miércoles, 21 de febrero de 2018

21 de febrero de 2018. Miércoles.
BEBER LA LLUVIA

Pudiera llover, en Murcia. F: FotVi

-Se entolda el día y parece que pudiera llover. O no. Pero si llueve, saldré a la calle, abriré la boca y, como un niño bebe del pecho henchido de su madre, beberé la lluvia. Me mojaré el rostro y, con los ojos abiertos, dejaré que su tinta escriba en mi corazón la palabra gracias y alegría; y, como la tierra, me dejaré regar por ella. La vida es ver, tocar, soñar, y amar lo que has visto, tocado, soñado, y la lluvia, en más o menos grado, es todo eso. La ves, la tocas, la sueñas, y terminas por amarla, como algo precioso e imprescindible caído del cielo, desde donde -como señaló Claudio Rodríguez, poeta-, siempre, Diario, nos viene la claridad (12:24:40).

martes, 20 de febrero de 2018

20 de febrero de 2018. Martes.
SOLO NOS MIRAN

Escualo en el el cielo, en Murcia. F: FotVi

-A veces es un texto lo que nos emociona, otras, una fotografía. La fotografía es más directa: es un instante, que te entra por los ojos y toca tus entrañas, haciendo pequeños espejos de agua con tus lágrimas. La fotografía cala como una lluvia lenta, como una fina aguja en la carne. Te alegra o te hiere profundamente, sin consideración sentimental alguna, sin palabras, solo con los silencios que ella alberga y que tú descifras. Toda fotografía es un silencio que ríe o llora, que da gritos. Hoy he visto en varios periódicos una fotografía de la guerra siria. Es oscura y cenicienta, desgarradoramente convulsa. La fotografía ha captado el momento en el que un obús ha caído en Guta, cerca de Damasco, y ha matado a decenas de civiles. Se ve a un grupo de sombras que, con prisa y gritos en la boca, conducen a un herido por entre los escombros y la ruina. Y en un primer plano, una persona -¿el padre?-, que, con ojos de pavor, lleva a un niño en brazos con el rostro ensangrentado. Niño que ha olvidado el llanto, y que, con el pelo alborotado, solo expresa asombro, fascinación infantil por lo que ve y oye, y que no entiende. Pero ahí está, mirando atónito. Esta vez, la guerra ha tenido piedad de él y ha sido salvado de la destrucción que la distingue y la sigue. Pero mientras, Diario, Al Assad, el tirano sirio, no da tregua a sus enemigos, que quizá piense que se hallan entre los niños que nos miran sin entender, absortos, vestidos de sangre (12:55:27).

lunes, 19 de febrero de 2018

19 de febrero de 2018. Lunes.
LUZ DIVINA

La vida, en Murcia. F: FotVi

-Abre el día y me enfrento al lunes, sin otro atuendo y estruendo que el de la vida. La vida, que camina a mi lado, Diario, como una luz divina, como un temblor sagrado (18:57:16). 

domingo, 18 de febrero de 2018

18 de febrero de 2018. Domingo.
GULAG INNUMERABLE

El beso de las rocas, cerca de Goreme, en Turquía. F: FotVi

-Y accedieron a la palabra festiva y la ofendieron. No saben digerir aquello que se les regala, la palabra, que, en sus bocas, se hace hedor, tufo. Con la palabra no se dispara, ni se empaña lo que no te atañe ni es tuyo. Se trata de creer en la palabra, no de humillarla. Que una boca defecando es como un puerco que hocica. Ha ocurrido en Santiago de Compostela. En el pregón de las fiestas del Carnaval. Un tal Carlos, que se dice gracioso, ha hecho de su boca un nido de alacranes. O sea, que se ha hecho en su misma boca. Y ha habido un alcalde -un demagogo populista, Martiño Noriega-, que le ha reído y justificado la gracieta, malsonante y blasfema, y sobre todo (ya que se trata de un humorista, dicen) sin gracia. Pues el humor que ofende, ya no es humor, sino un disparo con escopeta de doble cañón a una víctima desprevenida, que pasaba por allí. No digo lo que dicen que dijo este humorista sin humor, porque caería en su misma deposición, en su misma excreción. Solo señalaré que dijo cosas de la Virgen del Pilar y del apóstol Santiago, que no diría de su padre y menos por supuesto de su madre. Y una vez más, el alcalde populista de Santiago, echa mano de la libertad de expresión, para justificar tal necedad y borricada. Ahora, por lo visto, está de moda echar pestes (por la boca) de todo y justificarlo con lo de la libertad de expresión. ¡Ah, libertad de expresión, cuándo llegará el día en que nos dejes sin expresión y sin libertad para decir amén o aleluya, o Dios, o Santa María, o madre, o amigo, sin más! Me temo, Diario, que todos estos libertinos nos estén llevando a un callejón sin salida intelectual y estética, a un valle de lágrimas de cadenas y barrotes, a un nuevo gulag innumerable, infinito (18:45:56).

