viernes, 30 de septiembre de 2022
jueves, 29 de septiembre de 2022
ACUARELA DE DIOS
-Esta mañana amanecía con el cielo color naranja y una raya negra –borrón de un dedo invisible, quizá– que predecía un bello día. El sol de otoño, como diría García Lorca, es un sol físico, cordial, amable. Epitome lírico o resumen del gran sol del verano, digo yo. Más tarde el cielo se ha ido cubriendo, pero el sol ha seguido iluminando, y yo, que amo la luz, le he dado las gracias, por la vida, por los colores, por las hojas que caen y alimentan la tierra. El poeta Leopoldo Lugones decía: «No temas el otoño, si ha venido. / Aunque caiga la flor, queda la rama. / La rama queda para hacer el nido.» El sol de otoño es una vidriera por la que entra la luz al templo de la vida, para vestirlo de acuarela de Dios. En otoño, Diario, se van los vencejos, las golondrinas, pero quedan los gorriones, las palomas, y la plegaria de cristalera del corazón, llamando, sin estridencias, en la misericordia de Dios (12:49:23).
miércoles, 28 de septiembre de 2022
28 de septiembre de 2022. Miércoles.
INCÓMODO
La sabiduría llega de arriba. La Asunción. Molina de Segura.
-El sabio es el que inventa la sabiduría. También lo es, aunque en grado menor, el que hace glosa de ella. La Sabiduría creó el mundo y lo embelleció; es decir, la Sabiduría que hablaba, y que, en la Palabra, se hizo hombre. ¡Un Dios Palabra; o un Dios que habla! En el libro de la Sabiduría –la que configuró el mundo–, se desparrama y se ofrece como guía para la vida del hombre. Y también para la vida que existe a su alrededor, la naturaleza. La Sabiduría es servidora del hombre, a la vez que camino del hombre. Señala el camino, y al momento se tiende para ser ella misma el camino. Ningún sabio es solemne ni exaltado. La sabiduría, por sabia, es humilde, y, luego de darse, se postra. Pues esta es la sabiduría que avisa y nos dice que el justo está en el mundo para desorientar al malvado y denunciar su impiedad. Sin palabras, quizá. Sólo con su presencia. Tanto es así que la sabiduría informa de las intenciones del impío para que el justo pueda sortearlas. Libro de la Sabiduría: «Se dijeron los impíos: Acechemos al justo, que nos resulta incómodo». Incómodo por el solo hecho de ser justo. La luz, por débil que sea, denuncia y repliega la oscuridad. La luz nacida de la oscuridad, asombra; mientras que la oscuridad, que sobreviene a luz, aterra. En otra traducción del mismo párrafo se dice: «Tendamos lazos al justo, que nos fastidia». Incomodidad y fastidio causa el justo, Diario, al que vive de la iniquidad y el engaño, de lo inmoral y lo vil; su sola luz lo hace entrar en cólera (13:18:57).
martes, 27 de septiembre de 2022
UNA CIERTA TRISTEZA
lunes, 26 de septiembre de 2022
DIOS HABITA EN MI BOCA
-Si digo pobre, meditándolo, en una reflexión sincera, notaré que Dios habita en mi boca, como si lo masticara, como si lo comiera eucaristía. Como he dicho en otras ocasiones, Dios ama al pobre, no a la pobreza. Dios no solo amó al pobre, sino que vivió pobre: «El Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza», confesó; si acaso, en una roca en el olivar de Getsemaní o en alguna pequeña duna junto al mar de Genesaret. En la noche, la luna era su compañía, y el clamor de las olas, el lenguaje de su soledad. «Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: “Consumado es”, y habiendo recostado la cabeza, entregó el espíritu». Inclinó la cabeza donde se unían los dos maderos de la cruz, extendidos los abrazos para abrazar y los pies sin tocar el suelo, sosteniendo, sin embargo, todo el amor de su sufrimiento. Jesús había encontrado el sitio apto para reclinar la cabeza, la cruz; y en ella, se durmió: entregó su espíritu. Yo diría: «Entregó su amor», al Padre y a la humanidad. Él que venía del Padre, se daba a él en la plegaria de sus palabras, y a la humanidad, en el caudal de su sangre. Palabra y sangre: eucaristía, amor sacrificado, pan roto para darse en comunión. En la actualidad, Diario, la cruz de Cristo es la pobreza, donde descansan su cabeza y sus sentimientos más íntimos. Como dice San Juan de la cruz: «Cristo acepta la pobreza de mi condición humana, para que yo pueda conseguir las riquezas de su divinidad» (8:20:03).
