miércoles, 9 de septiembre de 2015

9 de septiembre de 2015. Miércoles.
AZULES

Madre e hijo. Año 1905. Picasso. F: Google

-Pasada la lluvia, vuelven los azules al cielo. O la época azul de Picasso en el ambiente, en la meteorología, y en la melancolía. Ida la lluvia, queda el azul. Desde 1901 a 1904 del siglo pasado, Picasso vio azul el mundo y sus cosas. Ante el suicidio de su amigo -amigo del alma- Carlos Casagemas, así como el sudario que tapa o abriga la muerte se viste de blanco, Picasso vistió de azul su dolor. Si es blanca la muerte, se diría; sea azul el dolor que ella excita, que ella alumbra. Tapar con color de cielo el dolor del alma, no está mal. En la época azul de Picasso, todo es dolor aliviado por el azul. Lección: en tiempos de dolor -nuestros tiempos de ahora-, elevar los ojos y contemplar el cielo, su bóveda azul, su lírica azul, su temblor azul, y, como de lluvia, mojarme de su azul, de su coloración de paz, de su profundidad, de su tono de fe, de su faz de eternidad. Mojarme, Diario; mojarnos de su verdad azul, quizá (20:37:26).

martes, 8 de septiembre de 2015

7 de septiembre de 2015. Lunes.
AMOR ENDIABLADO

Siempre el más allá. Mar Menor. San Pedro del Pinatar. Año 2013. F: FotVi

-Ahora, cuando me viene la palabra nacionalista a la boca, con perdón, la escupo como hueso de aceituna. Tras voltearla mil veces, la escupo por insípida y aburrida, por estéril ya. Consumida su masa aceitosa, apetece echarla fuera de la boca, cansa e impide la buena dicción, y hasta puede causar ahogo. Y ocupa además la lengua, que es la que hace posible tallar palabras, hacer que aleteen las alondras (las palabras) del diccionario y se hagan vocabulario, sintaxis, lectura, comunicación, comunión de ideas. El  mito de Narciso, que es hermoso por el amor de Eco hacia el joven nacionalista (o el joven que se miraba el ombligo), es también cruel, porque acaba en muertes. Muere Eco, la ninfa (o el ideal que se evapora), consumida de vejez y añoranzas en una cueva, y también muere Narciso, ahogado en las aguas de la fuente de su vanidad, a la que, seducido por el encanto de su propia imagen, se lanza, sin calibrar las consecuencias. El amor se endiabla cuando es amor que se da uno a sí mismo; el egoísmo es, pues, amor endiablado, con diablos menores, sin embargo, que a lo sumo pueden llevar al infierno del ridículo, esa cosa que te hace aparecer como tonto y apaleado. El egoísmo cierra vuelos e ilumina ombligos, donde andan la estrechez y los ahogos. (Ombligo, o esa rara y perturbadora abertura sin salida. Umbral). Los nacionalismos (ombligos sin salida), por estancamiento de sus aguas y el pudrimiento que les sobreviene, suelen envilecerse a sí mismos; sin un hilo de montaña que le llegue hecho agua, caudal, emoción, himno, advenimiento, el nacionalismo (charco cerrado) se infecta y muere, apestando. Dios es Dios, Diario, porque es extenso, cruz abierta, profundidad, altura, vuelo y pisada, y cercano amor a toda hora; razón por la que pongo en él mi fe y mi patria, y le doy la mano, y lo llamo amigo, y me gusta pisar donde él pisa, para poder así ir más allá de cualquier horizonte, y sentir lo lejano, el allí de lo infinito, donde la diafanidad (19:01:27).

domingo, 6 de septiembre de 2015

6 de septiembre de 2015. Domingo.
HORA DE ESPERAR

Música de arpas, en el jardín. F: FotVi

-Ayer, día gris, en el cielo y en los colores, y en las veletas de las iglesias. (¿También en las conciencias? ¡Tanto drama!) Los vientos de levante traían grises y frías sus crines, hasta aliviar el calor del verano. Daban en los árboles, en las esquinas, en las nubes, vistiéndolo todo con un inquietante y bello atavío de cenizas, cenizas que, en ocasiones, anuncian la lluvia. Las nubes andaban revueltas, enlutadas, y se perseguían. Hasta que ha sido, ha habido lluvia, y en abundancia, anoche. Noche, pues, de música de arpas. Concierto de agua para la tierra reseca, quemada, postrada por el verano. Este domingo, en mi vida -y quizá también en la de otros-, ha habido lluvia, y Dios. Dios en descensión con la lluvia. Y, ante tanta tragedia -me he dicho-, la esperanza. Mi esperanza; con la tuya, acaso. Porque como soñó el poeta, y a pesar de todo, Diario: «Es la hora de esperar en la esperanza». Aún (19:49:47).

viernes, 4 de septiembre de 2015

4 de septiembre de 2015. Viernes.
SOÑAR

Porcelana soñada, en el jardín. F: FotVi 

-Oigo y no creo; miro y creo menos. La realidad, a veces, no es lo que se ve o se oye, sino lo que se sueña o se vislumbra. Si se sueña un mundo mejor, quizá exista ese mundo en algún lugar, como existe en la ensoñación. Nunca se sueña lo que no existe; se sueña lo que existe, pero embellecido, sublimado, hecho posibilidad lujosa, Diario, a la que ansiar dar alcance. Soñar: vivir (19:33:24).