sábado, 17 de febrero de 2018

17 de febrero de 2018. Sábado.
LUJO DEL POBRE

Hablando, en su lenguaje, en Torre de la Horadada. F: FotVi

-Me gustaría poder hablar todas las lenguas (la mía, las otras, las de más allá, todas, también las orientales, y la de los pájaros), pero al no poderlo hacer (no me llega el oído –ni la inteligencia, quizá- a tanto), trato de perfeccionar esta que me ha sido regalada y que se llama castellano; o español, para entendernos. La hablo, pero no la domino. Por eso cada día la estudio y la disecciono para conocerla y amarla, y poderla así decir, escribiéndola. Yo la recibo, y, como me la han dado, la doy. Leo y leo, y, en el leer, voy forjando mi conocimiento del idioma. Del castellano: «esta lengua de piedra y oro viejo, espada decisiva, imperio de ancho filo. Voz». (Francisco Umbral). Voz de continentes y selvas, de nobles y plebeyos, de lutos y alegrías. Es decir, universal. Pues en cualquier lugar del mundo salta, de pronto, la chispa hermosa y comunicativa de una palabra en español, de una astilla de nuestra sabiduría, de un latido de nuestro corazón gramatical y enciclopédico. Hoy, sin embargo, no es, en España, idioma castellano todo lo que florece. Se margina en comunidades como Cataluña, País Vasco; y menos, en Galicia, Valencia, Baleares. Sin que nadie enrojezca. Y con la dejadez de un gobierno central, que, con los ojos velados, mira para otro lado. O no mira. Umbral llama al castellano «lujo del pobre», y lo es en las comunidades donde solo los hijos de los poderosos –políticos, banqueros, acaudalados, y aun algún eclesiástico-, pueden estudiarlo en colegios de alto rango y prosopopeya. El pobre se queda con las pequeñas lenguas, atractivas, seductoras, pero limitadas al clan o al terruño, a la casa sin ventanas al exterior. Lenguas ópalo, u ombligos del mundo. Estudiar castellano (español) en Cataluña (y otras), Diario, es como tratar de encontrar un pajal en una aguja, o el silencio en un concierto de rock. ¿Imposible? Pues eso: imposible (18:15:07).

jueves, 15 de febrero de 2018

15 de febrero de 2018. Jueves.
OÍR EL SILENCIO

Interior iluminado, en Tallín. Estonia. F: FotVi

-La iglesia, ayer, se vistió de morado y humilló la cabeza para recibir la ceniza. En forma de cruz. La ceniza, o la síntesis de lo que fue y ahora no es. O un poco de polvo entre los dedos. Una mota gris, inquietante, sobria. Y, con la ceniza en la frente, se dejó oír el silencio. El silencio, o el poderse escuchar uno así mismo, en su pequeña paisaje íntimo, en su interior, donde se dicen las verdades y se arruinan las mentiras. Donde no hay rincón donde esconderte de tu propia mirada. Allí está el espejo de tu conciencia delatándote, diciéndote lo que eres, no admitiendo guiños mentirosos, ni argucias falsas. Te miras en el espejo de tu intimidad y bajas los ojos: ahí no hay lugar para la farsa, ni para el guiñol de feria. «Es tiempo de silencio» -dijo el Papa Francisco-; es tiempo de rechazar «la necesidad de ser visto por todos, de estar continuamente en cartelera, que hace olvidar el valor de la intimidad y del recogimiento». Recogerte, o situarte, Diario, en el punto en que eres tú, sin desviaciones, aun manchado o iluminado. Recogerte y mirarte, y decirte, totalmente tú (18:50:03)

