempre iluminando, nunca acabado, siempre en la imprenta, el gran best seller (12:39:16).

martes, 15 de junio de 2021

15 de junio de 2021. Martes.
(DES)GOBIERNO

Esta mañana, el viejo día amanecía nuevo, en Murcia. F: FotVi

-El calor ya empieza a derretir nueces; o sea, aprieta. Tanto el pobre como el rico nos quitamos ropa, solo que el rico la deshecha y el pobre mete la suya en una bolsa para usarla –¿lavada?– los próximos otoño e invierno. El rico y el pobre abandonan la ciudad, el uno para llegar al mar o a la montaña, y alimentar así su espíritu, quizá su vanidad, y el otro, para alargar la mano y solicitar la caridad de una limosna. Como siempre: el rico –salvo exquisitas excepciones– da la limosna desde arriba, y el pobre la recibe desde abajo, imitando una genuflexión, pero sin hacerla. Ser pobre con dignidad es una gran riqueza, espiritual. Pero lo más lamentable, con todo, es la indignidad del intelectual que dice sandeces con la excelencia del necio. Esta mañana leo en la prensa que un sabelotodo adjunto al Gobierno, ha dicho: «No es lo mismo que muera una persona de 95 años a que fallezca una de 20». Se llama Simón y es, dicen, una eminencia en idiomas, pero un pardillo, un ruin, en comunicación y dignidad. A los 95, señor Simón, se puede morir siendo sabio, a los 25 siendo solo joven, que no es un logro, sino el azar de haber nacido antes o después. Decía el filósofo Schopenhauer que «los primeros 40 años de la vida dan el texto; y los 30 siguientes, el comentario». Sin texto y sin comentarios sería enfermizo y peligroso subsistir. Por eso me fío más de la sabiduría del anciano Dios, Diario, que del saber altivo y deshonesto de la bufa juventud que, ¡ay!, nos (des)gobierna (12:36:38).

lunes, 14 de junio de 2021

14 de junio de 2021. Lunes.
15 AÑOS DE LA MUERTE DE MI MADRE

Sonrisa de madre, bella y discreta. Murcia. F: FotVi

-Hoy se cumplen 15 años de la muerte de mi madre. Tenía 99 y 9 meses, un jardín precioso de vida, donde todo era generosidad, como lo es el jardín, dadivoso en colores y aromas. A los 31 años, quedaba sola en casa, con dos hijos: yo de 3 y mi hermana Consuelo, aún bebé. Mi padre, engañado –iba al frente, le dijeron, a Fortificaciones–, se fue a hacer una guerra, que no era la suya, y, además, con el bando que perdió. Vivíamos en la calle Honda, Molina de Segura, y allí, mi madre sacó la casa adelante, aunque, como ella decía, lloró mucho y rezó más. (A escondidas: era un tiempo en el que rezar te podía conducir a la marginación, e incluso a la muerte). Su vida siempre fue, con mi padre, un hermoso destello lunar en medio de tanta oscuridad, de tanta noche. Yo la recuerdo pequeña y hacendosa, y muy religiosa. En su vejez última, siempre andaba con el rosario entre las manos –«rezaba 6 rosarios y lo suelto», decía– y la sonrisa: las palabras llenaban su boca de Dios y de sabiduría. Murió un día después de la fiesta de San Antonio, su santo predilecto, al que seguramente rezaba «lo suelto» de cada día, y al que hablaba de tú a tú, como al vecino celeste de arriba. Me contaba que de joven, cuando el santo se hacía el remolón y no le concedía lo que pedía, introducía en un cubo con agua su imagen de terracota, para que aprendiera. Al momento, le pedía perdón, y, dándole besos, lo secaba; mi madre, que besaba poco, cuando creaba un beso –acontecimiento en su boca–, lo hacía con intensidad de fuente, dándose en fertilidad y ternura, en emotiva unción. Mi madre murió, tras desayunar, sentada en su sillón, con el rosario en la mano, y en espera del médico. No dijo nada; solo bajó los ojos y quedóse dormida, sin aspavientos, sin estertores, con la paz de los bienaventurados; desde entonces, Diario, sé lo que es morir en olor de santidad; pero, por discreción, no lo digo, para no herir la modestia de los santos (11:34:30).

