3 de junio de 2014. Martes.
LA MIEL DE MI
RESPUESTA
¿Medusa o flor?, en el jardín. F: FotVi |
-Esta mañana salgo y me preguntan en la calle: «¿Monarquía o República?»
A bocajarro, como una pequeña bofetada de aliento agitado, palpitante, en la
cara, y con saliva. Convertida en saliva, en un ojo me da la Monarquía; en el
otro, la República. Me limpio discretamente de una y de otra. De la expresión del
interrogador deduzco que espera que conteste República; pero hago como que
dudo. Hacer como que se duda es bueno, si sabes lo que quieres decir. La duda
hace que el que inquiere pierda la verticalidad y haga de torre de Pisa, pasando
de apoyarse en el pie izquierdo al derecho, nerviosa e indistintamente. Tu duda
le hace dudar a él. «¿Monarquía o República?», insiste. Me cojo la barbilla, bajo
los ojos, hago como que pienso; en realidad, me estoy divirtiendo, pensando. Dentro
de la duda, ahora soy yo el que pregunta: «¿Monarquía o República, dice?» Levanto
los ojos y veo que se ha marchado con el micrófono a otra parte. Con el micrófono
arrastra el cable y al esclavo de la cámara. No ha querido oír lo que le iba a
decir. Preguntan sin pensar y no saben esperar a que el interrogado piense. «¿Monarquía
o República?» Y recordando a Unamuno (él había dicho: «Todo acto de bondad es una demostración de poderío»),
iba yo a contestar: «En Monarquía o República, personas buenas y sabias, chaval»;
pero ha huido, Diario; no ha querido escuchar, y así me he quedado con la miel
de mi respuesta en la boca (20:01:40).