miércoles, 14 de febrero de 2018

14 de febrero de 2018. Martes.
LOS CAMINOS DEL VIENTO

Una florecilla, en las cuevas de Postojna, Eslovenia. F: FotVi

-Ayer, día de la radio, o día de los caminos del viento, por donde corren, subidas a las ondas hertzianas, las noticias. Un micrófono, las ondas, la música, una voz, esto es la radio. Un Ulises subido a una barcaza de ensueños, donde se narra y  se vive lo que sucede. Todo esto cabe en un transistor de veinte euros. Recuerdo en el seminario cuando nos hacíamos con una radio de galena –estaban prohibidos el periódico y la radio- y oíamos, bajo las sábanas, en la cama, toda la vida que bullía fuera de aquellas enclaustradas paredes. Vida esta que se resumía en noticias, música, concursos, ilusiones. Ah, y en discos dedicados. Nada más estrenado de cura, y ayudado por unos feligreses, montamos una emisora en Pliego, mi primer destino, e hicimos milagros con aquella pequeña caja llena de lámparas y cables -ocho mil pesetas costó-, y que podía oírse a unos quince kilómetros. En el control, mi hermano Javier (doce años), y como locutores, chicos y chicas de Acción Católica del pueblo. Hicimos una hermosa historia. Luego, salté a Radio Nacional, y allí todo fue una perfecta y engrasada máquina de dar (e inventar) noticias, que se alargaban por las ondas, siempre que estas fueran digeribles para el régimen. El supremo jefe era el director, al que todos debíamos respeto y desobediencia. Él no estaba en la salsa de la composición y salida al aire de todos los programas ni de todas las opiniones. Con todo, fue una época asombrosa de creatividad y regocijo, de trabajo y amistad. Todas las mañanas, a las siete, se oída al padre Vicente -un servidor- exponer su reflexión sobre los temas más diversos, y así preparar el cuerpo -y el alma, alguna vez- para el nuevo día que empezaba a caminar. Fueron años de luz y amistad; de palabras echadas al viento, Diario, para que, como el rocío, cayeran allí donde más falta (o menos daño) hicieran, y donde pudieran dar fruto, aunque solo fuera una florecilla de color rosado, en el campo de la vida  (11:28:31).

lunes, 12 de febrero de 2018

12 de febrero de 2018. Lunes.
CARNAVAL

Plumaje de loro, en Torre de la Horadada. F: FotVi

-Y llegó el carnaval, o el rebelarse civilizado. Es tiempo de permisividad, y en él brillan el disfraz y la chirigota. O la gracia intencionadamente amanerada (o no) y sin pelos en la lengua. Desde su origen pagano -saturnales, bacanales, lupercales-, hasta nuestros días. Todo proviene del carnem-levare (o abandonar la carne), el mandato de la Iglesia en el que se prohibía comer carne los viernes de cuaresma. Así surgió la batalla entre don Carnal y doña Cuaresma, o entre el desmadre del descaro y el ejército más devoto de la religiosidad. En carnaval, todo es objeto de rechifla y escarnio: desde la política a la clerecía, con la máscara y el disimulo como carta de presentación. En estos tiempos, don Carnal ha podido con doña Cuaresma, y así como uno sale a la calle y lo aclama con cólera festiva, con mojigangas ebrias; la otra se recoge en las iglesias y lo celebra con la paz de la liturgia y el clamor del silencio de la meditación. En uno, Diario, prevalece la bulla, el cisco, el fragor; en otro, la paz, Bach, la muerte, la resurrección. ¿Cuál escojo? (18:29:45).

domingo, 11 de febrero de 2018

11 de febrero de 2018. Domingo.
SU PERLA INTERIOR

El corazón del jardín, en Torre de la Horadada. F: FotVi

-Domingo y pascua, o día de avivar la llama. Quedan las cenizas y el ascua, que, al soplarle, se incendia. Como una ostra que, al abrirla, destilara luz, fuego, claridad, su perla interior. El domingo se vuelve a incendiar el ascua, y se aviva el amor, en la liturgia. Jesús toca a un leproso y lo cura, nos dice el evangelio. Jesús, para salvar a una persona, hace lo prohibido: tocar la impureza oficial, ir contra la ley de Moisés. Se puede, y se debe. La persona hace la ley, y no la ley a la persona. Decía la ley: «El que haya sido declarado enfermo de lepra, andará harapiento y despeinado, y gritará: ¡Impuro, impuro!». (Lev. 13, 44-46). Y gritaba para que nadie se acercara a él, por prevención. El miedo, como escudo contra lo viciado, lo fétido, lo maloliente. Sin embargo Jesús se salta esta norma de higiene y de descarte y toca al leproso, y le da la salud. Y desde entonces el enfermo (o la enfermedad) es cosa sagrada, por haber sido tocado por Dios. Por el Dios que se hizo hombre, para así, Diario, poder sentir compasión, y contemplar el mal y llorar, y tocar, y, con el calor de su mano, sanar (17:55:14).

sábado, 10 de febrero de 2018

10 de febrero de 2018. Sábado.
GUERRA DE ABECEDARIO

Mujer leyendo, de Zacarías Cerezo.

