11 de septiembre de 2019. Miércoles.
UNA
ARAÑA NEGRA
Araña negra en el cielo. Murcia. F: FotVi |
-Se acerca la tormenta
como una araña negra. Solo que en vez de andar por la tierra va por el cielo, oscuro
y amenazante. Tan baja camina la araña que casi la tocan los esbeltos casuarinas,
árboles inmensos. Sin embargo, la tormenta deja hasta ahora unas gotas –preciosas–
de lluvia; nada de diluvio que nos fuera a ahogar, como habían anunciado. Pero
la tormenta verdadera y trágica salta del cielo a la tierra, y se llama «violación
y asesinato de una monja portuguesa». Ha sido en Madeira, en el distrito del Aveiro.
En uno de los barrios más conflictivos de São João. Tenía 61 años y había
dedicado su vida a cuidar de ancianos y drogodependientes. Para sus andanzas de
caridad, usaba una motocicleta, por lo que la conocían como «la monja radical».
Cuando iba a cumplir con su vocación, un toxicómano al que pretendía ayudar, la
llevó a su casa, la estranguló, y, muerta, la violó. Sor Tona –así la llamaban–
pertenecía a la Congregación de las Siervas de María, Ministras de los enfermos.
Cuando dejó el mundo y se dedicó a vivir el evangelio en la precariedad, tenía 20
años. Desde entonces, Diario (y subida a una moto), servía a Dios desde la
pobreza, esa virtud que santifica con solo tocarla, o besarla, como hacía la Madre Teresa de Calcuta (19:07:59).