sábado, 11 de julio de 2020

11 de julio de 2020. Sábado.
SOLO SÉ QUE VIVO

Fragilidad y libertad, en el trigal.

-Otra vez sábado, ¿o es martes, o jueves, o lunes? ¿O es otro día que aún no ha existido? No sé, solo sé que vivo, y que puedo ver y contar cosas, y decir Dios y amor, y tiempo y agua, y árbol y luciérnaga, o que me gustaría escribir un nuevo libro. Decir. La vida es tocar la libertad, celebrarla y mandarla a urdir sueños, que, luego, poco a poco, pueden hacerse realidad, o no. Pero lo importante es haberlos tenido, los sueños, como diamantes que había que pulir, y que, en el intento, golpe a golpe, o consigues embellecerlos o se te rompen. Porque soñar, aun sin dormir, es el más bello acontecimiento que te puede regalar la vida. Soñar despierto, con todo el universo ante tus ojos, descubriendo mundos más allá de los conocidos, y ya pisados. Como dice el evangelio: soñar «cielos nuevos y tierras nuevas», donde habiten la justicia y la paz, y una mesa compartida, y pan que partir, y amapolas en los campos, para poderlas contemplar, pero sin tocarlas, porque como dice Ana María Matute, en su libro El Río: Si las coges, inmediatamente se te mueren entre los dedos, «como una mariposa». Las amapolas y las mariposas, Diario: o la imagen más frágil y bella de la libertad (12:06:39).

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