1 de febrero de 2021. Lunes.
CON SOL Y PALOMAS
CON SOL Y PALOMAS
-Día primero de mes, con sol y palomas, y miedos, y la angustia atravesada
en la garganta como una espina fatal de pescado. Se nos va un mes con llantos y
llega otro con lágrimas; lágrimas, que también son llanto, pero más íntimo, menos
de los ojos y más del espíritu; el que se dice sin palabras: el del verso que expresas
con la mirada o el de la caricia que haces sin las manos, con solo el suspiro
del deseo. Ahora, en la vida, casi todo es dolor; es la pandemia del dolor y la
duda que acompaña a la otra pandemia del virus. Son las pandemias que preceden
a la desesperación, al pesimismo más cruel, más agonizante; y, como diría
Albert Camus, al «absurdo» más irracional y trágico. El ser humano sabe que ha
nacido para morir, para irse, pero, antes, hay anchuras y esperanzas, y
extensiones de luz, sobre las que volar. La nieve cubre el camino, lo hace
peligroso, pero no lo destruye. La nieve se va y el camino queda, como el sol o
el esplendor de la floración en primavera. Y el nido del pájaro en la rama. Y
el correr del arroyuelo en la montaña. Yo estoy con Dostoievski, que escribió:
«Hay que amar la vida antes de razonar sobre ella, sin lógica; solo así se
puede comprender su sentido». Amar la vida, aun con sus heridas e infortunios; pues
vives la vida que llevas en tu interior. Jesús dijo: «El reino
de los cielos está dentro de vosotros». Si quieres paz, hazte tu paz, lo mismo
que si buscas justicia, o piedad, o amor, o vida. Hazte tú ejemplo de ti mismo,
y encontrarás, Diario, el reino perfecto para vivir, y soñar, y redimir,
encandilando (12:33:39).
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