viernes, 20 de diciembre de 2013


20 de diciembre de 2013. Viernes.

ADESTE, FIDELES
 
Piccolo Nascita (Pequeño Nacimiento), en Italia. F: FotVi
 
-Por fin, lluvia suave y continua, atenta, que esponja y da contento a la tierra. Complicidad se llama esto: complicidad afectiva, aunque sea interesada, entre la tierra y el agua, pareja de hecho. Con agua puede haber vida; pero sin tierra no hay crecimiento; sin tierra puede haber existencia bacteriológica, pero no evolución y desarrollo de seres que progresen hacia la inteligencia y los sentimientos, hasta el hecho de poder afirmar lo de somos imagen de Dios u otras cosas así cargadas de trascendencia. Creo que las bacterias y las moléculas, aunque estén, no aman; pues, eso: lluvia y tierra, o vida que se ensancha hasta ser naturaleza humana, con la perla del espíritu dentro, mandando destellos de juicio a la materia, para que ésta ascienda y alcance el don de la creatividad, de poder enriquecer lo que ya es y está.
Hoy, lluvia y comida con los compañeros. Y villancicos: un Adeste, fideles, a voces, y sin desafines, como Dios manda. La voz más grave nos ha llegado de África y el resto, de los por-aquí cercanos, curas de pueblos que baña el Mar Menor. Que, como dijera el poeta, es, aunque menor, mar con sueños de océano. El Adeste fideles es un villancico de pentagrama y belleza gregorianas, de ondulaciones místicas por tanto; se adentra por la melodía como la luz por el cristal, sin romperla y sin mancharla. El texto es pura belleza orante y rendida, pero sin humillación, sólo postración gozosa de rezo y cumplido. 

Adeste, fideles, laeti, triumphantes
(Acudid, fieles, alegres, triunfantes), 

Venite, venite, in Bethlehem
(Venid, venid a Belén): 

Natum videte Regem Angelorum
            (Ved al nacido Rey de los Ángeles).           

            Venite, adoremus, venite adoremus
            (Venid, adoremos, venid, adoremos), 

            Venite adoremus Dominum
            (Venid, adoremos al Señor).
 
            A ver, Diario, cómo entonas: Adeste, fideles, eso es, no está mal. Como todo en la vida, la Navidad hay que prepararla; no cabe ir a la Navidad sin ensayar lo fundamental: lo que corresponde al alma y a los sentimientos; luego vendrán los cánticos y los deseos de felicidad, pero antes hay que poner a punto dentro de uno esa felicidad, que no se improvisa, como el Nacimiento o el árbol. La felicidad, como el amor, se da si se tiene, si no todo queda en palabrería y timo, en mentira. Vamos: ¡Adeste, fideeles…! ¡Acudid, fieles! (19:45:43).

jueves, 19 de diciembre de 2013


19 de diciembre de 2013. Jueves.

TEMBLANDO ESTABA DE FRÍO
 
Sencilla arcada celeste, desde el jardín. F: FotVi
 
-Curiosidad: esta mañana, sin pizca de lluvia y sin el más ligero indicio de que la fuera a haber, he visto erigirse hacia el oeste un arcoíris de bella pero débil contextura, es decir, como disimulado con difumino. Sin embargo, era alegría su arco de medio punto, triunfal y colorista. Siempre un arco es signo de triunfo y de paz, subsidiaria ésta, casi siempre, del éxito. Luego de la guerra, llega la paz, paz que, como el arcoíris, suele ser efímera, sin embargo, a veces. Más tarde, a intervalos, ha ido saliendo y escondiéndose el sol, como cucándonos el ojo de su presencia, presencia que se resume en luz y vida, y que hace cada día el arco más extraordinario y majestuoso, de este a oeste, que jamás nadie, ningún artista, haya podido concebir ni realizar. El sol, la luz, cucar el ojo, venir e irse, dudas del sol; y el arcoíris, paz, pausa de lluvia, paleta de colores, fragilidad sin peso, y gozo, estremecimiento, gloria de lo natural. ¡Belleza!
Y esta otra belleza, la de un poema de Lope de Vega que habla de fuego y frío, de sol y tinieblas, de hielo y viento, y del temblor de Dios, al que cantan glorias ángeles bellos. Titulado Temblando estaba de frío…, alborozan, dan calor, sin embargo, estos versos: 

Temblando estaba de frío
el mayor fuego del cielo,
y el que hizo el tiempo mismo,
sujeto al rigor del tiempo. 

El que con arena débil
al libre mar puso freno,
medida al ardiente sol,
y a las tinieblas silencio, 

en unas pajas humildes,
siendo sol, se encoge al hielo,
a la noche deja libre
y da licencia a los vientos. 

…………………………. 