jueves, 3 de septiembre de 2015

3 de septiembre de 2015. Jueves.
LUZ EN LA LUZ

Donde se recoge el llanto, en el jardín. F: FotVi

-Anteanoche, de madrugada (5:30), llovió, y como a escondidas. La lluvia tamborileó en la cosas, y éstas sonaron a celebración. Como si corrieran gacelas en la noche. Desperté, y oía gacelas. Corrían en mi cabeza y en la noche. (Lo que ocurre en la cabeza, sucede fuera). Yo me alegré por las gacelas, y por poder oírlas en mi cabeza, detrás de los ojos. Las gacelas y mis ensoñaciones se confundían, y me arrebataron el sueño, el lugar donde se ensueña. Luego, ida la lluvia, me dormí con las gacelas, y soñé que yo corría a su par, y que, en ellas, me hacía libertad y vuelo, chispa de luz saltando, en el bosque. Mas, al despertar, el sueño se hizo túnel de tragedia, fiereza para la contemplación; los ojos se llenaron de espanto, y ya no hubo gacelas, sino dagas en el alma. Tragedia. Por si yo también soy culpable, me arrodillé ante la foto de Aylan Kurdy, el niño sirio (sólo tres años) desparramado en la playa, hecho un hermoso y estremecedor despojo celeste sobre la arena, y recé. Las gacelas se han detenido en el bosque, y lloran conmigo; también contigo, quizá. Y el mundo es más pobre, y más andrajosamente inhumano, y lo notan las gacelas, y el mar que ha depositado a Aylan Kurdy a la orilla de su llanto de agua y estrellas, de su ira irracional y bellísima, en la arena, donde él también muere, adelgazado y sufrido, en paz; pero ¿y tú, y yo, y los fatuos líderes del planeta que no saben atajar guerras y locuras, histerismos de insectos sin conciencia, y que viven absortos solo en su vanidad y bajeza, tomamos conciencia de que, con la muerte del niño sirio y tantos otros niños, el mundo es más pobre, más inhumano, más inhabitable? Sin embargo, leo a Umbral y me viene a los ojos un silencio clamoroso de luz. Ante la muerte de su hijo (seis años), y luego del abatimiento total, surge, se eleva, escribe: «Tu muerte, hijo, no ha ensombrecido el mundo. Ha sido un apagarse de luz en la luz. Y nosotros aquí, ensordecidos de tragedia, heridos de blancura, mortalmente vivos, diciéndote». Decirte, niño sirio; deciros, niños que sufrís las heces del egoísmo humano, su avieso mirar para otro lado. Es lo que yo puedo hacer y lo hago: deciros. Decirte, Aylan Kurdy. Quizá, Diario, la luz apagada y cegadora de la muerte de Aylan Kurdy, nos haga ver, aunque acuciados por el llanto, la Luz, y nos salvemos así de notros mismos (12:04:20).

martes, 1 de septiembre de 2015

1 de septiembre de 2015. Martes.
CUNDIÓ LA ALARMA

Paz, en el Mar Menor. San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Ayer, al atardecer, cuando el sol cuca su gran ojo de oro como despedida y se oculta, hubo truenos y electricidad, pero apenas lluvia. Pudorosa, la lluvia, se resiste a echarse desnuda en brazos de la madre tierra, y darle su amor. La hermana madre Tierra, la que «nos sostiene y gobierna». Y mientras, el horror de cada día; la voracidad del horror, en todo el planeta. Una viñeta de El Roto en El País, lo expresa clamorosamente, como si la viñeta se llenara de temblor y llanto, y preguntas, y pensamientos raros. Dice: «Cuando empezaron a llegar caminando sobre los ahogados que les precedieron, en Europa cundió la alarma», con dibujo de un caminante sobre cadáveres en el mar. Tras ver y leer la viñeta, se produce el silencio, con congoja. El silencio de los ajusticiados por la infamia, el de los muertos en el mar; pero también el de los otros muertos del alma, o el de aquéllos, que pudiendo, no hacen nada (o muy poco) por solucionar la enorme tragedia, en la que exceden, por encima de cualquier otra causa, Diario, los egoísmos. Sin excusa (20:21:39).

lunes, 31 de agosto de 2015

31 de agosto de 2015. Lunes.
TRONAR

Unas gotas de vida, en el jardín. F: FotVi

-Si Dios no lo remedia -que no-, esta mañana de agosto, que ya atisba el invierno, desayunaré con sol y acción de gracias; es decir, haré eucaristía. Salvo las sombras de uno mismo, en la fe todo es sol. Escribía el domingo, mientras me rasuraba la barba, y me disponía a salir para celebrar misa. Hizo sol y hubo eucaristía, y el gozo de compartirlos. La alabanza a Dios, compartida, alegra los labios, y el corazón de donde parte, y es liberación. En este momento (las 20:04:55), Diario, truena y amenaza lluvia. Que así sea (20:08:18).

domingo, 30 de agosto de 2015

29 de agosto de 2015. Sábado.
EL BIBLIOTECARIO

Biblioteca, y no la de Alejandría. F: FotVi

-Se me ocurrió plantar libros, a ver si florecían. En la biblioteca. Como viñas en un huerto cerrado. ¡Qué huerto de luces, de caminos, de dramas y amaneceres, de arrebatos místicos y guerreros, de quijotes y sanchos, de hadas encendidas, de rimas y odiseas, de amor! En mi huerto cerrado, Cervantes -ejemplo- asombró a Homero, y éste a aquél, de por medio andaban Shakespeare, y un tal Proust, con otros, como Borges o Lorca, o Claudio Rodríguez, o Adonis. (Dios también estaba, se le intuía en la Biblia, como un silencio con rumores). Ordené los libros, los pulí, los miré con cariño, los adulé, los liberé del polvo y de la polilla, les di el calor dulce de mi mano, la caricia de mis ojos, me aprendí sus pastas, rocé sus lomos, hasta lloré sobre ellos, y los amé. Percibí que había libros malos que tal vez debiera eliminar, pero no lo hice, pues me dije: “¿Y si con mis cuidados dieran fruto?”. El fruto de una página ave, voladora, por lo menos. Nunca lo supe, dijo el Bibliotecario: jamás abrí un libro, sólo los contemplé absorto, maravillándome de que existieran, sin pasar a su interior, a su monte santo, donde la palabra -silencio ardiente- se despereza en la lectura, se ríe, llora, se muestra cómplice, se abre, se da, habla. Eso, Diario, dijo el Bibliotecario, perdida la vista en aquel gran bosque inexplorado, profundo, terrible y bello (12:15:28).

jueves, 27 de agosto de 2015

27 de agosto de 2015. Jueves.
DE ACERO Y FRÍO

Mirar descarado, desde el jardín. Año 2012. F: FotVi

-Hay un pájaro supercalifragilisticoexpialidoso de un vecino, que pía con golpes de acero y frío, que diría el poeta. Es el suyo un piar agudo y desabrido, que hiere sin sangrar. Perfora, pero sólo la sensibilidad musical del oído, y el sueño. No sé (sin querer ofender) qué clase de pajarraco es; pero te aseguro que no es ni un político, ni un predicador sin sermón, ni un mal poeta de facebook, ni…; es, Diario…, ¡la consternación! (20:46:26).

