sábado, 29 de enero de 2022

29 de enero de 2022. Sábado.
LA BUENA POESÍA DE LA VIDA

Columnas de fe y esperanza, hasta alcanzar al Amor.  Catedral. Murcia.  F: FotVi

-Primero, esta mañana, frío de filo de navaja, cortante; luego, llenando la franja del horizonte, un color naranja líquido, desvanecido, hermoso; y, al fin, salido el sol, un azul vibrante, extendido, triunfal. «Un poema bellísimo en el cielo», he pensado. Todos los días la naturaleza escribe versos admirables del gran poema que es la Creación. Versos terribles unas veces y sensibles, por humanos, otras. Ya lo expresó la Biblia: Al principio Adán y Eva, felices, sin moretones aún; y luego, cabizbajos y desnudos, expulsados del Edén. Ahora, salvo los versos de la naturaleza y sus acordes, todo parece ir contra la buena poesía de la vida, su canto de júbilo y baile, sus vuelos libres. ¡O el gozo por el don! Leer la prensa es comulgar, cada mañana, con las ruedas de molino de la negra realidad, sin apenas nada positivo: temores de guerra, pandemia, injusticias, «falta de escrúpulos» de los dirigentes; crece la vulnerabilidad de las personas, la pobreza enseña el rostro de su fealdad; con el paro, se apagan los sueños de la juventud; los niños, en la escuela, con mascarilla, tapada su sonrisa; familias rotas, desmanes bancarios, desconexión del gobernante con la realidad: la tragedia nos cerca, y nos duele. El Papa Francisco, ante esta triste situación, nos invita a dejar ir a las cosas negativas; muévete, dice, pero calmadamente; no te estanques: «el agua que se estanca es la que primero se pudre». No dejes, Diario, que se oxide tu ilusión, que se deshumanice, libérate del miedo y pon en movimiento tu fe, deja que te cubra de paz la esperanza, y mata los miedos con amor. Dice santa Teresa: «La verdad –Dios– padece, pero no perece». Tras los estragos de la muerte y del sepulcro, siempre hay una epifanía que celebrar, una resurrección, un aleluya festivo que dé luz al asombro (12:56:39).

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