Su virgen madre le mira
ya llorando, ya riendo,
que como es su espejo el niño
hace los mismos efectos. 

………………………….. 

Más que la gloria que hoy
le cantan ángeles bellos,
estima de un hombre el llanto:
lloremos, alma, lloremos.
 
Éste, Diario, es hoy el poema con el que lloro y río, y rezo. Y decirte que, con los juegos del sol y el arcoíris, la lluvia, al fin, se ha dejado ir y ha llovido, con discernimiento, reflexivamente; pero lluvia que cala (19:00:39).

miércoles, 18 de diciembre de 2013


18 de diciembre de 2013. Miércoles.

CAÍDO SE LE HA UN CLAVEL
 
Caído él, en el jardín
 
-En estos días que faltan (y van) hasta la Navidad (días de ajetreos culinarios, de décimos de lotería que apenas tocan -cuando mucho, la pedrea; pedrea: de pedrisco o granizada-; días de pregones y encendido de ciudades, de familias que vienen y se ven y se abrazan, por Navidad, de villancicos que invitan no a la fe sino a la compra en los grandes espacios, almacenes del vicio del consumo; pero días también de alguna fe en las iglesias y en los sencillos de corazón, y en la nieve y el belén, y en el musgo y en algún cuento de Charles Dickens), voy a tratar de hacerme eco de algunos de los poemas más bellos que se han escrito sobre la Navidad.
Hoy doy comienzo a esta limitada y, por venir de lo niño, prodigiosa antología, con unos versos de Luis de Góngora y Argote, clérigo y poeta, siempre perseguido por la pobreza y por la burla y la chanza de Quevedo, que vivió en tiempos de mecenazgo y canonjías eclesiales, disoluto él pero devoto, y, en todo caso, espécimen ilustrado de su tiempo.
El título del poema es: Al nacimiento de Cristo nuestro Señor, y dice así: 

Caído se le ha un Clavel
hoy a la Aurora del seno:
¡Qué glorioso está el heno,
porque ha caído sobre él. 

Cuando el silencio tenía
todas las cosas del suelo,
y, coronada del hielo,
reinaba la noche fría,
en medio la monarquía
de tiniebla tan cruel. 

Caído se le ha un Clavel… 

De un solo Clavel ceñida,
la Virgen, Aurora bella,
al mundo se lo dio, y ella
quedó cual antes florida;
a la púrpura caída
solo fue el heno fiel. 

Caído se le ha un Clavel… 

El heno, pues, que fue di(g)no,
a pesar de tantas nieves,
de ver en sus brazos leves
este rosicler divino
para su lecho fue lino,
oro para su dosel. 

Caído se le ha un Clavel
hoy a la Aurora del seno:
¡Qué glorioso está el heno,
porque ha caído sobre él.
 
Y éstos son los versos de Góngora, que llama Clavel al niño que nace y Aurora a la Virgen que da a luz. ¿Y quién refleja la dicha del momento? El heno, o pesebre, sobre el que, para que duerma su primer sueño, o viva su primera aventura humana, María recuesta al niño. ¿A que hubiera sido maravilloso, Diario, estar en el sueño del Niño? Pero quién sabe… (20:46:44).

martes, 17 de diciembre de 2013


17 de diciembre de 2013. Martes.

LUZ EN LOS OJOS
 
Luz interior, en el jardín. F: FotVi
 
-Deseo que mi Navidad sea así: Navidad de más luz en los ojos, pero luz que venga de dentro afuera y que me haga ver lo que no es visible con la sola luz exterior. La luz interior nace de un mundo íntimo iluminado, infundido de gracia y fe, ganado por la claridad de Dios. Si en mi interior brilla la verdad, tratará de abrirse paso por los ojos, las vidrieras a las que la luz del alma acude a hacerse albor, refulgencia, destello, chispa. De ordinario, en los ojos, como en las vidrieras de un templo en la noche, se detecta si hay vida interior o no; si en el interior del templo hay celebración, se revelan luz y rumor de himnos, que son la vibración del interior del templo en sus vidrieras, como ocurre con la vida íntima del hombre en los ojos, en los que fulgen el corazón y la conciencia.
            Por algo se dice en el salmo 36, refiriéndose a Dios: «Por tu luz vemos la luz». Si esta luz luce en mi interior, al saltar a mis ojos, me hará partícipe de la luz que Dios ha ido dejando en cada una de las cosas que nos deslumbran en la creación. No sólo las sombras, sino la luz veremos: todo lo iluminado por su presencia en cada ser. Esta Navidad miraré a un niño a los ojos y diré: ¡Hola, Navidad, déjame creer en la inocencia, y en lo que es puro, y en lo que es limpieza de corazón! Y, desde mi interior, una bienaventuranza se escribirá en mis ojos, un pasar de dentro afuera de Dios. Y, en mis ojos, entonces, se hará un incendio: el incendio de Dios en lo más pobre y bello de mí, lo más liberado, que eso es (o debiera ser) la Navidad (19:35:28).

lunes, 16 de diciembre de 2013


16 de diciembre de 2013. Lunes.