miércoles, 26 de agosto de 2015

26 de agosto de 2015. Miércoles.
ADVERSIDAD

Árboles y su espejo, junto a la cueva Gütmana. Letonia. Año 2014. F: FotVi

-Se aviva el odio, como un fuego de verano en el bosque. Arde, cada vez con más frecuencia, el bosque de la democracia. Y si arde el bosque, con él arden la fauna y la flora; es decir, arde la vida y la belleza, apagándose así las luces y adornos de las estaciones. Y con el fuego del bosque, se apaga toda luz; el fuego sólo crea sombras de humo, noche sin luciérnagas ni estrellas, adversidad; la adversidad de la muerte. Una chica, 18 años (bella, por cierto, y con la gracia casi trasparente de lo frágil), ha sido apaleada en Cuenca, la ciudad de las casas colgantes, que resisten al tiempo (y las miradas) sin caerse. A estas alturas, me pregunto qué significan «facha» o «rojo», para que unos peguen a otros, esta vez en una nueva guerra civil de barrio. ¿Todavía hay fachas y rojos? ¿Todavía hay extremos que no se tocan? Siempre me han parecido hermosas las márgenes del río, porque, aunque nunca se toquen (en el tocarse estaría su muerte), siempre se miran y se sonríen entre cañaverales y huertos, y pájaros y arados, y cielos que flotan en sus aguas. No creo ni en rojos ni en fachas, ni en éstos ni en aquéllos, creo en el río, que, con el respeto de sus orillas, guía sus aguas (la vida) hacia el mar, para que absorbida (asunta) por la evaporación, se convierta luego en lluvia, en bendición graciosa sobre la tierra. ¿Mi credo? Dios, el hombre, la vida, dar la mano, tolerar aun lo que no entiendo, poder abrir un libro y, una vez leído, cerrarlo estremecido (prefiero un libro en la mano que una biblioteca volando), confesar que soy hombre perdonado (papa Francisco), y, aunque nunca he puesto del todo la otra mejilla (Jesús de Nazaret), lo intento alguna vez con algún que otro modesto resultado. ¿Mi credo, Diario? Mirar la luz…, y no cegar, sino ver. Es todo (11:59:39).

martes, 25 de agosto de 2015

25 de agosto de 2015. Martes.
LUNES NEGRO

Oro, en el Museo Arqua de Cartagena. Año 2015. F: FotVi

-La vida sigue, como un torbellino. La vida está ahí, muere, revive, se alza, se cae, respira, se ahoga, se hace fuerte en la ancianidad y brilla en lo joven. Lo anciano, sin embargo, es otro modo de esplendor: un esplendor sereno y sabio, casi divino. La ancianidad es nostalgia del brillo, pero con luz discreta de brasa. Está y luce, aunque en la discrecionalidad; es fuego que se afana bajo la ceniza. Hasta que se apaga; como lo joven, al fin. El torbellino de la vida -haz de sucesos inverosímiles, a veces- nos revela hoy estas noticias: ayer, porque cayeron las Bolsas, fue, dicen, un lunes negro; no lo fue, sin embargo, porque murieran en la mar unos ilusos emigrantes intentando dar vida a unos sueños, que nacieron muertos. El lunes se ha llenado de hollín porque la Bolsa ha caído. Pavoroso. Otra: la yihad, activa, sigue segando vidas. Y ahora anuncia actuar en España; ahora, sí, temblor de miedos entonces, ya nos afecta. La yihad corta cabezas, también cristianas, pero si es en la lejanía -Siria, Nigeria, Irak…-sólo hay un lamento, un lloro a lo sumo; en la cercanía, sin embargo, se crea el grito y se moviliza la guardia, se pone en marcha la araña del temor. Se asusta el pánico. Y última hora: tres muertos y cuatro heridos en el norte de Francia. ¿De nuevo la yihad? Están ahí, otra vez, entre nosotros; como el mosquito tigre, trasmisor de la chikungunya, a la puerta de la playa, esperando. Pero aliviémonos, Diario, después del lunes negro de ayer, el Ibex 35 ha vuelto a subir, y, nuestro mundo alegre y confiado, y olvidadizo, vuelve a serenarse. Del lunes negro, al martes rosa. Consolación. Y: «¡Contengamos el grito!», se nos dice, y obedecemos, hasta el nuevo lunes negro en que se haga el pavor (19:23:42).

lunes, 24 de agosto de 2015

24 de agosto de 2015. Lunes.
LA CLARIDAD

La claridad viene del cielo, desde el jardín. F: FotVi

-«Siempre la claridad viene del cielo», dijo el poeta Claudio Rodríguez, en su libro El don de la ebriedad. Año 1953. Y esto, la claridad -añade-, es un don; es decir, gratuidad. El don no se cobra, se da, y, desde la humildad, se acepta como tal. Las tinieblas, que son oscuras y petulantes, no aceptan la claridad, y jamás gozan el alba. La claridad reviste las cosas y les da estancia y color, y presencia. Están y se ven. La claridad exhibe las cosas, las expone, revela su apariencia, su semblante, las da a conocer. También claridad en el alma, en la mirada, en las palabras; es lo que pido, es lo que busco. La claridad que hace limpio el corazón e ilumina las obras, y las deja brasa de amor en cualquier vida, sin humos. No la tiniebla del odio, del batallar, del simular, del mentir, del sinvivir en la amargura; la claridad del amor, Diario, es lo que busco, y lo hallaré, porque es un don; don venido del cielo, al que miro con afán de vidriera que desea ser iluminada, encendida (20:29:58).

domingo, 23 de agosto de 2015

23 de agosto de 2015. Domingo.
BRASAS DE LUNA

Mirada del bien, en el jardín. F: FotVi
-Como las plantas, agosto se nos está agostando, secándose en su mismo fuego de verano. Julio ha sido ira, infierno, calor irritado; agosto también ha sido ira, infierno, calor, pero menos colérico; agosto ha calmado las lumbres de julio con sabiduría de alguna brisa y brasas de luna. Pero el mal -el odio, el terror, lo injusto, la muerte, la mentira…- no se agosta, sigue con su alma de escarabajo portando excrementos a su guarida. Por eso hay que aventar el bien, Diario, para que se haga verdad lo que escribiera el de Tarso: «No te dejes vencer por el mal, sino vence al mal con el bien». Y el ángel dijo: «Amén»; y yo digo: «Así es» (20:33:12).