domingo, 13 de junio de 2021


13
de junio de 2021. Domingo.
LA POBREZA DE LA TIERRA

Si el grano no cae en tierra... Casa Sacerdotal. F: FotVi

-Siempre me conmueve el domingo, el día del Señor. Pone lirios en mi mente, que se abren como auroras. Sin pretenderlo –o pretendiéndolo–, vuelvo a la resurrección, al grano de trigo que muere para ser espiga, y, más tarde, cantidad, exuberancia. En la Cena del Señor. Lo mínimo, lo pequeño –un grano de trigo en mi mano, lo miro, lo medito, míralo, medítalo– que pasa a ser gavilla y parva extendida en la era. Y, tras la trilla y el horneado, pan, eucaristía en la mesa, comida para el espíritu –lo mastico con dientes de prudencia– y acción de gracias para Dios, que es quien hace el milagro y lo pone en mi boca. Todo es obra de Dios. También el ser de la iglesia, como «germen y principio» del Reino en el mundo. (Lumen gentium). La iglesia todavía no es el Reino, pero está construyendo el Reino, con pequeños instantes, con sencillas palabras, con el amor como fuerza motril, llenándolo todo del Espíritu de Dios. El Reino pertenece a los pobres, a los de corazón humilde. ¿Templos? Tú eres el templo, en el que puedes adorar a Dios, hablándole, diciéndole «Te amo» o «No puedo», con esperanza: lo tienes en tu corazón. El domingo, Diario, siempre recuerdo lo dicho por Jesús: «Yo he venido para anunciar la Buena Nueva a los pobres», porque de «ellos es el Reino de los Cielos». Si el grano de trigo no cae en la pobreza de la tierra y muere, no da fruto; sin tierra y grano –sin cruz y Dios –no hay eucaristía (13:16:38).

sábado, 12 de junio de 2021

12 de junio de 2021. Sábado.
ARABESCOS EN EL CIELO

Dibujando arabescos, en el cielo. F: Prensa

-Miro al cielo –suelo hacerlo con asiduidad– y veo a los vencejos, graciosos y libres, dibujando arabescos en el cielo, con sus vuelos de tinta china. Pintan su libertad majestuosa, sin complejos y con la alegría de hacerlo, volando. Rasgan el azul, y vuelan. No especulan: van, dónde, y como quieren, y solo dan cuenta de sus actos a su instinto. Ellos no lloran, pero vuelan, como el ser humano en sus sueños. Dios les dijo: «Volad», y ellos obedecen sin cesar. Saben que viven, pero no que mueren. Viven su existir en plenitud, sin sílabas que digan esclavitud, o mentira, o memoria histórica, o magnanimidad, o derechas e izquierdas, o interés, o qué lengua hablas; ellos solo entienden el lenguaje del canto, y con ese modo de hablar, tan sencillo y armonioso, recorren miles de kilómetros, sin fronteras y sin fielatos que los detengan. Viven aproximadamente 20 años, siempre volando, salvo cuando se detienen –2 meses al año–, para criar y calentar el nido, y así aman, sin decirlo. Saben que aman, porque cuidan de sus crías, hasta que éstas, en la escuela del nido, aprenden a volar, y a ser libres; pero no lo dicen, sólo lo cantan. Saben el lenguaje musical y universal de los pájaros, y, con este modo de hablar, tan orquestal, tan de vals, van de norte a sur, de este a oeste, y, sin plantar, comen, y, sin saber escribir, garabatean en el cielo –esté cubierto o con sol– las palabras «paz», «libertad», «amor», «amistad», «Dios». Esto último lo dicen bajito para no molestar a los incrédulos, a los que, sin saberlo, creen en Dios, pues lo tienen en la boca a cada instante como blasfemia o maldición, o como escarnio. Sólo les encuentro un defecto, Diario, que no sepan usar el papel para escribir, saben garabatear, pero no escribir en hojas de libro ni leer, y, con el paso del verano, todo lo que hacen, queda en el olvido. Pero, sin saberlo ellos, yo lo escribo, para que permanezca y la gente sencilla lo sepa, y, si les parece, lo imiten (12:35:34).