-La guerra de los géneros en el lenguaje. O la guerra en general de ésta contra aquel y de aquel contra la otra. En el hombre, desde que nace, todo es guerra. Unas veces se la llama cruzada y otras de ideal, o de religión, o de ideología, pero nunca por su nombre más expresivo y correcto: estrago. Ruina. Fiasco. O, en este otro caso, ridículo. Cuando los ricos se hacen la guerra, decía Sartre, son los pobres los que mueren. Pero yo diría que las guerras son dividendos para los ricos y delirio inocente para los pobres. Y en la guerra de los géneros ¿quién pierde? Quien nada gana es el ignorante, el simple, el aprendiz de libre, el tonto útil. La guerra de los géneros es la guerra del abecedario, donde, como puntas de sílex, se disparan letras. Sobre todo la a contra la o, por ser definitorias, en general, de lo uno y de la otra, del esto y del aquella, del ser y no ser. Sin embargo, compruebo que no hay más libertad en la a que en la zeta. Ni más femenino. Ni más poesía. Si digo amor, lo estoy diciendo en masculino y femenino, y en donación y ensueño, y en plegaria y encuentro, y en cortejo y ágape. de igual modo que si digo libertad, o luz, o claridad. ¿Guerra de los géneros o guerra de intereses? Más bien, Diario, guerra de pose, de afectación, de doblez con cara de inocencia, de engaño: o de estupidez ilustrada (11:17:01).

viernes, 9 de febrero de 2018

9 de febrero de 2018. Viernes.
CUATRO DÍAS

Sol sin furia, en el cielo. F: FotVi

-Sol y frío intenso, en las calles, y en la pobreza. El sol luce para todos; pero menos para la pobreza. El sol brilla, aunque apenas calienta: es una ilusión de manta sin hechura de manta. El sol calienta, si vas tapado, si no, te hiela como un cubito en verano. He estado cuatro días fuera: una avería de la computadora. Y tú, Diario, te has resentido: sé que me has echado de menos, como una manzana echa de menos a unos dientes que la muerdan: es la caricia que espera, y más si es -en la paraíso- la manzana de la tentación (18:43:42).

lunes, 5 de febrero de 2018


5 de febrero de 2018. Lunes.

ALGO TURBADOR

¿Piensan los árboles?, en Murcia. F: FotVi

-Sigue el frío y siguen resfriados los árboles; yo oigo sus lamentos, y percibo sus charlas con los pájaros; charlas, que estos atienden un momento, para irse luego, a volar. A soñar volando. ¿Sueñan los árboles? ¿Piensan los pájaros? Son preguntas que me hago cada vez que miro (o descubro que me mira) un árbol o un pájaro. Y, entonces, pensando estas cosas de ellos, los respeto, y los trato con deferencia. Y les hablo, y, por si alguno me da respuestas, los escucho. (Secreto: me las dan, respuestas). Pero estando en estas consideraciones, leo algo turbador: una niña de tres días que vuelve a nacer en la puerta de una iglesia. Su madre la ha abandonado allí -«En uno de los lugares más cálidos que pueden encontrar los que nada tienen», señala el periodista-, con cuidado y un cierto amor. No con todo el amor de una madre; pero sí con un cierto amor de madre. ¿Quién sabe de los problemas de esta madre? La ternura, al fin, vence a la maledicencia. No juzgues y no serás juzgado, se lee en la Escritura. La pequeña se llama María Milagros –consta en un papelito dejado entre sus ropas-, y gorjea el milagro de vivir. Todo lo pequeño emociona, enternece; y más, si se trata de una niña de tres días, Diario, que ni habla ni pide, solo –agitando manos y pies- canturrea que vive (18:27:52).

domingo, 4 de febrero de 2018


4 de febrero de 2018. Domingo.

FRÍO

Los árboles tosen, en el jardín. Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Hace frío y está nublado, y todo tose, hasta los árboles. (He oído -es un secreto- a un árbol toser. Nunca diré cómo lo hacen: quedaría mal con los árboles y conmigo mismo: les prometí no revelarlo, y yo, Diario, siempre cumplo mi palabra..., o no) (18:11:38).

sábado, 3 de febrero de 2018


3 de febrero de 2018. Viernes.

CORRESPONSALES CELESTES

Luz, en el jardín. Casa Sacerdotal. F: FotVi

-Ayer, día de la Candelaria -o de la Luz-: se dice -en el templo- lo que ya había sucedido en Belén. En Belén nació Dios y lo dijeron María, José, los ángeles, los pastores. Después serían los Magos; y con los Magos, lo dijeron la estrella, los sabios de Israel, el heno donde descansara el Niño Dios. La mula y el buey solo rumiaban y calentaban, que era otro modo de contemplar y de decir. Un acontecimiento interior, íntimo, ensimismado, que salta por los aires y se hace luz para las naciones. Con el Espíritu de Dios corriendo, agitado, de allá para acá. O los corresponsales celestes del insólito acaecer. En el nacimiento de Jesús, desde el canto del ángel a la mirada de José, observadora, enternecida, todo es epifanía, manifestación, apertura hacia el asombro. Y luego Simeón, el anciano que vio en el Niño al salvador, y que, desde su palabra profética, soltó la paloma de la luz hasta posarse en nuestros días. Y aquí estamos: celebrando, el día en el que Jesús se hace luz del mundo, la fiesta de la Candelaria; para todo aquel que la quiera ver. Toda epifanía es luz que abre alguna puerta a la oscuridad. Simeón, en el día de la presentación de Jesús en el templo, vio esta luz y, en esa luz, profetizó la salvación. Ayer, Diario, fue la onomástica de Candela, que celebra su luz, su preciosa epifanía particular, como una huella más de la bendición de Dios en ella (18:25:04).

jueves, 1 de febrero de 2018



1 de febrero de 2018. Jueves.

