22 de noviembre de 2023. Miércoles.
HUMANIDAD INSENSATA Y DESCREÍDA
HUMANIDAD INSENSATA Y DESCREÍDA
-Llorar, a veces, es
liberación, oxigena el espíritu. El llanto no soslaya la alegría: en ocasiones
la bendice. «Reír por no llorar», solemos decir cuando nos invade una alegría
extrema: las lágrimas, entonces, son como si los ojos destilaran luz de
estrellas. El lunes celebramos el día mundial de la Infancia y los ojos se me
llenaron de luz y lágrimas; es decir, se mezclaban la esperanza –parecía
vislumbrarse un futuro en el que se protegiera la niñez– y la desazón por la
oscura realidad que rodea a la infancia: no respetada ni en las sociedades más avanzadas.
En las sociedades llamadas progresistas, el aborto; en las más pobres o
desvalidas, la penuria, las guerras, la crueldad de la niñez echada a la calle
para pedir o trabajar en los oficios más degradantes: esa niñez de ojos
redondos y absortos que nos miran –¿esos ojos proyectan la mirara de Dios a
nuestras conciencias?–, sin entender nada de lo que la injusticia humana les
arrebata. Todos los días pido a Dios por esa niñez
desvalida y pisoteada en el mundo, esperando, Diario, que Dios me oiga y ponga
remedio a tanta iniquidad e infamia, a tanta autodestrucción de esta humanidad demente
y descreída, materialista.