miércoles, 2 de febrero de 2022

2 de febrero de 2022. Miércoles.
LUZ Y CANDELABRO

Luz en candelabro, Candelaria. F: Googel

-Primero fue la luz –la candela– y luego, el candelabro. El candelabro es un árbol de luz con varias ramas, sin hojas, pero con fruto: la luz. No da hojas, pero da luz. El candelabro no es la luz, pero está para alzar la luz, para elevarla, hacerla vuelo: la luz, cuanto más alta, más radiante. El sol naciente es luz de debilidad, luz de velos y gasas; sin embargo, en su cénit, y en verano, el sol es dragón de fuegos y paroxismos; aunque en invierno parezca más un rescoldo o tizón; o una recogida meditación que recorre el cielo casi en éxtasis, de puntillas, en levitación. En el palacio de Alcínoo, rey de Corcyra, había candelabros de oro en forma de jóvenes con antorchas encendidas en sus manos. Hoy, día 2, celebra la iglesia la Presentación de Jesús en el templo. O, como la llamaban en oriente, la “Fiesta del Encuentro”; es decir, el encuentro de la Luz –Cristo, el Ungido– con el candelabro –el pueblo, la iglesia–, portador de la Luz que ha de hacerla más ancha, más extendida y múltiple. Hoy también es, Diario, la onomástica de Candela, mi sobrina-nieta, que es a la vez luz –inocencia aún: Dios la habita– y candelabro. Luz, por ser imagen de Dios y candelabro por haber sido bautizada; es decir, hecha por el bautismo Candela, antorcha, profecía, evangelio, luz de fe en el mundo, con obras de Dios en sus manos, que digan –iluminando– cercanía, esperanza, amor, prójimo; prójimo, en quien dé –salvándolo– esa Luz que es Cristo, venida, como profetizó Simeón, «para alumbrar a las naciones» (18:02:56).

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