4 de noviembre de 2019. Lunes.
MEDIA MANZANA
Si pensara la rosa, ¿qué haría? En Murcia. F: Fotvi |
-Esta mañana he
desayunado media manzana, un kiwi, un café descafeinado con leche, y una
tostada. Con aceite. Y he pensado en los que no desayunan. En los que piden
unas monedas para tomarse un café. Pero
antes –perdón por la inmodestia– he rezado, y le he pedido a Dios
–delicadamente, sin forzarlo– que se acerque a la tierra y ponga paz y armonía
en ella, y en vez de espadas, que haya «podaderas», como profetizó Isaías, para que así se acaben las batallas
y fenezcan las miradas perversas; es decir, que nadie muerda a nadie con
dientes de lobo. Yo no he probado esa dentellada, pero debe ser terrible y muy
dolorosa, sobre todo por ser humana. Decía John Steinbeck (autor de Las uvas de las iras: una hermosa odisea
de las personas que buscan en California «la tierra prometida» y no hallan más
que desprecio y frustración), que: «toda guerra es el fracaso del hombre como
ser que piensa». «¿Qué harían la libélula o la mariposa si pensaran? ¿Y los
silencios de la rosa y el árbol? ¿Y la caridad del agua?», me he dicho. El
mundo, quizá, sería otro: más sereno, más encarnado, más lúcido. Sería como el
remanso en el río o el aleteo de la paloma que, al atardecer, busca su nido para
alimentar y dar calor a sus crías: salivando la comida, Diario, que es como un
lenguaje trasmitido de pico a pico, maternalmente comulgado y luego dado
también en comunión a su cría, en un perfecto y tierno regurgitar (12:34:25).