16 de marzo de 2017. Jueves.
SANGRE HERIDA
La primavera, que, a pesar del frío, no es ficción. F: FotVi |
-Ayer, en Los Arenales y Salinas de San Pedro del
Pinatar, hacía un viento fino, sinuoso; aunque iluminado. Movía las plumas de
los flamencos y rizaba las aguas del Mar Menor. Y, como si hubiéramos vuelto a
un fastidioso invierno tardío, te hacía protegerte el rostro. Y, mientras, el
mundo, erizado con la aspereza del cardo, dando tumbos de desgracia en
desgracia, como un poseso por su propia destrucción. El mundo se desangra en el
oriente próximo, en el Sáhel y el sureste africano, y en casi todo el planeta. No
hay lugar en el mundo que no esté manchado de sangre, de sangre herida, desangrado
por el odio. El odio ha subido al pedestal del poder del mundo. Odio en lo
importante y en lo nimio, en lo que espeluzna y en lo que simplemente asombra. El
resentimiento juega a las cartas con Podemos y Arcadi Espada y Antonio Lucas en
lo referente a la misa del domingo en la televisión pública. Dice Arcadi que «la
religión, en términos estrictamente estéticos, es la más exitosa de las
ficciones basadas en hechos reales, el de la muerte». Y Antonio Lucas, que «algunas
misas son un arma ideológica cargada de
futuro». Cada cual con sus artefactos lanzallamas queriendo hacer estragos
en los que creen, y en los que viven entregados a los demás porque creen. El
necesitado no acude a Podemos, ni a Arcadi ni a Lucas cuando precisan ser
ayudados, sino a la Iglesia, donde -según Arcadi- se vive de «ficciones»: quizá,
la ficción de dar de comer al hambriento y de beber al sediento. Y la de vestir
al desnudo y visitar -en la tele- al enfermo. Y la de dar posada al peregrino… Y
la de dar la razón a Podemos, a Arcadi y a Lucas, si la tuvieran, que, en mi
inocencia de ser creyente de «ficciones», estimo que no la tienen, y no por
nada, sino porque los mueve más una animosidad excitada y desabrida, que la tozuda
realidad, que no es la muerte, Diario, sino la vida (20:12:03)