jueves, 20 de agosto de 2015

20 de agosto de 2015. Jueves.
CAROLINA, O EL POEMA DEL VOLANTE DE PLUMAS QUE VUELA

Carolina, el poema del volante, en Yakarta. Indonesia. F: Reuters

-Está claro: el esfuerzo, la tenacidad, el no ir de convidado de piedra, sino de actor, sentir «la furia de los músculos» (Leila Guerriero) y la feliz locura de la mente, porque la tenacidad nace en la mente, y es locura de no parar, de irse a volar (en ella, en la mente, caben todas las quimeras), el sueño de cruzar la meta el primero, o dar como un verso excelso el último raquetazo ganador, en un juego alienígena llamado Badminton, juego de volante y raqueta, y mente clara, y agilidad de gacela, con ojos y oídos que se adelantan a la jugada, la preceden, la adivinan. Rapidez de reflejos, llaman a esto. El volante del juego alienígena llamado Badminton es un armazón de plumas que tiene vuelo de bala y posarse de ave, casi etéreo. Se le maltrata a golpes, fieros a veces, y va y viene, y destella en uno y otro lado, hasta que, vencido, cae. Una raqueta, lugar donde se enfurece el volante, vence a otra, y un punto, como un verso suelto, cae del lado de la raqueta vencedora. Hasta que, punto a punto (verso a verso) se acaba construyendo el poema del volante de plumas que vuela: la victoria. Esfuerzo, tenacidad, sacrificio, codos hincados, estudio, noches quizá en blanco, gimnasio, dolor, sufrimiento, y llanto en alguna ocasión, siempre al límite de lo imposible. El domingo 20 de agosto, alguien, Carolina Marín, una española de Huelva, escribió, componiendo con el volante emplumado, punto a punto y verso a verso, un bello poema deportivo. Logró el Campeonato del Mundo de ese deporte alienígena llamado Badminton, y, como cae el volante de plumas tras su vuelo, como se precipita la luz o se llueve la tierra, la alegría de Carolina, tras el triunfo, rodó, Diario, por los suelos, con su llanto de risa y laurel, de pódium y gloria. Felicitación (11:46:38).

martes, 18 de agosto de 2015

18 de agosto de 2015. Martes.
INFIERNO DE PAPEL


Belleza otoñal, en ABC. Año 1970. F: FotVi

-La prensa, de ordinario, es un despiadado asalto de malas noticias, de horrores, a nuestra sensibilidad. La prensa es un infierno de papel (virtual, a veces) al alcance de cualquiera. Es el infierno de Sartre, pero hecho de crónicas insanas, implacables. «El infierno son los otros», dijo; los otros que, necesariamente, por oficio (y beneficio), escriben la maldad. También alguna vez escriben lo bueno; pero más, la maldad. La maldad, que, por morbosidad del ser humano, apasiona y vende más. Morder un dólar o un euro y decir: «¡Vale, tío!», aunque tiemble toda moral o ética, se estila ahora. Aunque explote la convivencia y el silencio de los inocentes (Thomas Harris).  Morbosidad (o enfermedad del alma), que, como la sarna, si es asumida con gusto, no pica. Si es noticia, aunque sea rumor o chisme, no pica la sarna del escarnio, la burla, la muerte, la guerra, el naufragio de soñadores de cielos nuevos, los asesinatos en este y en aquel otro punto, el fraude, el robo, la falacia ideológica (aunque venga de Archipiélagos Gulag o Campos de Exterminio, los Auschwitz de ahora mismo, aciagos), la violencia contra la debilidad (la mujer, el no nacido, humillación de todo, hasta lo más sagrado), tantas cosas, execrables, que se escriben, cada día, y apenas alguna buena, si acaso (porque cae bien) que el papa Francisco ha dicho esto o lo otro (si complace), o salvar a estas niñas de la locura de la yihad, o ha bajado el paro juvenil, algo así, pero triunfa sobre todo lo que es ira y pavor, y odio, que venden más que la misericordia o el amor, o el silencio de los corderos, entre los que, Diario, pongo a Dios, y una cruz (12:17:50).

sábado, 15 de agosto de 2015

15 de agosto de 2015. Sábado.
GRACIAS, MUJER

Mujer ascendida. F: FotVi

-Hoy no parece que vaya a repetirse el calor de ayer, calor fanatizado y ofensivo, sucio. En un ambiente de calor, en que todo arde, la mirada se aturde, se torna trazo de acuarela, se diluye. Como la tiranía aplasta, el calor humilla. Ejemplos: la tiranía del tabaco, la de los celos, la de los insectos, que, según Shiki Masaoka, poeta japonés, en verano caen muertos sobre los libros. Hoy, día de la Virgen absorbida por el cielo, asunta, se hace más pulcro el ambiente, más aseado. Ella, Mujer, ascendiendo, y el Cielo, bajando. Y así, aun en el ambiente, se hace cercana la pureza, se toca su claridad. Gracias, Dios; gracias, Mujer; gracias, día (21:50:35).

jueves, 13 de agosto de 2015

13 de agosto de 2015. Jueves.
TARDE DE FUEGO DE HERIDA

Lluvia de plata, en Santiago de la Ribera. Año 2015. F: FotVi
-Ante un agosto terco en calor y sangre, sin Dios ni reglas (parece), desnudo de humanidad y vestido de barbarie (un bebé muerto aquí, uno más, dos chicas jóvenes allá, la esposa a manos de su expareja, accidentes, miseria moral), voy a tratar con unos versos de Pablo Neruda de iluminar mi alma, liberarla de pesadillas y lamentos, hacerla paz, en la palabra, con la palabra, en esta tarde de fuego de herida. En su Oda al mes de agosto, decía Neruda: «Quiero / estar / solo / en medio / de la luz de agosto / y ver / así / sin sangre / por una vez / la vida: / verla / como una / nave / deshabitada / y bella, sin más aroma que el aire marino / o el invisible de un romero amargo». Estar solo, Diario, y viendo sin sangre la vida (20:50:43).