ESTADÍSTICA DE LA MISERIA

Corazón de la pobreza, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Aunque como tapado por cendales -finas nubes-, ha salido el sol. La noche se mojó un poco, y salpicó a la pobreza, que, desde que unos pocos ricos son más ricos, ella se me antoja que es más pobre. De los 62.700 millones de uno -leo-, a los pocos céntimos del indigente que pide y fuma a la puerta de ese banco, hay un abismo, quizá de injusticias, o quizá de ocasiones perdidas, o quién sabe si de buena y mala suerte. Al final, todo se suma para ser rico o ser pobre, desde el euro brillante de la prosperidad, a los andrajosos céntimos que apenas dan para un pitillo o para un vaso de vino peleón, en la taberna de los desarrapados. La prosperidad progresa y la escasez con ella. Ambas prosperan: la una a costa de la otra, ineludiblemente. Cuantos menos ricos hay -y más poderosos-, más pobres se instalan en la ominosa estadística de la miseria. La miseria, esa lacra de la sociedad primitiva, medieval, moderna y postmoderna. En esta sociedad de creencias líquidas, arreligiosas, de desparpajo económico, Diario, ser rico es una variante de la mentira de nuestro mundo, que suele engañar con conceptos como economía y macroeconomía. El macro, que, como teoría del progreso, desdibuja y humilla a la pobreza, haciendo que parezca riqueza, prosperidad, bienestar de todos, lo que es penuria de la innumerable mayoría (18:36:38).

miércoles, 31 de enero de 2018


31 de enero de 2018. Miércoles.

OFUSCADOS

Ruinas de imperios, en Éfeso. Turquía. F: FotVi

-Así como se te puede atragantar un hueso y ahogarte, también hay huesos que se instalan en la mente y la atascan sin piedad, hasta cegarla. «No hay peor ciego que el que no quiere ver», dice el refrán. Es un vidente, pues, que cierra los ojos para no ver la flecha que llega y le va a herir sin remisión. Entre ceja y ceja o en el alma, donde los sentimientos. O ser herido de muerte, por ofuscación. Los hay ofuscados, como un tal Puigdemont. Que anda perdido y hallado en Bruselas, como mascota graciosa del independentismo. Hace títeres y todos los números le salen torcidos. Va a hacer una gracia y se cae, y, en vez de reír, como ocurre con el payaso, hace llorar. Aplastado por el gorro frigio de su peluca, piensa -si es que lo hace- obnubilado, ciego, obseso. Ha entrado en una rabieta de niño malo: «¡Yo quiero ser presidente!». Lloriquea sin consuelo, y hay quien le sigue la cantinela y se pelea en la calle con los mossos por él, pero, al llegar la noche, se marcha a casa, volviendo la mirada airada y los puños en alto. Ya no podría parafrasear Paco Umbral, en su Travesía de Barcelona, aquello que dijo Eugenio D´Ors: «Nadie sabe lo que puede caber en un minué»; solo que Umbral lo dice de la sardana: «Nadie sabe lo que puede caber en una sardana». Ahora la sardana está partida, rajada, rota, y se puede salir de ella sin esfuerzo, solo hace falta alzar la rabia y ponerte una careta de cartón del forajido. Forajido que se consuela, bebiendo cerveza y comiendo langostinos en Bruselas, importándole un bledo estas masas amasadas en el barro del odio y el incumplimiento -guiados por él- de la ley. Así, Diario, se ahoga un pueblo con el hueso del independentismo y la oscuridad mental que esto produce, y la flecha, ya lanzada, en camino de herirle el alma, sin remisión posible (12:08:51).

martes, 30 de enero de 2018


30 de enero de 2018. Martes.

50 AÑOS Y UNA PRINCESA

Nubes coronadas, en Murcia. F: FotVi

-No es lo mismo ser monárquico, que respetar a un rey. Yo, que no soy monárquico, respeto, sin embargo, al rey. Y lo hago porque, en él, respeto la ley, y la convivencia, y la prosperidad, y la paz, y la unidad de esta parte del mapa que -desde siglos- hemos dado en llamar España. Y al decir esto, no me pongo ni me quito anillos, ni hago reverencias ni recibo prebendas, pues solo vivo de la chata renta de mi trabajo, que ha sido mucho y casi agradecido. Y felizmente recompensado por el cariño de amigos -y amigas-, que aún celebran que siga metido en la historia. Y ya vivo únicamente para dar gracias y asombrarme de que aún aliente algún pensamiento noble en mí y lo ponga en práctica con discreción. Hoy, el rey cumple 50 años, y le ha impuesto a la princesa Leonor el Toisón de Oro, que es un distintivo coronado. Consejo del rey a la princesa Leonor: «Te guiarás permanentemente por la Constitución», es decir, por la Ley, que, si se elige cumplirla, libra y ata; ata porque hay que seguirla y libera porque te señala el camino. Y en ese camino, Diario, siempre te encuentras, o contigo mismo o con la justicia, que te salva, a veces, de ti mismo. Ah, y feliz cumpleaños, Felipe VI (19:06:35).

