viernes, 28 de enero de 2022

28 de enero de 2022. Viernes.
SABIDURÍA Y SANTIDAD

Santo Tomás de Aquino, El Puerto. Cádiz.

-Hoy es el día de Tomás de Aquino, o la sabiduría al servicio de la santidad. Aureola de santidad, y birrete y muceta de sabio. La aureola de la santidad se apreciaba en él por sus actos, humildes y evangélicos, y por su mirada recogida y bondadosa; el birrete y la muceta, sin embargo, le acreditaban como un estudioso aventajado de las ciencias humanas y divinas. Sus compañeros de estudios solían decir de él: «La ciencia de Tomás es muy grande, pero su piedad es aún más grande». A los 27 años fue profesor de teología y filosofía en la universidad de París. París con San Luis, rey, celebraban su sabiduría y su virtud, pues su saber no nublaba su modestia y probidad, el fanal de su santidad. Sólo tardó 4 años en escribir la Suma Teológica, en la que a base de Sagrada Escritura, filosofía, teología y la doctrina de los santos va explicando, con la grandeza y luminosidad de una galaxia, todas las enseñanzas católicas. Desde la más sencilla y popular oración al más grande y, en apariencia, indescifrable misterio. Contaba que Jesús en una visión le dijo: «Tomás, has hablado bien de mí; ¿qué quieres a cambio? –Delicadeza de Jesús: «Has hablado bien de Mí», le dice, como el amigo al amigo–. Y Tomás le responde: «Señor, lo único que yo quiero es amarte y agradarte cada vez más». Es el santo de la sabiduría y la humildad rendidas, del conocimiento y del asombro –perplejidad– ante Dios y sus misterios. Devoto de la Virgen María, en el margen de sus cuadernos escribía: «Dios te salve, María», como un caballero a su dama. Yo, Diario, pido a Santo Tomás –si a él le parece bien–, me conceda un poco de su sabiduría y un mucho de su santidad, con la humildad ––como felpudo, místico– para mi trato habitual, e íntimo, con Dios (12:19:33).

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