26 de mayo de 2019. Domingo.
LA PAZ DEL AMOR
Buscando la luz, en Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi |
-«La paz os dejo, mi paz os doy», he oído esta
mañana en la misa. Y a continuación: «Pero no os la doy como la da el mundo».
Es Jesús el que así habla. El mundo impone la paz del que vence, pero con el
silencio del vencido. Es una paz de humillados y dominadores. Es una paz turbia,
trucada, artificiosa, que nunca acaba de ser paz; está fundada en la fuerza y
no en el amor. Jesús nos da la paz del amor, la paz que no acosa, no derriba, no
separa, sino que construye, la que hace puentes y no barreras, la que tiende la
mano y da el beso de la reconciliación. Esta es la paz que libera, que nos hace
Hijos y no esclavos, y que, a todos por igual, nos da el gozo del Padre e inunda
de fiesta nuestro corazón. Luego, como buena oveja llevada al matadero, me he
acercado a votar. Como oveja mandada, obligada por las circunstancias,
escaldada. Pero no ilusionada, soñadora: son tantas las veces que nos han engañado
estos iluminados sin luz, estos depredadores con atuendo de cordero, estos
mantas con tan poco en la cabeza. O más bien, con pájaros en vez de ideas en la
testa. En fin, que me he dicho, démosles otra oportunidad. No olvides, Diario,
que llegaba de celebrar la misa y me había impregnado de la paz que nos viene
de Jesús, el pacífico de Nazaret, el que no te pide la paz sino que te da la
paz, y entonces yo he optado por darles la paz a estos chicos de la mentira y la monserga,
de la soflama vacía, del caramelo envenenado (19:09:15).