viernes, 16 de septiembre de 2022

16 de septiembre de 2022. Viernes.
IMBÉCIL

La guerra, campo de cocentración en Bergen-Belsen. Alemania. F: ABC

-De pronto, leyendo a Ortega, la palabra imbécil me ha dado con su grafía en los ojos para que así parpadee y vuelva sobre lo leído. ¡Imbécil! Si un filósofo usa la palabra imbécil –me digo–, es que se trata de una palabra filosófica y por tanto invita al asombro y a prestarle una especial atención. Aunque no según la preceptiva literaria, imbécil rima con alelado o escaso de razón y aún con flaco y débil, según el Diccionario. Hablaba Ortega de política y de políticos, y de individualismo y colectivismo. (Defendía, por supuesto, el individualismo frente al colectivismo). Y lo leído fue escrito en 1937, como portada o prólogo (para franceses) a su libro La rebelión de las masas. Lo publicó en Holanda, pues aquí nuestros padres andaban descerrajándose tiros, por lo mismo, por la política, o a causa de la gran imbecilidad. Entre lo grande, existen dos magnitudes: la gran muralla China y la gran imbecilidad de ir a la guerra por asuntos políticos. No hay idea ni ideal –aunque se trate de una utopía– que merezca una guerra, y menos si es civil, pues entonces se convierte en más incivilizada. En todo caso, uno puede morir por una idea, y más si es utópica; pero nunca ir a una guerra, que implica a otros, por esta misma idea. «Yo voy a la cruz –dijo un utópico: Jesús de Nazaret– pero sin arrastrar a otros». Y, extendiendo los brazos en la cruz, dio la vida por la idea o ideal –la utopía, en la que aún estamos– de establecer un reino distinto, para una tierra distinta y nueva, y un cielo, con las mismas luminarias, estrellas, pero también novedoso, con otra luz y otra lírica, la del amor. «Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil. Ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral». Así escribía Ortega. Y no se le cayó ningún anillo de intelectual íntegro, amante del progreso y no del progresismo burdo y regresivo. Ortega, Diario, andaba por el mundo preguntado y buscando la verdad: filosofaba (12:31:41).

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