miércoles, 12 de agosto de 2015

12 de agosto de 2015. Miércoles.
QUART HADASHT, O CARTAGENA

Gozo arqueológico, en Quart Hadasht, Cartagena. F: FotVi

-Día de gozos arqueológicos, ayer. Cartagena es otra cosa: es un hoy nuevo (y novedoso) y es, a la vez, arqueología vieja, con sabiduría, pues, de antes; es decir, es hoy, o una bella y cosmopolita ciudad moderna, y es arqueología, o historia en huesos, en ruinas recuperadas, ruinas que hablan de lejanos esplendores y decadencias, de muertes y renacimientos. Cartagena fue ideada y fundada por Asdrúbal, un cartaginés versado en guerras y en mares, y en ensoñaciones urbanas. Asdrúbal llegó, vio y, donde antes habían vivido gentes ibéricas, fundó Quart Hadasht (Nueva Ciudad), Cartagena, año 227 a. C. Luego llegaron otros: romanos, bizantinos, visigodos, y la fueron deshaciendo y haciendo, desnudándola y vistiéndola, hasta hoy, que sigue todavía sin acabar de ser, pero siendo. Pues nada en este mundo, para no morir, se ha de dar nunca por acabado. Y Cartagena, desde aquel siglo III a. C., sigue acabándose, acomodándose, componiéndose (como el poema o la sinfonía) y así lo estará hasta el infinito. Ayer, Manolo Cuadrado y yo, como en otros tiempos la Grecia, Italia, o Francia, y con vocación de estudiosos en piedras antiguas, literatura esta sin escribir, pero visiblemente locuaz, visitamos Cartagena. La muralla Púnica, el Museo, el Teatro Romano y una pequeña aventura marítima en barco turístico, fueron, venciendo el calor, objeto de nuestro transitar por Quart Hadasht, Cartagena, leyendo en lo antiguo, para saber de lo nuevo, pues raíz es lo antiguo, Diario, de todo aquello en lo que ahora vivimos y somos, y seremos (20:44:52).

domingo, 9 de agosto de 2015

9 de agosto de 2015. Domingo.
GOTA DE DÍA

Diente de fuego, en la imaginación. F: FotVi

-Una gota de día en la mano y me la ha perforado, tanto ha sido el calor. La vi caer (la gota de día) y era un diente de fuego, una moneda de céntimo incendiada, un pequeño festín de ira. Me taladró la mano, dijo el mentiroso (político él) en un arrebato de lirismo incierto; y todos le creyeron, salvo él mismo, Diario, que se rio del mundo, todo. (20:05:54).

viernes, 7 de agosto de 2015

7 de agosto de 2015. Viernes.
ABISMOS DE PAVOR

Sobre la fragilidad, en el jardín. F: FotVi

-El Mediterráneo, fosa común, fosa hiriente, fosa de ahogos; cementerio de los que, movidos por la ensoñación de Alicia en otro país de las maravillas, osan andar sobre las aguas como si de un cielo sólido se tratara. No se dan cuenta de que debajo de la nube sobre la que andan -sus visiones, sus esperanzas, sus sospechas de felicidad- hay caídas, hay abismos. Abismos de pavor y muerte, infinitos. Sin contemplación. (Hacia Dios o hacia el Infierno -o hacia la Nada-, siempre la muerte es infinita). En la fosa común del Mediterráneo ha vuelto a suceder la muerte. Doscientos emigrantes, muertos de un tajo; a los miles ya habidos, se suman éstos, almas ya camino de otro sueño distinto del que los llevó a pensar que podían andar sobre las aguas. Y, como un golpe de luz que te ciega, el sueño del infinito, inesperado. La muerte es cegarse o de tanta Luz o de tanta Nada. Y cegada además Europa -sin Luz, sin fe, sin solidaridad- en no mirar este drama de frente, con ojos de examen interior, para poder sentir la culpa de no haber mirado y proponer así la enmienda. No miro, dices; me desentiendo. Y, como el avestruz, si no miro, dices, no suceden las cosas. A mi alrededor hay un mar, y miles de muertos; pero no miro, hundo la cabeza, la escondo, y así dejarán de existir. Sólo existe lo que veo, lo que toco, ni siquiera me basta con el mal olor de un cadáver, de miles de cadáveres, de miles de sueños rotos, dice la oscuridad de los ojos de Europa enterrados bajo el ala de avestruz de su insensibilidad solidaria. Miles de muertos. No importa, Diario: Europa esconde la cabeza, y dormita, o se divierte (20:15:48).

miércoles, 5 de agosto de 2015

5 de agosto de 2015. Miércoles.
ORFANDAD

Fuego, en el parque. Torre de la Horadada. Año 2015. F: FotVi

-No sé si, al comer, muerdo con furia o es que me cae grande la dentadura. (Dentadura implantada, como un cañaveral). Es el caso que me muerdo la boca por todos lados, como cuando de niño me picó una abeja y no dejó lugar en el rostro sin aguijón ni mordedura. Mi madre dijo, entonces: «Un adefesio, eso es lo que pareces». Y yo -debido al dolor y a no saber que era aquello de adefesio- me deshice en llantos, como una esponja con hipo. Hasta que, envolviéndome en  su abrazo, vino madre y me consoló. Anoche cenando, me mordí la lengua, y creí, tan fuerte fue el golpe, que me la había partido. Y temí (¡qué cosas!) que me dificultaría decir palabras, nombrar las cosas. No me preocupaba la herida, sino el no poder decir palabras. Y me dije: «Huérfanas de mí las cosas». Y es que en las palabras se renuevan las cosas, y se va completando así la creación. Decir, es hacer que las cosas sean, estén, latan, vivan. Dios -suele adivinar el poeta- anda en las palabras y, al decirlas, se percibe en las cosas, hay como un rumor de él en la palabra. Di: «Luz», y se hará la luz en tu mente e iluminará tu imaginación. Aunque camines a oscuras, verás la luz en tu interior y tendrás conciencia de que lo que dices existe, está, ama. Di: «Palabra», dila, y se abrirá el Diccionario, y te dirá: «Habla», y entre el Diccionario y tú se recrearán las cosas, serán de nuevo vida hablada, en ti, y tu boca se llenará de vida, y la vida, de emociones bellísimas y nuevas. Diario, di: «Amor», y el mundo será más fuego, con más fragor de Dios (19:57:13).