EXCUSA
 
Espejismo, en el jardín. F: FotVi
 
-Es tan intenso el escalofrío, que estoy a punto de quedarme helado. O ya lo estoy: carámbano de hielo puntiagudo, que, si se desprende, puede ensartarme el pie. E ir así en Navidad con el pie como un pincho de aceituna en un vermut.
            Navidad y odio: guerras, hambre, ricos, pobres, mafias, niños desvalidos, exilios, mentiras, gente que vive de lo que halla en los contenedores, familias enteras en el paro, políticos insensatos, sindicalistas instalados en el cuento obrerista, oenegés concebidas para medrar, intolerantes que pasan por demócratas, ateos que hablan de Dios y creyentes que se lo callan, bandos que ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, idólatras de la ideología, sin piedad para quien no piensa como ellos, libres, sin libertad para salir de sus espasmos egoístas, pueblos que hacen héroes a los asesinos y culpables a las víctimas…; esto, Diario, no es Navidad, sino excusa para hacer sentimentalismo, en noche de cena familiar y quizá de belén y misa de gallo; y villancico, porque hay peces que beben en el río por ver a Dios nacer. Por lo demás, al día siguiente, resaca, desazón. ¡Es tan intenso el escalofrío! (19:31:50).

domingo, 15 de diciembre de 2013


15 de diciembre de 2013. Domingo.

FLOR DE NARCISO
 
Estallido, en el jardín. F: FotVi
 
-Leo a Isaías (el poeta que hacía profecía), que me invita a la alegría sin cortapisas. Alegría de carcajada, de globo que explota, de ola que rompe en espumas. Isías habla de desiertos y páramos, o de sociedades inhóspitas y yermas, erráticas, sin más horizonte que la selva y sus peligros. Es decir, Madrid (el mundo) es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas), dijo el poeta, en una noche de insomnio. El poeta Dámaso Alonso profetizó la desertización (putrefacción) del espíritu de Europa y del mundo, y aun de su propio espíritu: y paso largas horas -decía- preguntándole a Dios, / preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma, / porqué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid, / por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo. Preguntas que hallan respuesta en otro poeta, Isaías: El desierto y el sequedal se alegren, / regocíjese la estepa y florezca como flor; / estalle en flor y se regocije / hasta lanzar gritos de júbilo. Y por qué esta alegría, este estallar la flor: Se verá la gloria del Señor, / la belleza de nuestro Dios, exulta el profeta. Ante el pesimismo de un poeta que esgrime dudas, Alonso; la de otro, Isaías, que vive en la esperanza: Se verá la gloria del Señor.
            Es lo que se vive en este tiempo en la liturgia: adviento, o tiempo de espera, pero espera confiada. Se alían, pues, la fe y la esperanza; la fe que dice: vendrá; y la esperanza que aguarda y desea que sea pronto, que no se alargue la tardanza. Es la expectación de la madre ante la llegada del hijo que lleva en su vientre. Tiene fe en que llegará; confiando, además, que llegue bien y a su tiempo. Esta mañana, en San Blas, he tenido esta sensación: aunque está, me he dicho, Dios llega y lo hace con la alegría del desierto que florece como flor de narciso. Tal es así, que la antífona de entrada o acceso a la liturgia dice, con San Pablo: Estad siempre alegres en el Señor; e insiste: os lo repito: estad alegres. ¿Y por qué, Diario, tal estado de euforia? Con el profeta, añade: El Señor está cerca; es decir, a punto de ser tenido al alcance de la mirada y del tacto, a punto de poder decirle y que nos diga, de poder amarle y, como volcán o incendio, notar su amor (19:39:36).

viernes, 13 de diciembre de 2013


13 de diciembre de 2013. Viernes.

