jueves, 22 de septiembre de 2022
miércoles, 21 de septiembre de 2022
MARAVILLADO DIOS
martes, 20 de septiembre de 2022
LA OTRA MEJILLA
lunes, 19 de septiembre de 2022
ESCALOFRÍOS
domingo, 18 de septiembre de 2022
AMAR
sábado, 17 de septiembre de 2022
HABILIDADES
viernes, 16 de septiembre de 2022
IMBÉCIL
jueves, 15 de septiembre de 2022
APOTEOSIS DE LA CRUZ
miércoles, 14 de septiembre de 2022
EL JAZMÍN AZUL
martes, 13 de septiembre de 2022
VESTIRSE DE LLUVIA
-Septiembre ya empieza a parecerse, por fin, a septiembre; es decir, se despoja de sol para vestirse de lluvia. En algún momento, sin embargo, aún soltará al sol para que arda, pero ya será sólo el ladrido de un perro faldero, meloso, casi tierno, sin mordisco. Emociona notar que, cuando el cielo llora –llovizna– la tierra inaugura un nuevo aroma: huele más a ella misma –a tierra– que a sol; y, sin desdeñar al sol, el olor a tierra es más penetrante y afanoso, y alegre, que el del sol. Y es que, aunque el sol caliente y vigorice, la tierra acoge y amamanta, es más maternal; tal que, concediéndole al sol ser el que despierta y mete en sueños, es la tierra, no obstante, la que canta laudes al alba y nanas al anochecer. La tierra es la melodía de una gran sinfonía: la vida. ¡Olor a tierra mojada! Olor a armonía y a vida, y a temblor de hoja y a gorjeo de paloma, y en todo caso, Diario, olor a don de Dios (12:51:57).
lunes, 12 de septiembre de 2022
domingo, 11 de septiembre de 2022
MARÍA, HERMOSO POEMA
-Para describir qué es un poema, hay que usar palabras poéticas. María, la Virgen, es toda ella un poema escrito por la sabiduría y la pluma de Dios. Hoy, Murcia, se viste de fiesta, celebra a la Virgen de la Fuensanta, su patrona, su señora, su libro de poemas. María es un hermoso poema nacido del amor de Dios. Dios Padre la crea, Dios Hijo la redime, y Dios Espíritu Santo la desposa. Por eso puede decirle con el Cantar de los Cantares: «Eres toda hermosa, amada mía, y no hay en ti defecto». Dios la ha hecho Joya única, sin mota ni borrón, toda luz, fuente que mana aguas puras de la que se puede beber, al tiempo que mirarse en ellas. Es fuente que alegra, que salpica, que riega el jardín de Dios. «Me has enamorado con una sola de tus miradas, con una vuelta de tu collar», sigue el Cantar. Mirar es hablar silencios, que, a veces, dicen más que las palabras. Una mirada puede trasmitir latidos, emociones, sentimientos, vuelos. El aleteo del amor vuela en una mirada. Mirar es encontrarse, y, en ocasiones, darse. El amor hace brotar «jardines de granados, con frutos exquisitos». Tanto que en el «jardín cerrado» que es María, el Espíritu Santo creó su alhaja maestra: Jesús. Jesús, que según el Cantar de los Cantares, es, en ese huerto cerrado de María, «nardo y enebro y azafrán, canela y cinamomo, árboles de incienso, mirra y áloe, con los mejores bálsamos y aromas». En el entorno de María, Diario, todo es poesía, belleza, palabras exquisitas; Dios se recrea en la descripción de la Mujer que amó, hasta llamarla «Esposa mía, amada mía», en ti descanso (12:17:08).
sábado, 10 de septiembre de 2022
CONTANDO COSAS
viernes, 9 de septiembre de 2022
UN SOL SIN SOMBRAS
jueves, 8 de septiembre de 2022
POR LA PAZ
-Todos los días me uno, con la Iglesia, a la oración del Papa por la paz. El primer don de la resurrección fue la paz; luego, se nos dio al Espíritu Santo y la misión de predicar por el mundo el evangelio. Jesús, mostrando las llagas en manos, pies y costado, y perforando la materia con su cuerpo glorioso («entró estando los discípulos con las puertas cerradas»), les dijo: «Paz a vosotros», y lo repitió dos veces. Dos veces la paz, y una el Espíritu; sin duda porque la paz es el camino del Espíritu; pero un camino de ida y otro de vuelta. El Espíritu trae la paz y vuelve llevándose nuestra paz a su lugar trinitario. No es verdad que para que haya paz sea preciso prepararse para la guerra. Esa es una frase felona, infame, de mercaderes sin escrúpulos. En Occidente ya no hay otro espíritu que el del mercader o materialista. En la guerra (en general), no se mira la paz, sino el negocio. Se negocian vidas por dólares, euros o libras; es decir, con la nueva moneda con la que Judas vende actualmente al Cristo huido y sin patria, humillado. Ucrania llora y los señores de la guerra ríen, sus cuentas corrientes engordan. No a la guerra, Diario, y sí a la paz, la que libera al hombre de su animalidad, y lo hace conciencia, razón, sabiduría (18:04:14).
