23 de marzo de 2021. Martes.
MOCIÓN DE CENSURA AL SOL
MOCIÓN DE CENSURA AL SOL
-¿Y si cualquier día se le ocurriera a alguien poner una moción de
censura al sol para que solo alumbrara a los de un lado; es decir, a los que
muerden la manzana con los dientes de la izquierda y negara su luz a los que
mastican con todos los dientes y se relamen después de haber mordido el fruto? ¡Ah,
cómo oigo –y paladeo – el crujido sensual y tierno del mordisco a la manzana,
su alto sabor a dignidad, a libertad, a vuelo! En esta mañana de luz y paisaje
abierto, de claridad y azul, y la pincelada de la paloma que vuela, me pregunto
qué sería del mundo si estuviera en nuestras manos dar o quitar la luz del sol
según nuestros intereses o caprichos. ¿Lo imaginan? Media esfera iluminada y la
otra a oscuras, sin hogar y sin calor, a tientas. En el lado oscuro, ¿tendrían
luz las luciérnagas, o también se apagarían? ¿Y el mirar de los niños, donde se
refleja el candor de su alma? ¿Se apagarían las manos que hacen caridad? ¿O
todo serían borrón y tedio, y diluidos horizontes, sin un más allá en el que poder
soñar? O el terror de Allan Poe, que estaba, no en «contemplar cosas horribles»
en la oscuridad, sino en «la idea de no ver nada». Las mociones de censura son
zarpazos violentos, legítimos, pero inmorales, de la democracia a la misma
democracia. Zarpazos de fuego entre las uñas, y de desaliento para quien ha quedado
herido de un modo directo o indirecto, colateral, por el zarpazo. Pero yo,
Diario, digo con el salmo: «Aunque pase por el valle de sombra de muerte, / no
temeré mal alguno, porque Tú, Señor, vas conmigo; / tu vara y tu cayado me
infunden aliento». ¡Respiro! (11:34:28).
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