EL COSTAL DE LAS ESCORIAS
 
Réquiem por una pluma, en el jardín. F: FotVi
 
-Hoy se multiplican los acontecimientos digamos que, por esperpénticos y un tanto surrealistas, delirantes. El esperpento es un desliz de algo real que de pronto se ve convertido en irreal y mostrenco, en algo desaliñado y de mala traza, desvencijado. El esperpento es un caballo que corre con las patas montadas, cual jinete, a sus espaldas; o el típico político que dice miau (intelectualmente hablando), cuando lo suyo sería decir guau. El esperpento es un extravío erudito y hasta literario, a veces. Valle Inclán, en una época de su literatura, sufrió el traspié de lo esperpéntico, teniendo que cambiar, para bien, el armazón de su lenguaje y el modo incluso de mirarse en el espejo: de perfil para contemplarse barbado y lamido, y con gafas de aro, como cualquier revolucionario de la época. Él, en su obra literaria, revolucionó la lengua y el modo de usarla; y en teatro, se adelantó al absurdo Bertolt Brecht.
            Ayer, sin embargo, un tal Mas y el otro (Junqueras es su apellido) quisieron arrebatar al manco jodido y luminoso, a Valle Inclán, el copyright de lo esperpéntico, sólo que desde una estatuilla de terracota, lírica y sentimental, si se quiere, pero frágil, tanto, que al más mínimo golpe se sabe que quedará hecha trizas. Mas y el otro (Junqueras es su apellido) ya, desde ahora, son barro disuelto en cenizas; ya son nada, o, en todo caso, harina de otro costal, del costal de las escorias. Se les ve echarle humo las posaderas o fondillos.
            Mas, con el otro, han decidido convocar una consulta soberanista el día 9 de noviembre de 2014; es decir, la historia se repite. Otro 6 de octubre de 1934 se intentó algo parecido y salió mal: un tal Companys proclamó el Estado Catalán; eso, sí, dentro de la Republica Federal Española. Ahora, ni eso: se trata de ir por libres, sin ninguna ligadura que pudiera hacerles echar la vista atrás, salvo la de la economía (el negocio), y el fútbol.
            Si alguien dijo ser la historia maestra de la vida (Cicerón, creo), se equivocaba: la historia sólo es una metáfora de la estupidez humana, con bellas fantasías y funestas realidades; la historia unas veces es luz y otras, muerte, más muerte que luz; casi siempre es una tragedia sobre la que se construye otra tragedia mayor. Nunca me ha gustado la historia, porque sólo cuenta lo excelso que a cada pueblo o tribu le gusta oír decir de sí, con el consiguiente desdoro o mengua del clan vecino. 
            La historia, Diario, no enseña; a lo sumo, entristece (19:48:57).

jueves, 12 de diciembre de 2013


12 de diciembre de 2013. Jueves.

ASOMBROSA EXCLAMACIÓN
 
Abriéndose a la mañana, en el jardín. F: FotVi
 
-En la mañana, con el abrir de los ojos al despertar, todo es un abrirse, o un darse, una asombrosa exclamación. La mañana se abre a un asombro que clama. En la mañana, tras el primer bostezo, y desde el abrirse del alba, hasta la sorpresa del rocío al comprobar evaporándose, todo es génesis, nacimiento, inicio, apertura. En la mañana, y en Laudes, el rezo también es un abrirse a la alabanza, donde el salmo y el himno danzan y tocan el arpa de diez cuerdas, para Dios. Con la alabanza en la boca, el interior del que alaba es una catedral con órgano y Back creando fugas y oratorios, creando música o ajustamiento, combinación; en fin: armónica belleza.
El día nace armonioso; pero luego el hombre y su rabia por verse hombre y no primate (¿le rebela quizá saberse hombre?), lo suelen hacer desafinar, o salir por peteneras. Tal vez el hombre añore el día en que dejó de ser cuadrúpedo y se izó como torre sobre las dos columnas sobre las que ahora es templo y espíritu, carne y palabra, restos en la sima de Atapuerca y estrella. ¡Ah, las piernas o columnas de la ascensión del hombre! Pero ¿es sólo añoranza de mico? ¿O no ha dejado de sentir que una vez fue simio y en ocasiones vuelve a comportarse como tal, porque le place, le contenta, le recuerda un mundo selvático al que le gustaría volver?
En la mañana, todo es abrirse, hasta los medios de comunicación, que, en esencia, y una vez abiertos, comunican maldades, con alguna banalidad y muy pocas noticias saludables. Guerras, secesión, soberbia del poderoso, humillación del desvalido, arbitrariedad de la justicia, los bancos del rico y los otros del pobre, noches frías soportadas con cartones en atrios de iglesia por indigentes, niños recién nacidos abandonados por sus madres en contenedores, corrupción, funerales de un héroe de la paz y la concordia, dicen, que acaba en sainete y en foto con ataque de celos, Caín, Abel, y, al fin, alguien (un hombre de Dios) que habla con mesura e invita a recuperar las virtudes (eso es, las virtudes) de «la prudencia, la templanza, la justicia y la fortaleza», una de las pocas noticias saludables y dignas del hombre, aquel que, con la mente, debiera tocar el infinito, aunque siguiera pisando en el barro.
En la mañana, Diario, todo es asombrosa exclamación; un ¡oh!, sublime, que invita a la contemplación y al gozo, desde el espíritu (20:59:28).