sábado, 24 de septiembre de 2022
VENÍA DEL PECADO
Un rayo de luz, de esperanza, desde el cielo. Casa Sacerdotal. Murcia. |
-San Agustín, en sus palabras, se hace inmenso, como un luminoso y deslumbrante amanecer. San Agustín, que venía del pecado, con la gracia de Dios y unas lágrimas se hace claridad en el mundo. Dios se aparece en su boca. Dice: «Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas, ayudándote para que puedas». De salida no te tortura con que hagas cosas imposibles, más allá de tus fuerzas: te pide hacer –si quieres– cosas sencillas, como olvidar la ira y dejar, por ejempló, que una abeja que liba néctar te enternezca el corazón; y si miras el mundo y ves las guerras y las injusticias que lo asolan, y te sientes impotente ante tanta desolación, pide a Dios ver la otra cara del mismo, donde se dan la mano la paz y la solidaridad, la fe y el amor, y si no puedes, sigue pidiendo, como el ciego del evangelio: «¡Poder ver, Señor!»; Dios siempre ayuda. Dice Soren Kierkegaard, el filósofo danés: «Dios crea de la nada. Maravilloso dices. Y así es, sin duda, pero él hace lo que es todavía más maravilloso: él, de los pecadores, hace santos.» San Agustín es el feliz resultado de la lucha entre el mal y la gracia: las lágrimas de una madre y la gracia de Dios vencieron al mal; una bella melodía surgió de ese caos de notas sueltas que era Agustín; Dios y unas lágrimas, Diario, consiguieron el perfecto acorde, el de la santidad (12:18:53).
viernes, 23 de septiembre de 2022
jueves, 22 de septiembre de 2022
miércoles, 21 de septiembre de 2022
MARAVILLADO DIOS
martes, 20 de septiembre de 2022
LA OTRA MEJILLA
lunes, 19 de septiembre de 2022
ESCALOFRÍOS
domingo, 18 de septiembre de 2022
AMAR
sábado, 17 de septiembre de 2022
HABILIDADES
viernes, 16 de septiembre de 2022
IMBÉCIL
jueves, 15 de septiembre de 2022
APOTEOSIS DE LA CRUZ
miércoles, 14 de septiembre de 2022
EL JAZMÍN AZUL
martes, 13 de septiembre de 2022
VESTIRSE DE LLUVIA
-Septiembre ya empieza a parecerse, por fin, a septiembre; es decir, se despoja de sol para vestirse de lluvia. En algún momento, sin embargo, aún soltará al sol para que arda, pero ya será sólo el ladrido de un perro faldero, meloso, casi tierno, sin mordisco. Emociona notar que, cuando el cielo llora –llovizna– la tierra inaugura un nuevo aroma: huele más a ella misma –a tierra– que a sol; y, sin desdeñar al sol, el olor a tierra es más penetrante y afanoso, y alegre, que el del sol. Y es que, aunque el sol caliente y vigorice, la tierra acoge y amamanta, es más maternal; tal que, concediéndole al sol ser el que despierta y mete en sueños, es la tierra, no obstante, la que canta laudes al alba y nanas al anochecer. La tierra es la melodía de una gran sinfonía: la vida. ¡Olor a tierra mojada! Olor a armonía y a vida, y a temblor de hoja y a gorjeo de paloma, y en todo caso, Diario, olor a don de Dios (12:51:57).