lunes, 29 de enero de 2018


29 de enero de 2018. Lunes.

ABUNDANCIA

Lluvia, en Estambul. Turquía. F: FotVi

-Domingo; y la lluvia dando en los cristales como con toques de pico de pájaro. El lenguaje de la lluvia en los cristales es el más cercano y familiar, y el más sonoro. Imagino a la lluvia entrando por la ventana de casa, tratando de sorprenderme. Y yo, por temor a ver el milagro, me tapo los ojos. Y, con los ojos tapados, oigo su glorioso repiquetear en los cristales. De niño, y acurrucado entre las sábanas, oía caer la lluvia en el tejado, en Molina, calle Honda, y me inquietaba. Creía que el espíritu de la lluvia descendería por las goteras y me llevaría, haciéndome lluvia con él; lluvia que regaría la tierra, y que de ella, conservada en tinajas, o en cisternas, beberían las personas, los animales. «¡Beberme las personas, los animales!», me decía, y me alarmaba. Pero luego supe que no, que la lluvia, cuando cae serena, es bendición, y que su espíritu es la alegría. Ayer, domingo, llovió -y nevó- en Murcia; yo me gocé con el gozo de los campos, a los que la sequía hace enmudecer de flores y plantas, y de pájaros. Cuando llueve, Diario, renace y habla y sueña la abundancia, y yo, que la oigo tamborilear en los cristales, me alegro, y digo: «Hola, abundancia», mientras la lluvia sigue su tarea de reanimar el mundo y su sed, de mojar y celebrar la vida, de embellecerla (18:46:02).

sábado, 27 de enero de 2018


27 de enero de 2018. Sábado.

VUELTAS INFINITAS

Se cierra el día, desde mi balcón. Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Enciendo el ordenador y tarda un siglo -y un poco- en abrirse. El poco es lo que yo tardo en desesperarme; me desespero, pero sin entrar en cólera, sin desesperanza. Me desespero, pero esperanzado en que la ruleta de puntos blancos que da vueltas infinitas se pare y me muestre el interior de la computadora, donde guardo mis asuntos. Es decir, lo que escribo y lo que leo; o mi intimidad más aplicada, más afanosa. La computadora guarda lo que yo más amo: mis palabras y mi libertad, en las que hablan -lloran, ríen, dudan, hacen música- mis sentimientos. Mis sentimientos, que son el espejo más verosímil de mi alma. ¿O es mi alma en el espejo? Desde que me levanto: rezo, desayuno, trabajo, hasta que vuelvo a rezar, cenar y acostarme: todo está en ese bloc de luz y sombras, de paz y amor que es la computadora. Mis pasos, mis traspiés, mis dudas, mis certezas -pocas-, mis sueños, todo está ahí, esperando ser visto y celebrado, o condenado, por mis lectores. Por eso me desconcierta su retardado modo de entrar en materia cada vez que la cito a la tarea diaria del trabajo en común, con mis dedos y mi cabeza, y su memoria. A trabajar, le digo, y se resiste. Pero yo insisto y venzo; y al final, Diario, se abre a la esperanza en el papel caligrafiado. Es mi dry martini, goloso y dorado, de cada día (10:56:49).

viernes, 26 de enero de 2018


26 de enero de 2018. Viernes.

PESIMISTA

Belleza, en la tarde. Para un optimista. En Murcia. F: FotVi

-Qué es un pesimista: alguien que nunca mira de frente por si hay algo más allá que lo pueda encandilar. O el que se inclina más a decir no que a decir sí. O a decir sí, pero… El pesimista siempre tendrá un pero -y no frutal- que echarse a la boca. Lo muerde y el zumo se le sale por las comisuras, como si sufriera epilepsia, o miedo a estar allí y en ese momento. El miedo es una epilepsia del alma. La hace pobre y escondida, y la recluye en el hato del pesimismo. Ser pesimista es un modo de vivir al borde de la desesperanza, a punto de caer en la trampa de la incredulidad, como un muerto de desgana. O de dudas. Es como el que sufre de vértigo y se asoma a un balcón en una cumbre en la montaña. No le importa la belleza, ni la aventura de mirar, le importa su seguridad, su pobre mezquindad. Mira, pero sin ver; está, pero mirando a otra parte. Y he de decirte, Diario, que al pesimista ni le va la aventura, ni emigra con ensoñaciones como las aves, ni abre un libro para leerlo por si fuera un libro de humor y tuviera que reír, o tal vez llorar, o simplemente pensar. Es la vacilación infinita (19:15:31).

jueves, 25 de enero de 2018


25 de enero de 2018. Jueves.