miércoles, 11 de diciembre de 2013


11 de diciembre de 2013. Miércoles.
DESTINO
 
Fantasía, en el Mar Menor. F: Me encanta Murcia. Facebook
 
-Le dijo el sabio: «No te eches al agua, quizá no sea el océano tu destino»; pero, tras preguntarse cuál sería su destino, midió con la vista el horizonte, oyó un canto de sirena, el vuelo blanco de un albatros, y su destino (que quizá lo fuera) lo llamó. El destino no llama con palabras, sino con impulsos. Rozó el agua su pie descalzo y oyó que le decía: «Sígueme». Midió de nuevo con la vista el horizonte, oyó el canto de sirena, el vuelo blanco del albatros, se vistió de océano, y, bautizado de sus aguas, Diario, se echó a nadar, y nadó, y nadó, y nadó… (19:18:55).
 

martes, 10 de diciembre de 2013


10 de diciembre de 2013. Martes.


EL PUDOR, O ABEJAS ASESINAS
 
Libando, en el jardín. F: FotVi
 
-El Génesis, que es un relato popular y religioso de algo que en el mundo de la ciencia aún es objeto de asombro y de duda, de preguntas con alguna respuesta y de muy pocas certezas, anteayer definía el pecado (o traspié humano) como desnudez. Ante la llamada de Dios, Adán responde: «Te oí andar por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo» (Gn 3, 10). Desnudez, la de Adán, sobre todo interior, la monacal del espíritu, la que alienta de adentro hacia afuera y, en el afuera, hace que acuda la vergüenza como velo u hoja de parra que tapa el sonrojo o lo denuncia por lo pudendo o afrentoso.
            Adán, pues, sonrojado por la desnudez de su alma, que se había saltado la alianza de criatura que había hecho con su creador. No comerás del fruto de este árbol, le habían dicho, y comió; que es lo mismo que decir: que haya un orden, una ley, un modo de entendernos entre tú y yo, entre su Señor y Adán, y éste falló. Y hubo ruptura. Luego de la ruptura vino todo lo demás de huidas del hombre y silencios de Dios; silencios que aún perduran. Pero, aunque persisten estos silencios, al menos sabemos (revelación incluida) que Dios escucha, y que alguna vez responde.
            Por lo visto, andar desnudo es feo, pero no así desnudarse en un escenario adecuado y pagado. Adán se avergonzó porque le pillaron desnudo, y se escondió; ahora los (las) hay que se desvisten y exhiben su desnudez, y no sienten el más mínimo pudor. El pudor ya sólo existe como palabra, pero sin significado: pervive aún como virtud quizá en los ojos huidizos de una novicia o en el porte de un aristócrata venido a menos que mendiga. El pudor se manifiesta en los ojos y en las manos, ambos caídos o a la deriva; y no se percibe tal actitud en la sociedad suicida en que nos ha tocado malvivir.
            El pudor, ese impulso natural de Adán ante la desnudez sobrevenida por su pecado de no acatar la ley, es virtud que ya no se estila. Es más: suele ser objeto de burla y chiste, y hasta de desprecio. Pudor por la pobreza del llamado tercer mundo, ya no existe; o por la justicia que es injusta; o por el poder político o sindical que roban; o por los curas que olvidan que el evangelio no son ellos; o los médicos que no dan vida sino muerte (aborto, eutanasia). El pudor, esa entelequia hoy, nos lleva a pensar, que la discreción se ha extinguido, y, con el buen gusto, la honradez, y donde no hay honradez, Diario, anidan las abejas asesinas o los Drácula bebedores de sangre, con IVA incluido (18:20:25).

domingo, 8 de diciembre de 2013


8 de diciembre de 2013. Domingo.