lunes, 3 de agosto de 2015

3 de agosto de 2015. Lunes.
OTRO LUCIMIENTO

Otro lucir, en el árbol. Año 2015. F.FotVi

-En un primer momento me pereció ser una hoja lo que había caído del árbol. Era otoño. Y, en otoño, las hojas sienten una vocación de libertad que las hace irse del árbol, donde fueron ornamento y rumor, y volar hasta la tierra, para en ella volver a ser savia y vida, y, en su tiempo, subirse al árbol y lucir de nuevo. A ese otro lucimiento, lo llaman primavera. Me pareció ser una hoja y, sin embargo, lo que había caído del árbol había sido un pájaro; el golpe fue seco, perverso. Cogí el envoltorio de plumas y lo noté con vida aún. Aunque con los ojos cerrados, la vida latía allí, débil, como un parpadeo de algo dudoso. Intenté animarlo, pero no pude: se heló en mi mano. Luego descubrí un pequeño orificio en su cuerpo: un perdigón de escopeta lo había atravesado. Nunca supe de donde vino ni cómo fue. Sólo supe que algo hermoso (como un verso de poema de Dios) había muerto, en mis manos. Di, me dije: «¿Por qué?» Y enterré el pájaro junto a la raíz del árbol, para que esta vez, al volver la primavera, fuera hoja de árbol, con otra clase de vuelo y canto. Recordé esto al saber de la muerte de un bebé palestino a manos de la fe sórdida de unos judíos extremistas, locos de creencias erradas, y que, en el odio al prójimo, y sin saberlo, quizá, (o, sí) Diario, están odiando a Dios (20:46:38).

sábado, 1 de agosto de 2015

1 de agosto de 2015. Sábado.
OÍR LA LLUVIA

Soñando ser nube, en el jardín. F: FotVi

-Parte meteorológico: ayer, de tarde, el cielo último de julio rompió aguas y dio a luz unas gotas de lluvia que parecían la fábula (Esopo) del monte aquel que se puso de parto y parió un ratón. Unas gotas, sin embargo, lúdicas, por ruidosas, con baile dentro. Oír la lluvia es algo así como oír un libro leerse a sí mismo (Yo lo he oído leerse, Candela, ¡y suena!), o a una corchea salirse de la Novena de Beethoven y dar la nota, ella sola, como un sueño libre; eso sí: con Beethoven a su lado: guiándola, asombrándola, llenándola de vida. La música es asombro, Diario, por la misma razón que lo es la lluvia, tan sabia siempre (21:45:19).

viernes, 31 de julio de 2015

31 de julio de 2015. Viernes.
SI NO VOLAMOS

Al acecho, en el jardín. F: FotVi

-Andar por la cuerda floja: un modo triste de apenas avanzar. O un modo inútil de caer en el vacío. Se anda por la cuerda floja cuando se ve combado lo que es firme y terso para el caminante libre -ave de vuelos altos- y sin prejuicios. La hipocresía es cuerda floja, y la demagogia, y los silencios que ocultan la injusticia, y la mentira que agranda lo inocuo y devalúa lo excelente, y el güisqui enloquecedor que provoca el accidente, y el estornudo o eructo inoportuno en un concierto de Vivaldi, y un político haciendo promesas que él sabe y saben todos que no cumplirá, y hablar del peligro de un calentamiento global con un cigarro en la boca, y «el calumnia que algo queda» (por los suelos), y decir que te gusta esta cosa en facebook -un poema, una gracieta, una foto de alguien que se retuesta al sol (gamba roja), etcétera- cuando no te gusta, y un mitrado (o clérigo raso) que se dice a sí mismo y no el evangelio, y la intolerancia clamorosa, y el fragor con pupas de la ignorancia en medios de comunicación y en medio libro o en libro hecho de páginas en blanco, y la incontinencia (o lujuria) iconoclasta, y la mediocridad como punto de partida (trampolín) para llegar a la nada, y la misma nada, donde nada es nada, ni siquiera caos, y el racismo y sus horcas caudinas, y el juez perverso que dicta sentencia según le place o le dictan, y tú y yo si no volamos (soñar) en positivo. ¡Es tan fácil, Diario, andar por la cuerda floja y caer en el vacío! (12:09:37).

martes, 28 de julio de 2015


28 de julio de 2015. Martes.
POETAS SALVAJES
 
Cantautor salvaje, en el jardín. Año 2013. F: FotVi
 
-No mato animalitos, los protejo. Sobre todo a la luciérnaga y a la cigarra, que, con sus himnos de luz y élitros, son poetas salvajes y bellísimos de la naturaleza. No mato animalitos, salvo a las cucarachas, que sobrevivirán, feroces, a la humanidad, y que, por andar siempre en tinieblas, no harán un verso ni leerán libros. Las cucarachas beben tinieblas, como los que odian gustan de la sangre que gotea del diente de Drácula. Linda teoría, pues, Diario: no matar animalitos, sino protegerlos, como la bondad y la verdad, tan escondidas, maltratadas y humilladas, últimamente (18:32:43).

lunes, 27 de julio de 2015


27 de julio de 2015. Lunes.
LOS ABUELOS, AY
 
Belleza de lo viejo, en Segesta. Sicilia. Año 1970. F: FotVi
 
-Ayer, día de los abuelos, una familia miró y dijo: «Me falta un abuelo a la mesa. ¿Dónde está el abuelo?» Hasta que alguien cayó y dijo: «Está en la residencia», y: «¡Ah, qué susto! -Exclamó- ¡Creía que lo habíamos perdido!». Y siguió paseando el perro, que levantó la pata, meó sobre una mata de espliego y pervirtió su aroma. Hay días en los que se celebra la hipocresía y éste es uno de ellos. Día de los abuelos. Hipocresía, o fingimiento. A la vejez se la despoja de su decoro y se la esconde en residencias con horario y psiquiatra, y ejercicios de yoga para despertar las ansias dormidas. Un pito, una señorita con sudadera, y los viejos que dan saltitos y hacen monadas con los brazos, riéndose mucho. Y la pregunta obligada: «¡Estás bien?» «Sí, hijo, estoy bien; pero os echo tanto de menos…» Y el perrito que tira de la cuerda: «Amo, vámonos». Esta vez no se hace (en el espliego) porque le sale la decencia, animal. «Bueno (¿padre, madre?), hasta pronto.» Y los niños que se desenredan del abuelo (abuela), al que dan muchos besos, dejándole alguna lágrima en la mejilla, gota de vida para ellos, quizá; besos y lágrima que acercan la ancianidad a la niñez, hasta el extremo de casi tocarse. ¡Los abuelos, ay! Según el papa Francisco, Diario: abuelo es igual (en más de un caso, dice) a objeto de desecho. ¿A que, no? ¿O, sí? (19:37:15).