lunes, 12 de septiembre de 2022
domingo, 11 de septiembre de 2022
MARÍA, HERMOSO POEMA
-Para describir qué es un poema, hay que usar palabras poéticas. María, la Virgen, es toda ella un poema escrito por la sabiduría y la pluma de Dios. Hoy, Murcia, se viste de fiesta, celebra a la Virgen de la Fuensanta, su patrona, su señora, su libro de poemas. María es un hermoso poema nacido del amor de Dios. Dios Padre la crea, Dios Hijo la redime, y Dios Espíritu Santo la desposa. Por eso puede decirle con el Cantar de los Cantares: «Eres toda hermosa, amada mía, y no hay en ti defecto». Dios la ha hecho Joya única, sin mota ni borrón, toda luz, fuente que mana aguas puras de la que se puede beber, al tiempo que mirarse en ellas. Es fuente que alegra, que salpica, que riega el jardín de Dios. «Me has enamorado con una sola de tus miradas, con una vuelta de tu collar», sigue el Cantar. Mirar es hablar silencios, que, a veces, dicen más que las palabras. Una mirada puede trasmitir latidos, emociones, sentimientos, vuelos. El aleteo del amor vuela en una mirada. Mirar es encontrarse, y, en ocasiones, darse. El amor hace brotar «jardines de granados, con frutos exquisitos». Tanto que en el «jardín cerrado» que es María, el Espíritu Santo creó su alhaja maestra: Jesús. Jesús, que según el Cantar de los Cantares, es, en ese huerto cerrado de María, «nardo y enebro y azafrán, canela y cinamomo, árboles de incienso, mirra y áloe, con los mejores bálsamos y aromas». En el entorno de María, Diario, todo es poesía, belleza, palabras exquisitas; Dios se recrea en la descripción de la Mujer que amó, hasta llamarla «Esposa mía, amada mía», en ti descanso (12:17:08).
sábado, 10 de septiembre de 2022
CONTANDO COSAS
viernes, 9 de septiembre de 2022
UN SOL SIN SOMBRAS
jueves, 8 de septiembre de 2022
POR LA PAZ
-Todos los días me uno, con la Iglesia, a la oración del Papa por la paz. El primer don de la resurrección fue la paz; luego, se nos dio al Espíritu Santo y la misión de predicar por el mundo el evangelio. Jesús, mostrando las llagas en manos, pies y costado, y perforando la materia con su cuerpo glorioso («entró estando los discípulos con las puertas cerradas»), les dijo: «Paz a vosotros», y lo repitió dos veces. Dos veces la paz, y una el Espíritu; sin duda porque la paz es el camino del Espíritu; pero un camino de ida y otro de vuelta. El Espíritu trae la paz y vuelve llevándose nuestra paz a su lugar trinitario. No es verdad que para que haya paz sea preciso prepararse para la guerra. Esa es una frase felona, infame, de mercaderes sin escrúpulos. En Occidente ya no hay otro espíritu que el del mercader o materialista. En la guerra (en general), no se mira la paz, sino el negocio. Se negocian vidas por dólares, euros o libras; es decir, con la nueva moneda con la que Judas vende actualmente al Cristo huido y sin patria, humillado. Ucrania llora y los señores de la guerra ríen, sus cuentas corrientes engordan. No a la guerra, Diario, y sí a la paz, la que libera al hombre de su animalidad, y lo hace conciencia, razón, sabiduría (18:04:14).
miércoles, 7 de septiembre de 2022
SEDUCIR EL FUTURO
martes, 6 de septiembre de 2022
Trece meses, un servidor. F: Familia. |
-¿Nunca te has reído de ti mismo, de tus defectos, de tus limitaciones? Inténtalo: es otra clase de risa; una risa humilde, liberadora, terapéutica. Cura la hemorragia de la vanidad, de la tonta hinchazón, y te acerca a la realidad de amarte (y soportarte, quizá) tal cual eres. En mi caso: un tipo bajito y con gafas de miope, y aún con timidez de principiante en casi todo; eso, sí: también con la ilusión de no alejarme mucho de mi niñez, la que revive mi poema Aquella niñez o tiempo, en mi libro Introducción a una selva incipiente, de cuando estaba y vivía «en el don de la juguetería», y nombraba las cosas con amor asombrado, como «madre», «pan», «mañana», «Dios»… Maravillándome de nombrarlas y poderlas escribir. Reírme a veces de mí mismo me hace ser más tolerante con los demás y más amigo (hasta el extremo de no consentirme lo que no está bien) de mí mismo. Reírse de uno mismo es dejar que la humildad te cubra, y evitar que te venza el exceso. Es algo así como volver al barro del que venimos, y dar gracias por el aquel soplo –el Aliento de Dios– que nos infundió la vida y la sabiduría, y con el hecho además, nunca suficientemente agradecido, de poderlo contar (11:58:29).