ATRAPAR EL VIENTO

Atrapando el viento, en La Isleta. Las Palmas. Gran Canaria. F: FotVi

-Ayer estuve en San Pedro, y me volví con una joya bajo el brazo. La joya se llama Y atrapé el viento, una pequeña antología personal de mi poesía. Pero lo más llamativo y bello es la portada del libro. Candela, con el pelo suelto, tratando de atrapar el viento. O toda ella atrapada por el viento, que, desatado, libre, escapa por sus cabellos. Como un guepardo lanzado, Diario, indomable, salvaje, maravilloso  (18:15:01).

martes, 23 de enero de 2018


23 de enero de 2018. Martes.

PREGUNTO

Hilos de araña, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-¿Qué pasa con la minoría de edad que, cuando debiera ser lugar de luz y asombro, se ha convertido en lugar de maldad y vicio? En Bilbao, unos niños de catorce años, han apaleado y matado a dos ancianos para robarles. Todavía no han salido de la ternura y de la protección del hogar y ya han entrado en el mundo de la perversidad y la felonía. Aunque sean menores, ya son asesinos, verdugos de su niñez. ¿A quién culpar? Aquí dejo esto, Diario; pero sigo preguntando: ¿a quién culpar, a quien tachar? (18:22:31).

lunes, 22 de enero de 2018


22 de enero de 2018. Lunes.

ALELUYA INFINITO

Destellos de fe, en el cielo. Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Ayer fue domingo, o día pascual. Día de vida, de resurrección, de regreso. El día del «te habías ido» y «has vuelto», o «estás»; el resucitado estaba en el camino de Emaús, y cuando las lenguas de fuego, en el cenáculo, y junto al mar de Galilea. Estaba, y se le vio en la mesa, partiendo el pan; y en la tormenta, calmando las aguas de aquel lago interior, tan íntimo, tan vocacional; estaba, sobre todo, en el corazón de cada uno de los suyos, como un destello. Fue estar en el sepulcro en la noche; y en la mañana, ya no estar, entrando en la vida, según las escrituras que proclamaban a viva voz los discípulos. Y según las Escrituras, pasó -desde Galilea a Judea- haciendo el bien, y curando enfermos, y diciendo cosas nuevas -de Dios y de la vida-, y echando demonios, y así aliviaba a los poseídos. Que el demonio -que no existe- existe. Es lo que dicen las Escrituras, y la fe se fundamenta en pilares de fe y no en columnas de granito ni la opinión pública. Hay catedrales de granito, de roca, pero la fe se vive dentro del edificio, quizá en el interior de su cripta, donde habitan el silencio y el murmullo de los rezos, sin discursos ni votos. Fuera están la piedra y la belleza; dentro está Dios. Fuera se admiran los fastuosos arbotantes góticos y la incontinencia afilada de las torres que se elevan. Dentro, sin embargo, habla la fe; y el silencio: habla el Espíritu. Ayer, Diario, fue domingo, y yo lo viví desde dentro, donde, como un aleluya infinito, gozoso, estaba la pascua, salvando la alegría de vivir, y de soñar (18:17:37).

sábado, 20 de enero de 2018


20 de enero de 2018. Sábado.

LAS TINIEBLAS

Desgarro de luz, en el cielo. Mula. F: FotVi

-Como dijo el sabio: «Se me enciende una la luz en la cabeza y, bajo mis pies, se esconden -acechando- las tinieblas». ¿Y esto por qué?, dirás tú, inteligente ratón de biblioteca. Porque la luz siempre hace sombras, y, si te cae una luz desde lo alto, las sombras tendrán que refugiarse o bajo el calzado o bajo la barbilla o bajo los sobacos. Sin luz, no hay sombras, y sin sombras, no hay vida. La vida es un ir encendiendo luces y hollando sombras. A no ser que se caiga en la tiniebla total, y no haya ya más luz, sino sombra eterna. Sólo la fe es un punto de luz, pero allá en la lejanía de la esperanza. Solo como un eco, sin otras referencias; o con solo la referencia de la Palabra que se hizo hombre, Diario, y habitó -dicen- entre nosotros (19:04:29).

viernes, 19 de enero de 2018


19 de enero de 2018. Viernes.

