6 de abril de 2020. Lunes.
OTRA PANDEMIA
Agua de lluvia en el árbol. Lagos de Plitvice, Croacia |
-He descubierto que
existe otra pandemia (colateral a esta del coronavirus), y que nos la han
impuesto, sin parpadear, las advertencias sanitarias. Entre las cosas que nos
dicen: «No hagas esto, prívate de lo otro» (al fin todo consiste en prohibiciones:
más que las del Decálogo), sin embargo, esta ha sido la que más éxito ha
tenido. Ni la de no salir, no exponerte a la brisa ni a las personas (contaminan,
dicen; ¡ah, la brisa y las personas!), evitar hablar a menos de un metro y
medio ¿(por qué no hablar con el lenguaje de La Gomera: por medio de silbos,
digo?); es decir, confinamiento total. Todo comprensivo y asumible, y aun
digerible. La salud (ese don imponderable) nos lo exige. La salud por encima
del dinero, del poder, del prestigio. Al fin y al cabo, es la vida. Sin vida,
nada vale nada, todo es inútil, superfluo, ruina. Los gorriones, las palomas,
los mirlos, señores de la calle, de los árboles. Libres como las nubes del
cielo. Bajan de los tejados y comen en el suelo, mínimas cosas que ellos saben distinguir.
Pues lo que decía: existe otra pandemia, ésta protectora y útil, benéfica: la
de lavarse frecuentemente las manos. El jabón (se ve que el virus viene de la
suciedad) la más eficaz medicina contra el Covid-19. Con el agua. Como en el
bautismo, el agua lava, purifica, da vida. El agua, Diario, es gracia, sin ella
nace y se hace duna insegura y variable el desierto, lugar de alacranes; con el
agua, oasis protector (12:55:08).
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