domingo, 20 de noviembre de 2022

 

20 de noviembre de 2022. Domingo.
ESPINAS PARA UN REY

Espinas para una corona, de rey. Torre de la Horadada. 

-Abrir un buen libro es el principio, el germen de algo hermoso, la germinación de la belleza: es como ver abrir la primera rosa de un rosal. O escuchar la primera palabra que pronuncia un niño. Decir «mamá» con la luz de unos ojos de niño que miran a su madre, es empezar a entender la vida: ese milagro que se renueva a cada instante, como pequeños destellos de luz y alguna sombra. Dice la Escritura: «He aquí que hago nuevas todas las cosas». En Jesús todo se hace nueva creación, hasta el hecho de ser rey. Rezo en Laudes: «Mirad el varón que se hace Germen; se sentará en el trono para reinar y anunciará la paz a las naciones». Rey, no de poder destructor, sino de paz: este Rey te llamará amigo y no se sentará en un trono, sino a tu lado en el dolor, el será el Cireneo de tu cruz, y se distinguirá de otros reyes por su corona, que no es de oro, sino de espinas, y se sentará a tu mesa para comer el pan y beber el vino en los que se da a sí mismo, y repartirlo. Profetizó Zacarías: «Aquí está el hombre llamado Germen. De ti saldrá germinación». En Jesús todo se hace nuevo, hasta el pecado, que, borrado, se hace gracia, llenando vacíos, noches oscuras. Solemos pedir a Dios que nos dé su Luz para poder ver la luz. Y escribe José María Cabodevilla: «Sólo a través de la carne de Cristo se hace visible –y soportable– la luz divina» Sin su gracia, Diario, soportar la Luz que nos viene de Dios sería como mirar al sol, arderían nuestros ojos; a través de Cristo nos es más llevadero y festivo ver la Luz (17:12:23).

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