FIGURA TRISTE

Lluvia sagrada, en el jardín. Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Salgo a la calle y me pesa el mundo, sobre la espalda. Cada vez me siento más hundido y más tardo al andar. La cabeza a pájaros; me da vueltas. Menos mal que no doy la sensación de ir emborrachado. Me mantengo erecto, sin embargo. Con la dignidad de un caballero, pero de figura triste. (Quijote). Hoy me toca ir a que me ausculte la enfermera; esta vez no será Susana, sino una chica joven, llamada Dama, la queme recibe. No dama de ajedrez, sino Dama de nombre, quizá sudamericano, que así la revisten de fantasía. Los sudamericanos, como García Márquez, imaginan un paisaje que podría ser el país de las maravillas y lo llaman Macondo. Donde sucede todo; y todo, de un modo soñador, absurdo, luminoso, mágico, terrible. Después de tomarme la tensión (13/7), pincharme en el dedo corazón (azúcar, 106), y pesarme (69,50 kilos), me dice que me autoriza a quitarme algún año, porque estoy muy bien. Desde ahora, empiezo a disimular años y achaques, manchas y arrugas, pero con sueños nuevos. Con aleteos nuevos de paloma nueva en los ojos. Por la tarde, veo la llegada del Papa Francisco a la Amazonía. Se cruzan las culturas, y se entienden, y el Papa las defiende. A Ambas. El colorido y la sabiduría amazónica con la sabiduría occidental, que tratan de ir de la mano, sabias ambas; pero aquella, perseguida por la idolatría del consumismo y la avaricia, y esta, tratando de acercar caminos, palabras; tratando de ser compatibles, de encontrarse y que puedan pervivir ambas. Ha sido la denuncia del Papa, que se ha dejado vestir de personaje amazónico, y hablar y sentir como ellos, y llorar, Diario, con ellos. Perfecto ejemplo de dignidad (18:20:08).

miércoles, 17 de enero de 2018


17 de enero de 2018. Miércoles.

ES POESÍA

Poesía, en el jardín. Casa Sacerdotal. F: FotVi

-Aseguraba Samuel Beckett, con voz profética, que podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía. Es decir, siempre habrá vida y luz, o caos vital: como una luciérnaga en la oscuridad que ilumine, y muera, o una rama de almendro que florezca, y se quiebre, o una risa de niño que gorjee, y -perdón- se haga caca. Todo es poesía. Aunque no haya palabras, habrá cosas que relumbren o que oscurezcan el sol. Como la espiga en el campo, o el alacrán bajo la humedad de la piedra. Hoy me levanto miércoles, después de haberme acostado martes. Poesía es todo lo que se ve con ojos de poeta, con emoción, con la sinrazón del poeta. Con angustia de poeta. También el mal; y la fealdad. O el bien y la bondad. Cuando Becker dice aquello de «poesía eres tú», no sabemos a quién se lo dice: si a una mujer, si a Satán, si al enano de la Corte. La poesía no está en el objeto, sino en la palabra que lo dice. La palabra y la pasión del poeta son los que hacen que cualquier cosa -un río, la habitación nauseabunda de Van Gogh, el estertor de un moribundo- sean poesía. O la sartén y el cazo, y el perro que levanta la pata y mea en la esquina de la calle, para su alivio y el del poeta, que lo ve y lo celebra. El poeta hace palabra -o luz, belleza- lo que es un simple proceder excrementicio del perro. Decía Baudelaire que la belleza es algo artificial, depende de la mirada del poeta. La mirada, que con las palabras, hace la belleza. Tejiéndolas y destejiéndolas como reflejos, según Octavio Paz. Ah, y es que la palabra, Diario, se hizo carne y habitó en la belleza, nutriéndonos de vida, de poesía, de esplendor, de libertad (11:38:56).

lunes, 15 de enero de 2018


15 de enero de 2018. Lunes.

INSTANTE DE VIDRIO





Gota de lluvia, en el jardín. Murcia. F: FotVi

-Esta mañana harineaba en Murcia. Es decir, lloviznaba. La mañana lloraba gotas de vidrio al contraluz. La lluvia colgada de una hoja del árbol y vista a contraluz, siempre es un instante de vidrio a punto de caerse. Harinear. Me lo ha dicho, en el desayuno, un compañero: «En la República Dominicana y otros países de Hispanoamérica llaman a este modo de llover -desmenuzado y disperso- harinear». Bella palabra, que he copiado: esta mañana está harineando en Murcia. Y paso a la prensa, dónde leo que es necesario y urgente, entre los políticos, un pacto nacional del agua. ¿Pactos entre los políticos? Tenemos agua pero mal distribuida, y mal negociada. Los políticos, Diario, jamás se pondrán de acuerdo; miran más por sus propios intereses que por los del pueblo, al que debieran servir y, sin embargo, lo desprecian, engañándolo y explotándolo sin piedad (17:57:42).