ÁRBITRO COMPRADO
 
Esperanza florecida, en el jardín. F: FotVi
 
-Esta mañana, al rezar -lo suelo hacer paseando en el pequeño jardín que alegra mis silencios-, he buscado la mano tibia del rayo de sol; y es que los años dan más helor que calor el pobre sol de otoño que, en este tiempo, siente el recato de saberse sol y no frío. Cada cosa en su tiempo, dice el sol, y siente y admite no ser, en otoño, el sol que era, sino una caricatura o mueca de aquel otro incendio que fue en verano. Recluido en el hábito de monje con capucha que le corresponde, calienta pero sin alardes, con sordina de trompeta de Louis  Armstrong. Ahora no le toca arder, ni quemar, sólo otoñar, o dar la sensación de que es más acuarela que trazo grueso y llameante de pintor expresionista. Ahora el sol no es el grito (o skrik) de Munch, sino un trazo del leve vestir de las tres gracias de Botticelli, en su Primavera.
Anteayer se celebró la triste fiesta, con puente, del 35 aniversario de la Constitución; es decir, se celebró lo que nos unió como Nación y lo que nos separa ahora por mor de las autonomías centrífugas que quieren irse, tanto se les ha dado. La Constitución, según se vio ayer, ya no nos une, ni nos rige, en todo caso, nos preocupa. La Constitución ya no es una norma del juego democrático, sino un árbitro comprado por los poderosos, y por tanto injusto. Ni los que nos la indilgaron creen ya en ella, la dicen obsoleta, añosa como un toro de Guisando, viejo reloj que atrasa. La Constitución ya no vale; a sus 35 años ha perdido lozanía, juventud, gracia, y tiene el cabello blanco y cansino el andar.
Constituir, hermosa y difícil palabra; se constituye una familia o un estado, lo cual supone vocación de establecer o fundar. Pero para establecer o fundar se necesita contar con cimientos o raíces. Constituir (construir) sin cimientos, sin raíces, sin convicción de que se está sobre roca (no el Roca catalán), es moverse sobre arenas movedizas, sobre terrones de azúcar chirriante.
35 años de una Constitución que se estableció, se fundó, sobre las arenas movedizas de la duda y el recelo, del apenas cedo para, a la postre y si puedo, llevármelo todo, no es buena Ley de leyes; no había ni fe ni afán de constituir (de construir), sólo se pretendía salir del paso, con el ya veremos, si algo se torcía, como coartada. No había convicción, ni verdad, en la construcción de la Constitución, y esta es la razón por la que al cabo de 35 años parece que ya no vale, que se resiente como un artilugio desvencijado, que hay que cambiarla; en realidad, apenas nadie (o casi nadie) la cumple ya, tal vez sólo los que votamos y pagamos impuestos y creemos con ingenuidad que nuestra democracia se fundamenta en la ley y no el arbitrismo, como así es.
Sin embargo, yo, Diario, porque nos permite convivir en relativa paz y simula que hay ley, voy a seguir creyendo en la Constitución, aunque a veces dude de que exista y ampare la justicia, y el bien, y la verdad (18:42:03).

viernes, 6 de diciembre de 2013


6 de diciembre de 2013. Viernes.

LLORAR LA LUZ

Llorando, en la luz del jardín. F: FotVi
 
-Y, sin apagarse, se apagó una luz. Pasa con toda vida, que, sin apagarse (recuerdos, afectos, obras, sobre todo éstas), se apaga. Ayer, sin apagarse, y en el cono sur de África, se apagó la luz de Mandela. Ser luz es igual a ser guía y júbilo, y estela. Para las situaciones enredadas y lóbregas, en mar, tierra o espacio, la luz es vereda de salvación. En el paisaje más abrupto, una luz es signo de esperanza; y es que en la luz centellean la libertad y la dignidad, y la vida. Mandela, africano, vivió las excrecencias del ser humano, sus horrores; es decir, vivió las injusticias que muchas veces emanan de sus actos carentes de piedad y de derecho; y a los que falta la humanidad más elemental y distintiva de la especie. El ser humano, sin piedad, retrocede al mundo de la animalidad, de la barbarie de los instintos, a la selva de la perversión; y en la selva, quizá sin odio, se mata para sobrevivir. Mandela, en su juventud, anduvo por esa selva, pero al fin, movido por su generosidad y sabiduría, conseguidas por su fe en el ser humano, logró ser luz, que, tras su muerte, se ha agrandado hasta deslumbrar, sin herir. Tras Mandela, el mundo es un poco mejor.
            Mandela estuvo 27 años encarcelado, y no odió; sólo (dicen las crónicas) leyó y reflexionó, y, en el dolor y el apartheid, se forjó líder, guía, y así culminó su carrera de hombre probo y libre, y de mirada amable y extensa.
Una vez alguien dijo: «Yo soy la luz», y, desde una cruz (otro modo de apartheid), la hizo parpadeo que salvara en las penurias de lo oscuro. La luz, no importa el escenario, está para señalar caminos, también los del espíritu. Se ha dicho con el poeta -yo entre tantos- que se hace camino al andar, y es verdad; pero se andan caminos si hay luz, ya sea de sol o de candil, aun la de la luciérnaga vale; pero tiene que haber luz que libere los pasos y les ofrezca seguridad.
 Hoy es día de llorar la luz y que, reflejada en las lágrimas, se haga más luz. Mandela y su muerte, Diario, merecen que, en un mundo tan parco en claridad, su luz sea más luz, más estrella que guíe (19:07:30).

jueves, 5 de diciembre de 2013


5 de diciembre de 2013. Jueves.