domingo, 26 de julio de 2015


26 de julio de 2015. Domingo.
ESCRIBO
 
Luz compartida, en el parque. Torre de la Horadada. F: FotVi
 
-Si no fuera domingo, escribiría; pero, como lo es, también escribo. Escribo: Dios y el pan; o partir y compartir. El que posee pan y a Dios y no comparte (el pan), quizá se quede con todo su pan, pero seguro que algo pierde de Dios. La multiplicación de los panes evangélica dio comienzo cuando se empezó a compartir: cinco panes y dos peces, partidos y compartidos. Dios y pan, Diario, o compartir: lo demás es abundancia de pan (quizá), y silencio… de Dios (19:55:18).

sábado, 25 de julio de 2015


25 de julio de 2015. Sábado.
LOS ETCÉTERAS
 
Sin vacíos, en el jardín. F: FotVi
 
-Crear vacíos sin rellenarlos, mal ejercicio, dijo el sabio. Lo terrible del vacío es que no alberga más que sombras. Su contenido es la nada. La perversidad del vacío radica en que en él no hay voces, palabras, ecos, historias, paisajes, miedos, sueños, etcéteras. (Los etcéteras son muy significativos en la nada del vacío: en otros momentos lo llenaron de vida). Abogo, Diario, porque haya menos vacíos y más luz en las tinieblas... del alma, sobre todo (18:20:45).

jueves, 23 de julio de 2015


23 de julio de 2015. Jueves.
UN ACTOR
 
Corazón de geranio, en el jardín. Para José Sazatornil. F: FotVi
 
-Se me ha muerto un actor. En verano, y en los Alcázares, miraba yo y allí estaba él, de pie, como absorto, con su cara de figura del Greco y su bigote apaisado y socarrón, ladino. Yo, en lo mío (o en lo de Dios, celebraba misa), desviaba de vez en vez la vista para echar una mirada al famoso, que respondía a Saza, abreviación de Sazatornil, apellido este trabalenguas, sin duda, por lo que había que acortarlo. Finalizada la misa, Saza me esperaba a la puerta del templo y me saludaba con una enorme risa hecha de dientes y afabilidad. Hay quien ríe con todas sus fuerzas y quien lo hace con toda la dentadura, dando luz a la risa, albor. Antes de reír, Saza adelantaba los dientes, y luego reía con ángel y dentadura. Cada vez, durante cinco años, me saludaba con una inclinación, teatral, y me decía: «Me gusta cómo vocaliza usted». Él tenía una voz honda, de dulce desgarro, voz fuerte de escenario y candilejas. Ahora me dicen que ha muerto; y con él han muerto su voz y su gracia, y su gran estatura de hombre afable, jovial, entrañable, un pedazo de pan, que diría madre. Pan comestible y gustoso, e inspirador. Tras haber padecido la enfermedad de los olvidos, del mirar sin ver, de todos los silencios, el alzheimer, Saza ha muerto. Descanse en paz, Diario, y que halle en Dios la memoria y el volar de todos sus recuerdos, para darse fe a sí mismo de que ha vivido, y soñado (20:01:05).

miércoles, 22 de julio de 2015

22 de julio de 2015. Miércoles.
HOGUERA INTERIOR

Fuego interior, en San Blas. Santiago de la Ribera. 2013. F: FotVi

-Mientras escupía de su boca una colilla de cigarro con baba, dijo el poeta: «El infierno se siente en la brasa del cigarrillo que pende del labio», y sonrió con dientes negros y gesto blanco de haberse quemado, el corazón. Luego escupió el día y arrojó fuego, tanto había sido el calor. (¡Qué verano!, se dijo). Hasta que gritó: «¡Dios!», y fue aliviada entonces, Diario, su hoguera interior (10:09:20).

lunes, 20 de julio de 2015


20 de julio de 2015. Lunes.
PINTAMOS
 
Del color del cristal, en el parque. F: FotVi
 
-Es curioso, lírico y grasiento, y hasta enternecedor, que, en el mundo de la política, lo que es bueno de este lado, es malo del otro. En política, todo es del color del cristal con que se mira: o azul, si miras desde una gaviota; o grana, si desde un puño con rosa roja. El mundo, pues (según la política), hecho de colores. Pero un mundo este, Diario, en el que tú y yo, sin embargo, apenas pintamos nada (21:01:47).

sábado, 18 de julio de 2015


18 de julio de 2015. Sábado.
EL CORRALITO
 
Lo que fue yes, la Magna Grecia. Paestum. Italia. 1970. F: FotVi
 
-Grecia empieza a ser un corralito acorralado, por los acreedores. Los acreedores son las almas benditas que prestan con una mano y recogen con las dos. Porque el dinero, como el agua, siempre vuelve al mismo mar, al mar de la abundancia. Antiguamente, se daba el usurero, hoy se da el acreedor, que es, además, un pájaro de cuenta, anónimo. Otra especie, de pájaro. Nadie sabe dónde está el acreedor, que por lo visto vive en las tinieblas lujosas del cajero automático del banco. En el corralito te dan de lo tuyo, pero a cuenta gotas, para que no te mueras de golpe y sigas laborando y abultando así la bolsa del acreedor. Aunque dicen (¡qué cosas!) que el acreedor soy yo; yo que pago mis impuestos y que no sé de qué cajero automático se extraen. ¿Yo acreedor? ¿De qué? ¿De quién? Dice el poeta en un salmo (el 84): «La fidelidad brota de la tierra, / la justicia mira desde el cielo». Dios, ¿dónde andas? Que tu justicia llueva la tierra y sin cajeros de corralito que nos la den, con alma de usurero, gota a gota. Que al fin, sigue el poeta: «tu justicia y la paz se besen…; / y nuestra tierra dé su fruto». Es, Diario, mi oración desesperada, y furiosa (si es que vale la furia en la oración), de cada día (11:13:36).

