domingo, 3 de mayo de 2020

3 de mayo de 2020. Domingo.
DÍA DE LA MADRE

Madre protectora, con el hijo. ABC

-Tú vas y dices Madre y se te llana la boca de misterio. De saliva nueva, de amor, de origen. De germen. En las madres está el principio de todo: el de la vida. Sin vida humana todo sería oscuridad, noche, y, sin alguien que la cuente, prehistoria muerta, truncada. La historia, sin no queda en la memoria del ser humano o escrita en los papeles, no es tradición, testimonio, crónica; solo es olvido, nada. Ni siquiera sabría la tierra que por ella habían pasado los dinosaurios, las anémonas, las selvas amazónicas. Es esta la razón por la que en esta ocasión –con el coronavirus rondando nuestras vidas– deberíamos celebrar el día de la madre de un modo especial, más solemne, con más rosas en la boca y más abrazos en las palabras. Virtuales. Y lágrimas en los ojos por las madres que se han ido, que tanto dieron y ahora se han marchado sin nada entre las manos, solo con el sigilo como fiel acompañante de su soledad. Y el recuerdo –con lágrimas y oraciones– de los suyos. «El resto –como dice Shakespeare– es silencio»; mas parafraseando a Quevedo, Diario, silencio, sí; pero silencio enamorado (19:27:48).

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