8 de febrero de 2022. Martes.
LA TÉCNICA Y EL MILAGRO
LA TÉCNICA Y EL MILAGRO
-Me santiguo y la cruz me da en la alegría, la despierta y me viene a
los labios, donde sonríe. Hay veces que hasta la prensa ríe y así se une al ave
que vuela, al manantial que corre montaña abajo acompañado de la música del agua,
a la florecilla que brota a la orilla del camino y sirve de aderezo a la
belleza. Leo: «Tres parapléjicos vuelven a caminar un día después de recibir un
implante electrónico». Es decir, la técnica y el milagro, o la técnica haciendo
equilibrios en la cuerda –¿floja?– de lo aparentemente imposible. Un electrodo
estimula la médula espinal y ésta despierta, renace. Despertar de la parálisis total
y verse caminar, nadar o montar en bicicleta, debe hacer vibrar de sorpresa a quien haya
vivido la experiencia. Michel Roccati, italiano, fue uno de los tres
afortunados. Estaba en la tragedia de la inmovilidad y sintió la sacudida del
movimiento: unos cablecitos –electrodos– de metal dieron luz a sus vértebras y
éstas, por el aliento eléctrico, se movieron, cobraron vida. «Hágase la luz», dijo
Dios, y la luz fue vida. Lloró Michel hasta la risa, y rio hasta el abrazo. Con
los suyos. El abrazo fue la conjunción –vibrante y feliz– de la esperanza y el
júbilo, de la fe y el hallazgo. «Los primeros pasos fueron increíbles, un sueño
hecho realidad», dice Michel, con los ojos llenos de lejanías, de hermosos
sueños. Los artífices del milagro, en Suiza, son Grégoire Courtine y Jocelyne
Bloch, con sus equipos. Yo, Diario, digo con Louis Pasteur: «Un poco de ciencia
nos aleja de Dios, muchacha ciencia nos devuelve a Él». Sin complejos,
adentrándome sólo en la realidad del día a día (11:56:45).
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