            SIN ASPAVIENTOS

Sencillez de estar, en el jardín. F: FotVi
 
-El hijo de Dios, por lo de la crisis, se ha puesto y ha dicho: este año volveré a celebrar que nací hombre de María (Navidad), pero sin el atrezo o utilería de los ángeles y los cánticos de éstos (gloria a Dios en las alturas, o a Belén pastores, etc.) y los Magos y la estrella. Apagaré la tradición del derroche y me limitaré a festejar que nací y que, incluso hasta en el suceso de la cruz, me fue bien.
Me conformaré con recordar que nací, que me miró madre y sonrió y que, al tomarme en sus brazos, a José se le cayó una lágrima, que rodó hasta mi gorjeo, que ya entonces era lenguaje, evangelio. 
  Es decir, celebrar la Navidad sin aspavientos, sin despilfarro de luces y viandas y con la humildad del pesebre, donde sólo María con José y el Niño eran la luz y la alegría que llenaban la noche. Luz y alegría, interiores, Diario, y un ángel cantor único, el Niño y su llanto, y que, al cabo de los siglos, siguen siendo, en el mundo, el niño y las lágrimas que aún malviven en la pobreza (18:30:03).

miércoles, 4 de diciembre de 2013


4 de diciembre de 2013. Miércoles.

CRIMEN EN LA TORRE DE MONTIJO
 
Libro, para ser abierto. F: FotVi
 
-Anoche, en Molina, tuvo lugar la presentación de Crimen en la Torre de Montijo, la nueva novela (nivola) de José María López Conesa. Contra lo que es habitual, hubo bastante gente; es decir, bastantes amigos de lo que no es suyo, que en eso consiste leer o escuchar literatura ajena; es decir, con tus ojos o tus oídos robas  algo del trabajo de otro; pero robo hermoso, sin embargo.
Aunque algunas ausencias no las entendí. No entendí (ni he entendido nunca) las ausencias del Alcalde en estos eventos de molinenses que, sin ayudas y movidos sólo por una vocación inusual por la literatura, editan libros, revistas y se reúnen (ganando así su tiempo) a recitar versos o a leer historias que ellos mismos crean, y regalan. No sucede lo mismo, cuando el evento lo protagoniza algún escritor (las más de las veces mediocre) llegado de las afueras de las Españas. Entonces tintinea el papanatismo, la candidez provinciana, y, por una importante cantidad, el escritor venido de fuera es nombrado Escritor en su tinta, que, como toda tinta, mancha y cuesta una pasta. Eso, sí, al igual que París, la foto bien vale una misa. Luego, alguno de estos genios de la tinta se mofa y despotrica de los mismos que les han cepillado los faldones de la levita, partiéndose de la risa. Pues, para estos (y al no considerarse ninguno de ellos -todavía- Enrique IV de Francia): París bien vale una risa.
Sólo que la foto queda sublime.
Lo dicho: presentación anoche en Molina de un nuevo libro de José María López Conesa, el noveno, que lo acredita como un autor con una extensa e importante obra literaria. (Me dolió su decepción por la ausencia incluso de la Concejala de Cultura, que suele acudir a todo, también a la foto de la tinta, del calamar). Fue amena la velada y, sobre todo, ejemplar en la figura de José María, que escribe desde la humildad y sin grandes aspavientos literarios; pero con una intuición extraordinaria de lo que es (o debe ser) la literatura. Porque la literatura es (o debiera ser), ante todo, comunicación y comunión con el lector, con un estilo propio que distinga, a quien logra este prodigio de dar la noticia y hacerla afín al que la recibe, del resto de escritores.
El estilo define y protege, y da excelencia.
Y decirte, Diario, que si en algo ofendo porque me he excedido o no he dicho verdad, ya de antemano pido disculpas, y felicito por su nuevo libro a José María López Conesa, amigo (18:51:41).

lunes, 2 de diciembre de 2013


2 de diciembre de 2013. Lunes.