miércoles, 7 de septiembre de 2022
SEDUCIR EL FUTURO
martes, 6 de septiembre de 2022
Trece meses, un servidor. F: Familia. |
-¿Nunca te has reído de ti mismo, de tus defectos, de tus limitaciones? Inténtalo: es otra clase de risa; una risa humilde, liberadora, terapéutica. Cura la hemorragia de la vanidad, de la tonta hinchazón, y te acerca a la realidad de amarte (y soportarte, quizá) tal cual eres. En mi caso: un tipo bajito y con gafas de miope, y aún con timidez de principiante en casi todo; eso, sí: también con la ilusión de no alejarme mucho de mi niñez, la que revive mi poema Aquella niñez o tiempo, en mi libro Introducción a una selva incipiente, de cuando estaba y vivía «en el don de la juguetería», y nombraba las cosas con amor asombrado, como «madre», «pan», «mañana», «Dios»… Maravillándome de nombrarlas y poderlas escribir. Reírme a veces de mí mismo me hace ser más tolerante con los demás y más amigo (hasta el extremo de no consentirme lo que no está bien) de mí mismo. Reírse de uno mismo es dejar que la humildad te cubra, y evitar que te venza el exceso. Es algo así como volver al barro del que venimos, y dar gracias por el aquel soplo –el Aliento de Dios– que nos infundió la vida y la sabiduría, y con el hecho además, nunca suficientemente agradecido, de poderlo contar (11:58:29).
lunes, 5 de septiembre de 2022
UNA VIDA HUMILDE
Dios sonríe en Juan Pablo I, papa y beato. F: Vida Nueva |
-Me levanto,
parpadeo, doy unos pasos con dudas, me santiguo –«un día más», digo– y doy
gracias. Son las siete y al sol le cuesta encenderse en el horizonte. Las
palabras se me hacen plegaria e himno en la boca, y reverencian al Dios de la
misericordia. Oigo noticias, todas terribles, salvo alguna amable: la
beatificación de Juan Pablo I. Fue Papa solo 33 días; Dios, en él, no quiso
sonreír más; demasiado el llanto del mundo. La humildad de Juan Pablo I la
convirtió en sonrisa, buscando siempre la voluntad de Dios. La sencillez
sonríe; la soberbia se carcajea. Es hermoso lo dicho por el papa Francisco de
él; Albino Luciani, dijo, «se consideraba a sí mismo como el polvo sobre el que
Dios se había dignado escribir». El polvo elevado a la categoría de papel donde
poder escribir el poema –la belleza– de una vida humilde, alegre, serena, abierta
al diálogo, sin resentimientos, y en Dios, vida donada toda ella a la persona
humana. Dios, como sucedió en el evangelio, se agacha y escribe sobre el polvo del
papa Luciani la sonrisa de una vida evangélica, que acabó haciéndose cruz y
donación, y, al fin, aleluya glorioso. El papa Juan Pablo I, con su sonrisa,
Diario, «logró trasmitir la bondad de Dios», ha dicho el papa Francisco
(12:39:40).
