18 de mayo de 2020. Lunes.
HOMENAJE A LOS MÁS HUMILDES
Homenaje a los héroes de la noche. Torre de la Horadada. F: FotVi |
-Los distinguen con un nombre que, a simple vista,
parece una manera despectiva de señalarles. Tanta es su humildad –no su bajeza–,
que, no solo han aceptado que los llamen así, sino que ellos mismos, con una
sacudida de hombro y una sonrisa –protagonistas tal vez de humor negro–, se lo
llaman también. Son como las luciérnagas, que, si no encienden su propia luz, no
se les ve. O como las estrellas, que viven de la luz que irradian. Andan de
noche, como los grillos, haciendo un poco de ruido, y tosiendo, alguna vez,
pero procurando no despertar a la ciudad del sueño. Antes iban a cuerpo limpio;
es decir, con botas y casco; ahora, además, con mascarilla y guantes, para dar
de lado al bicho maligno. Son como pequeños astronautas en un planeta donde
abunda el desperdicio, la bazofia, el resto. Ellos recogen los despojos. Son
los amigos del mal olor, los que limpian lo que los demás, cada día, hacemos escombro
de comida, sobra. Y, con ser tan importantes en estos días de pandemia, no es
que no se les nombre como héroes, es que casi nadie se acuerda de ellos. Se
nombra a los que, con la medicina, recrean el milagro de la vida, a los
transportistas, a los voluntarios, al que da un pedazo de pan, al sacerdote
portador de Dios y de la misericordia, al escritor que revive historias para
crear sueños nuevos en el lector, etc. Pues bien, a estos «basurillas» –así se
llaman ellos y así los llamo yo, Diario, con respeto, y poniendo dignidad en
cada una de las sílabas–, mi reconocimiento y mi aplauso particular, y mi
oración, si así les parece, que una gota de rocío nunca viene mal al huerto de
la vida, tan de secano últimamente (13:31:23).