sábado, 9 de mayo de 2020

9 de mayo de 2020. Sábado.
CANDADOS EN LA BOCA

Orquídeas entre rejas. Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Cualquier cosa, antes que el lamento desesperado, decía yo ayer. Era un modo de poner en blanco lo que aparece tan negro y emborronado. Poner una paloma de paz donde solo aparecen aves carroñeras y rapaces. Como buitres y grajos, y mamíferos irreverentes, los murciélagos. Hoy leo en la prensa que en las paredes de una parroquia de Cienpozuelos, en Madrid, un «inspirado pirómano» ha escrito: «La única iglesia k ilumina es la k arde». Y el párroco se pregunta en un vídeo: «¿Quizás debe arder el templo de Santa María Magdalena, porque en estos 50 días de confinamiento ha atendido a los enfermos de coronavirus en el hospital de Valdemoro?; ¿quizás porque la parroquia a través de Cáritas y un montón de voluntarios ha atendido las necesidades de decenas de familias que han pedido ayuda?; ¿quizás porque a través de distintas hermandades se han hecho proyectos de batas y mascarillas que se han ofrecido generosamente a quien las necesitase, también a residencias muy golpeadas por el coronavirus?». Como señala el párroco: «Parte de la sociedad española ya estaba enferma antes del coronavirus. Enferma de ignorancia, enferma odio, enferma de ideología». Y todo por haber dado su opinión –¡ay, libertad de expresión!, ¿dónde estás?– sobre la gestión del gobierno en esta pandemia. Candados en la boca, Diario: te puedes morir, pero en silencio, sin una lágrima, sin un «¡Dios mío!» en el que recostarte. Como decía Cicerón, en su libro Oratoria: «Niño, espanta las moscas». (Cita de Augusto Monterroso, en su obra Movimiento perpetuo) (12:08:03).

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