domingo, 4 de septiembre de 2022
PALOMAS EN EL AIRE
sábado, 3 de septiembre de 2022
EL MAR ES POEMA
viernes, 2 de septiembre de 2022
EN BICICLETA
-Insiste el calor como una mosca en una herida: mordedor y molesto, insistente. No hay modo de quitárselo de encima. Es como una lengua que se pega al paladar, un conato de incendio, o un Fahrenheit 451 –novela de Ray Bradbury–, quemando libros. El calor siempre llega de abajo, así como el frío de arriba. Norte, frío; Sur, ardiente. Pero voy a decir que me apena más ver a un indigente en bicicleta con frío que con calor. Con el frío, los indigentes en bicicleta parecen más desamparados, como si pedalearan en más soledad; el frío despuebla las carreteras y hace más íntimos los pueblos. Los hay, indigentes, que llevan barba, pero todos, tristeza y estrechez. En la bicicleta, apenas va el indigente y lo poco que posee: un bulto de pobreza en el trasportín y su afán por llegar a alguna parte. Llegar adonde lo reciban o lo rechacen; donde lo reciban con un plato de sopa caliente o el desaire de ni mirarlo. Hoy he visto a un indigente en bicicleta y he pensado qué será de él el próximo invierno, cuando el frío, la nevada, el desamparo. Pedaleaba cansino. Pero estoy seguro que a él no le inquietarán aún los fríos del invierno, sino dónde pasar la próxima noche, y, echado y con las manos en la nuca, poder así contemplar la Luna de agosto, casi azul, casi célibe, y hacerle algún poema, que nunca escribirá. O sí. Pues, tal vez, por ser poeta, se haya echado a los caminos «para hacer camino al andar» y sentir, en la soledad terca y encelada de búhos, más cerca a Dios. Quizá (12:35:01).
jueves, 1 de septiembre de 2022
SE ESTABLECIÓ LA HIPOCRESÍA
miércoles, 31 de agosto de 2022
HORNO DE FUEGO
martes, 30 de agosto de 2022
LUZ
Luz y sombras, en el jardín. Torre de la Horadada. |
-Dice, con voz de urgencia, Isaías: «¡Levántate, resplandece…, porque la gloria de Dios se ha posado sobre ti!» Y es que si no eres luz, siempre serás sombra, o tiniebla, vayas delante o detrás de la luz; aunque estés erguido bajo la luz, con un charco de sombra, como pedestal, a tus pies, serás oscuridad. «Así brille vuestra luz delante de los hombres», dice Jesús. Con la luz hay colores: una mariposa, un hilo de seda de tela de araña oscilante en el árbol, un libro, una sonrisa en un rostro amigo; sin embargo, con la sombra, sólo hay negror, borrón, desilusión. Dar a luz es dar vida; entrar en las sombras –del Averno–, es morir. Solo si miras a la luz de frente, ciega; la sombra, por el contrario, siempre es ceguera, mutilación de la claridad. La virtud no teme a la luz, decía Fray Luis de León; no así la indignidad, añado yo. Si el salmo dice: «Y en tu luz –la luz de Dios– vemos la luz», yo deseo estar en esa «Luz», en la que no hay lugar para la sombra, Diario, sino para la vida; como dice el salmo, «ver en la luz de Dios». La luz de Dios no entorpece tu luz, al contrario, la hace más vibrante y diáfana, más humana y sutil, más celeste (12:02:49).
lunes, 29 de agosto de 2022
DISFRACES
domingo, 28 de agosto de 2022
-Ayer celebramos una fiesta doméstica y conyugal. La fiesta de unos esposos, María y Antonio, que, 42 años después, se siguen dándose sin pereza a sus hijos, y regalándoles –como les regalaron la vida– la belleza y el descanso de la alegría, con el acontecimiento de verse, en casos como éste, todos juntos. O el acorde vivo y emocionado, deslumbrador, de la familia. Hubo música y niños que jugaban, y hasta un vientecillo benévolo que se unió al prólogo en el exterior del salón, donde iba a ser la comida. El amor que se dan los cónyuges es un amor humilde, celebrativo, coloquial, que perdona y siempre da; es un amor de cruz –hasta de sepulcro, a veces–, pero que al fin lleva a la resurrección. En los desposados, la cruz se vive cada día, y la resurrección, cada vez que piensas y ves lo que has dado y lo que recibes, como ayer. Das mucho, poco a poco, como las aves a sus crías en el nido, pero recibes tanto como has dado, o más, con la gran sinfonía del vuelo de los tuyos en el trajín de la vida. Los ves volar y te dices: «Ese vuelo lo he inventado yo», y te parece volar en las alas de ese vuelo filial. Como dice una escritora norteamericana: «Para tener un buen matrimonio, hay que enamorase muchas veces, pero siempre de la misma persona.» (Mignon McLaughilin). Ayer, contemplando la celebración de María y Antonio, volví a mi juventud, donde todo es porvenir y belleza, y proyectos insólitos, maravillosos, que luego pasan a ser recuerdos, también insólitos, y maravillosos. Vivo, Diario, mi segunda juventud (12:52:13).
sábado, 27 de agosto de 2022
LUGAR DE VERSOS
Volver a la Luna, para dar un segundo paso. Casa Sacerdotal. Murcia. |
viernes, 26 de agosto de 2022
CON VIENTO FRESCO