10 de febrero de 2022. Jueves.
ANTOLOGÍA
ANTOLOGÍA
-Escanear una fotografía antigua es volver al pasado y, con un clic en
el ordenador, hacerla, en el presente, belleza actual, sin perder su hermoso color
sepia, que la delata riqueza arqueológica. Escanear es explorar y registrar; es
decir, el escáner examina, lee la foto y, al poco, la hace, renovada, realidad
en el álbum digital. Milagro de los impulsos eléctricos. Es como leer un libro
y retenerlo en la mente. Pues bien, he de escanear una veintena de fotos y datarlas:
recordar dónde y cuándo fueron hechas, las personas y cosas que las llenan,
entrar en su intimidad. Es decir, darles vida. Manolo Cuadrado –mi amigo– y un
servidor estamos preparando una antología de mis versos que sea
diferente. Cada capítulo de la antología irá ilustrado con fotos del
tiempo y la circunstancia en que se escribió. Es como ponerle nervios y piel
excitable a las palabras y que hablen ellas y su ambiente. Editorialmente
hablando, todo es apasionante, pero exige un trabajo de titanes, que hemos de
hacer entre los dos. Y a un servidor, por el clamor de los años –casi fuera de calendario ya–, nada más
pensarlo se le rebelan los huesos. Menos mal que creo en lo que decía Antonio Muñoz
Molina, novelista: «En esto de la literatura hay mucho de enfermedad». Los hay
que enferman por mucho comer y los hay que se tornan esqueléticos, por
lo contrario, por hambre. Pero yo pienso y me digo con Jorge Luis Borges: «Estoy viviendo un sueño perfecto»; sueño que al final –y con la ayuda del Señor de la
Sabiduría– tendrá un despertar feliz, reconfortante, impensablemente hermoso. (Doy gracias, Diario, porque todavía sueño...) (11:46:12).
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