9 de abril de 2019. Martes.
LA NIÑA ELLA
LENNOM
La niña Ella, con su carta y su alegría. Mundo Noticias. |
-Me entusiasma la inocencia de un niño y más la de
aquellos que, siendo mayores, se hacen niños para poder tocar los cielos de la
niñez y habitar en ellos. Quien se hace como un niño, vive en las utopías en
las que vive el niño, y en los cielos en los que habitualmente ríe y llora. Y
anhela. Lo leí ayer en la prensa, la misma en la que un día tras otro nos
marean con un hartazgo de noticias sobre la política y los políticos, esos
embarradores de la verdad y hagiógrafos de la mentira. Se trataba de una niña escocesa
de cuatro años que escribió una carta a su madre –fallecida hace cuatro meses
de un cáncer cerebral–, y que está en el cielo. La dirección de la carta decía
así: «Mami. Puerta del Ángel, 1. En las Nubes. El Cielo» La niña se llama Ella
Lennom. Y resulta que la carta llegó al cielo, y un «amable extraño» –así lo
llama la tía de la niña Linda Ross– usó su tiempo y su ternura «para responder
y hacer a una niña feliz». La niña Ella lloró de alegría. Y esto es lo que dice
la respuesta de la madre a su niña desde el cielo: «Mi hermosa Ella. Muchas
gracias por mi especial carta del Día de la Madre. Tú eres única en un millón
para mí y te amo mucho. Estás creciendo mucho para ser una niña hermosa y
especial y estoy muy orgullosa de ti. Estoy en el cielo y te cuido todos los días».
Un servidor, emocionado, se pregunta cada día: «¿Por qué el mundo no se hará un
poco más niño y deja de hacer trastadas de mayor?» Ay, Diario, si el mundo
fuera un poco más niño, habría más cielo y menos tierra –tan hermosa– en la que
enfangarse, más amor y menos perversidad: en todo caso, Diario, habría más sueños
en los que subirse y volar, sin herir ni ser herido, libres como potrillos
juguetones, redimidos (19:44:35).