jueves, 16 de julio de 2015


16 de julio de 2015. Jueves.
TERNURA FRUSTRADA
 
Esperando unas manos, en Tallín. Estonia. F: FotVi
 
-¡Las manos! Y miro mis manos: en las manos se lee la vida, dicen. Y la muerte, a veces. Las manos son arte si de la arcilla extraen belleza: un vaso griego; y pavor y fealdad, vileza, si de ellas, por el contario, emana la muerte. (Cada día me conmueve ver alzar mis manos con el pan de Dios, blanco, y con la noticia de que antes de todo el pan fue espiga. Espiga, pan, Dios: milagro de la nueva alianza del cielo con la tierra, o de Dios con la belleza). Las manos perdonan y condenan; abren y cierran; dan (un vaso de agua) y quitan (la vida); colorean y emborronan. Por el ejercicio de las manos, el hombre se irguió del mono, y, erguido, atisbó horizontes nuevos y estrellas lejanísimas, y libros y sueños, y, así, se abrió a la biblioteca de la sabiduría. Hay manos, decía, que dan y quitan vida, como un vientre de madre. (Alumbramiento -luz-; aborto -negrura-, o así). Ayer, la noticia nos alertó la emoción y el llanto, y la incredulidad. En Mejorada del Campo, una madre (sus manos) había arrojado a su bebé a un contenedor (extraña cuna) de basura: lo entregaba a la muerte; y unos guardias civiles (otras manos) lo evitaban, devolviéndolo al gorjeo y a la vida. Rafael y Daniel es el nombre de los ángeles (vestidos de verde) que salvaron la vida del bebé; el nombre de la madre (o de la ternura frustrada), Diario, no me interesa; o sólo para, pensando en ella, evitar caer en la tentación de considerar que la vida, por pequeña que sea, y más la humana, no es un milagro mayor que una galaxia o que cualquier sórdida desesperación, que toque lo infernal (12:05:15).

martes, 14 de julio de 2015

14 de julio de 2015. Martes.
GOLPE INESPERADO

Lágrimas de silencio, en el jardín. F: FotVi

-Hubo un día (18 años hace) en que Dios estuvo en Ermua en la agonía de un joven de nombre Miguel Ángel Blanco, y luego de recibir un balazo en la nuca. Dios estaba en la nuca, donde hirió la bala, en el terrible golpe inesperado, en aquella abertura por donde entró la muerte. El mal, y el maligno, estaban en la bala, donde clamaba la perversidad, la sordidez, lo irracional. Hay cruces confeccionadas de diversos materiales: entre ellos, el tiro cobarde y satánico en la nuca. Ese día, como en Auschwitz, como en tantos infiernos del odio (piense usted uno: ¡hay tantos desde Abel!), la humanidad menguó, perdió dignidad, cayó a más baja estatura espiritual que cualquier humilde hierba nacida como un vuelo de vida y belleza en el campo, el campo floral y el de los sueños, como el de la espiga. Dieciocho años, y ya empieza a echarse la tierra del olvido sobre la herida y sobre el que la produjo, que fueron uno, o fueron dos, o un pueblo (o porción), que miraba para otra parte. Casi todos mirábamos hacia otro lado, hasta que entró la bala, rompiendo y taladrando, en la nuca de Miguel Ángel, y en nuestras conciencias. Entonces hubo clamor blanco, manos blancas alzadas al cielo (gritos blancos), lágrimas blancas, y horror negro. Yo recuerdo el día y la hora, y dónde estaba, y el dolor airado, y la detención de todas las cosas en el pavor, en la niebla. Celebré la misa y no supe qué decir; sólo mirar el pan del altar, el consagrado, el que latía con Dios, y balbucir apenas: «¡Señor!», y hacer un silencio larguísimo, con ruido de lágrimas, que siguieron los que me acompañaban. Y no sé, Diario, por qué ahora me vienen a la boca, como seca oración, lo que el poeta Héctor Viel escribió en un día de enfermedad triste: «Señor: Desde este instante, mi cabeza quiere ser, por los siglos de los siglos, la herida de tu mano bendiciéndome en fuego» (11:30:37).

domingo, 12 de julio de 2015


 

12 de julio de 2015. Domingo.
LA LENTE
 
Lente latiendo, en el jardín. F: FotVi
 
-A veces, tan exiguo es lo pequeño, que hay que hacer uso del microscopio para casi adivinarlo; y tan enorme lo grande, que hay que valerse del telescopio para intuirlo. Algo parecido ocurre con Dios, dijo el sabio; sólo puede vislumbrarse a través de la lente graciosa y hecha de sangre (en ocasiones) de la fe. La fe, microscopio y telescopio, pues, de acercamiento a la visión mística (espiritual) de Dios. Decía Ortega que, desde la fe, «Dios es la última dimensión de la campiña». Contemplaré, Diario, meditándola, esta afirmación; de momento, me seduce, es hermosa e inquietante (20:50:18).

sábado, 11 de julio de 2015


11 de julio de 2015. Sábado.
BRISA
 
Suave brisa, sobre la mesa. F: FotVi
 
-Esta mañana, ha venido un soplo de brisa (Dios se manifestó a Elías «en el susurro de una brisa suave»; es decir, en la Paz,) y ha amortiguado, adelgazándolo, el calor. La brisa, aunque frágil, vence al calor. Como la sonrisa, con el tiempo, al odio. O la fortaleza de lo frágil apagando las sañas o furias de lo fuerte. La palabra, que es soplo, aliento con significado, finísimo envoltorio de ideas (tan fino que un mero fragor las silencia) es más impetuosa (en el diálogo) que la guerra con su fiebre de hacha y espada. Las guerras duran tanto como la estulticia (o la avaricia) del hombre las alargan; hasta que la palabra (susurro de brisa suave) las aplaca. Incluso la violencia verbal no entra dentro del reino bellísimo de la palabra, lugar de ensueños (y de encuentros) hecho viento, aura, pero no tormenta. Feliz hallazgo el de Juan en su evangelio: Dios se hizo Verbo; es decir, Palabra, suave Crujido con sentido, y así acampó entre nosotros; acampó hablando, no batallando. Crujió el vientre de una mujer, se abrió, y dio a luz la Palabra; Palabra que todo lo solucionaba hablando: no hizo guerras, sólo evangelizó, dio buenas noticias, tales como que Dios es amor, que somos hermanos, pon la otra mejilla, devuelve bien por mal, dijo, y murió perdonando a los que, entre burlas, lo crucificaban; la burla, o el helor de la palabra, el hedor; hedor, además, enfebrecido. Las palabras felices, todas, Diario, sobre la mesa: en el soplo de «brisa suave» del evangelio (10:31:06).