LAS PILAS DE LA NIÑEZ
 
Candela, soñando, en la pizarra. F: FotVi
 
-Vuelvo de Canarias con las pilas de la niñez (no de la ñoñez) cargadas; no vuelvo inmerso en la infantilidad, sino en la gloria de la niñez, que es la otra sabiduría, la de no pasar por alto lo pequeño, ya sea visible, o invisible. Resulta que hay bosones de Higgs (partículas de Dios) más pequeños que el mismo bosón de Higgs, partículas estas de la familia de los fermiones. (Si logro enterarme, otro día explicaré lo que es un fermión: estoy en ello, los libros lo saben todo).
            En Canarias, he vivido días de intenso adiestramiento de mi niñez; no hay como ejercitarse para llegar a lo más extraordinario del niño que fuiste o pudiste ser. Ser niño no es fácil, sobre todo cuando se está en ello; no cuando se es, sino cuando se está; el niño, hasta que deja de serlo, no sabe que es niño: es decir, lo sabe cuando ya no está de polizón en la niñez. Es la razón por la que todo niño desea llegar a ser mayor. El niño percibe que la persona mayor manda, dispone, no va al cole, sale, entra, enseña de vez en vez la mano, la del azote en el culo, se pone en jarras y grita, ay, dice, no puedo más, se chivan de lo que hace bien o mal el niño, y, al fin (antes ocurría, cuando los niños no denunciaban a los padres), lo acostaban sin cenar. En esta situación, el niño sueña con ser mayor y salir volando libre como un pájaro a cazar mosquitos y fumarse además un cigarro a escondidas. ¡Que un cigarro, en las fantasías de niño, sabe! Todavía se me hace la boca agua al recordar lo que yo estimaba que sería una calada de cigarro al llegar a mayor; y fue, os lo digo (aunque por poco me ahoga) magnífica. Rojo, tosí hasta echar los bofes, pero fue algo maravilloso, entonces; fue el pacto definitivo entre la niñez (o el tiempo de las ensoñaciones más puras), que me abandonaba, y la juventud (o el tiempo de los proyectos y el amor, creí), que me invadía.
            Estos días, en Canarias, hemos hecho: yo de niño (para recordar, viviéndolo) y Candela, de mayor. A sus órdenes, he jugado sin cansarme (o cansándome) al hermoso carrusel de sus juegos: puzles, beber tazas de café calentado en cocinas sin fuego, dibujar triángulos y círculos y cuadrados sin fin, hallar el tesoro de las letras y los números, estos en español y en inglés, cantar el do, re, mi, fa, sol, la, si, do, hasta el infinito, ser penado y puesto a pensar, si en algo desobedecía, y así, hasta volver a la niñez (no a la ñoñez, repito) que tanto me reconforta.
            Y decir que, después de Canarias, soy un poco más niño y bastante menos mayor. Como si me hubiera quitado (o despiojado) algunos años de encima, que tanto arredran. De ésta, salgo (contemplándome desde la altura de los años), salgo más niño y con más juegos que jugar entre las manos. ¿No te parece que es formidable, Diario? Alguien dijo (creo que Benedetti) que la infancia es un privilegio de la vejez; pues, sí, así lo percibo yo con él (19:44:51).

domingo, 1 de diciembre de 2013


1 de diciembre de 2013. Domingo.

UN POCO MÁS BELLA
 
Preparando hojas para el vuelo, en el parque. F: FotVi
 
-Ya he vuelto, Diario. Gran Canaria ha quedado al sur, como un paraíso donde llueve y refresca por la noche. Durante el día, la gente hace surf en Las Canteras, y, por la noche, se abriga. Candela no entiende que se hayan ido sus «amiguitos»; es decir, su familia. Y ha llorado. Nos llama sus amiguitos, haciendo, sin saberlo, una bellísima definición de lo que es (o debe ser) la familia. ¡Amigos! Es una niña de 3 años, que siente, y, sin proponérselo, define las cosas. Maravillosa humildad de la sabiduría de la niñez.
Hoy, mientras la lluvia -oportuna y otoñal- nos visitaba, he celebrado la misa, santa la llamo yo. Anoche sucedió un vendaval, que me volcó las macetas, en el jardín. El coche se resistía a arrancar. Pero, al fin, todo en orden: como la vida que nos sonríe al despertar.
Una fotografía al albaricoquero, con hojas doradas, del parque, es el símbolo de que todo llega: hasta el otoño, que se resistía. Me gusta el otoño, porque es reverencial, desprendido, íntimo, y no es convulsión o inquietud como las otras estaciones del año. El otoño, luego de exhibirlas en sus ramas, dora las hojas y las deja ir, para que, volando, sepan lo que es la libertad. Hermoso.
Mañana será otro día, Diario; y Candela, en sus palabras y en sus cosas, que siempre acaban en fantasías (es decir, en juegos), un poco más bella (20:36:42).

viernes, 22 de noviembre de 2013


22 de noviembre de 2013. Viernes.

NO SOY YO
 
Luz y oscuridad, en el jardín. F: FotVi
 
-Hay veces que no soy yo, sino mi contrario, el que mete el dedo en su propio ojo, o el que, caminando, toma atajos cuando podría andar recto; como señalaría san Pablo en su carta a los romanos: «El querer está a mi alcance, el hacer el bien, no».
Yo soy el querer, el anhelar, el desear, sólo eso; ¡o todo eso! Y me definiría como luz y oscuridad, aliento y carne, miedo y aventura; pero ente todo, gracia de Dios. Pues, como diría también san Pablo: «No soy yo, sino la gracia de Dios la que está conmigo». Razón, Diario, por la que nunca desespero y, aun en el peor desierto o ansiedad, siempre hallo la paz en esa gracia que me persigue; sin poder, al fin, librarme de ella o evitarla.
 Ah, Diario, y una petición: ¿Me permites que tome unos días de vacaciones -pocos-, y al volver te cuento? De acuerdo, tendré cuidado; pero tú, sin llorar, échame de menos; así sabré que nos queremos (19:16:39).