lunes, 5 de septiembre de 2022
UNA VIDA HUMILDE
Dios sonríe en Juan Pablo I, papa y beato. F: Vida Nueva |
-Me levanto,
parpadeo, doy unos pasos con dudas, me santiguo –«un día más», digo– y doy
gracias. Son las siete y al sol le cuesta encenderse en el horizonte. Las
palabras se me hacen plegaria e himno en la boca, y reverencian al Dios de la
misericordia. Oigo noticias, todas terribles, salvo alguna amable: la
beatificación de Juan Pablo I. Fue Papa solo 33 días; Dios, en él, no quiso
sonreír más; demasiado el llanto del mundo. La humildad de Juan Pablo I la
convirtió en sonrisa, buscando siempre la voluntad de Dios. La sencillez
sonríe; la soberbia se carcajea. Es hermoso lo dicho por el papa Francisco de
él; Albino Luciani, dijo, «se consideraba a sí mismo como el polvo sobre el que
Dios se había dignado escribir». El polvo elevado a la categoría de papel donde
poder escribir el poema –la belleza– de una vida humilde, alegre, serena, abierta
al diálogo, sin resentimientos, y en Dios, vida donada toda ella a la persona
humana. Dios, como sucedió en el evangelio, se agacha y escribe sobre el polvo del
papa Luciani la sonrisa de una vida evangélica, que acabó haciéndose cruz y
donación, y, al fin, aleluya glorioso. El papa Juan Pablo I, con su sonrisa,
Diario, «logró trasmitir la bondad de Dios», ha dicho el papa Francisco
(12:39:40).
domingo, 4 de septiembre de 2022
PALOMAS EN EL AIRE
sábado, 3 de septiembre de 2022
EL MAR ES POEMA
viernes, 2 de septiembre de 2022
EN BICICLETA
-Insiste el calor como una mosca en una herida: mordedor y molesto, insistente. No hay modo de quitárselo de encima. Es como una lengua que se pega al paladar, un conato de incendio, o un Fahrenheit 451 –novela de Ray Bradbury–, quemando libros. El calor siempre llega de abajo, así como el frío de arriba. Norte, frío; Sur, ardiente. Pero voy a decir que me apena más ver a un indigente en bicicleta con frío que con calor. Con el frío, los indigentes en bicicleta parecen más desamparados, como si pedalearan en más soledad; el frío despuebla las carreteras y hace más íntimos los pueblos. Los hay, indigentes, que llevan barba, pero todos, tristeza y estrechez. En la bicicleta, apenas va el indigente y lo poco que posee: un bulto de pobreza en el trasportín y su afán por llegar a alguna parte. Llegar adonde lo reciban o lo rechacen; donde lo reciban con un plato de sopa caliente o el desaire de ni mirarlo. Hoy he visto a un indigente en bicicleta y he pensado qué será de él el próximo invierno, cuando el frío, la nevada, el desamparo. Pedaleaba cansino. Pero estoy seguro que a él no le inquietarán aún los fríos del invierno, sino dónde pasar la próxima noche, y, echado y con las manos en la nuca, poder así contemplar la Luna de agosto, casi azul, casi célibe, y hacerle algún poema, que nunca escribirá. O sí. Pues, tal vez, por ser poeta, se haya echado a los caminos «para hacer camino al andar» y sentir, en la soledad terca y encelada de búhos, más cerca a Dios. Quizá (12:35:01).