20 de febrero de 2022. Domingo.
SI GANA LA PAZ
SI GANA LA PAZ
-El odio es explosivo; el amor, expansivo. El odio propicia la guerra; el amor, la paz. Si gana la guerra, se desgarra la armonía, el cristal del amor se hace añicos, la visión de las cosas se convierte en mirada de sangre y destrucción. Tras la guerra, todo son edificios caídos y almas errantes, sin sitio donde reposar. Se cierran los horizontes; al otro lado de ti, todo es negro, desesperado, muerte. Pero si gana la paz, vuelve la armonía, cicatrizan las heridas, se trocea el pan en una mesa festiva de todos, se reinventan los abrazos. Con la paz, florece la ilusión, el porvenir se hace esperanza, y el amor crea la piedad altruista, generosa, y, cuando le pegan en una, pone la otra mejilla. Hoy, domingo, la liturgia nos recuerda cuál es el ideario o la identidad del cristiano. El cristiano vive de la misericordia que recibe de Dios y que él da. Y es reconocible, no por los ritos que práctica, sino por el amor que entrega. A veces, un amor crucificado, desgarrado, pero limpio, amor que siempre perdona. Un amor, no sentimental o pasional, sino activo, eficaz, que da sin esperar recibir nada a cambio. «Por el amor –dice San Agustín– Dios reconoce al hombre como hijo suyo y el hombre se reconoce hijo de Dios». Es el premio que Jesús promete: experimentar, tener conciencia de que «Dios es Padre», y que te ama, en tu amor. Si amas al prójimo, Diario, serás amado por Dios, en el prójimo que tú amas (12:14:31).