14 de julio de 2020. Martes.
CANTO, Y LLORO
El cielo canta y llora, en Murcia. F: FotVi |
-En ocasiones, suele
decirse: «Canto por no llorar». Hoy, sin embargo, digo: «Canto, y lloro». Canto
por poder rezar y poder decir Dios –se me llena la boca de libertad–, por los
bellos silencios que acompañan a las palabras, por esa florecilla, humilde, que
luce bajo el sol. Canto por la libertad, por el amor. Canto por la risa, por el
dolor. Es decir: ¡canto por todo lo que es la vida! Ese don inesperado que nos
acompaña y que apenas agradecemos. Al tiempo que lloro. Y lloro porque, contrariamente
a lo que dice la Escritura, la justicia y la paz no se besan: no hay respeto por
los derechos humanos, se ha esfumado la equidad, se vive tenazmente en un clima
de enemistad y confrontación, se celebra más el egoísmo que la misericordia, se
vive en la mentira más que en la verdad, y se oye decir «yo» –egolatría– más que «nosotros»
–hermandad–. Es la razón, Diario, por la que, a un tiempo, canto y lloro; canto
porque existen la justicia y la paz, y lloro porque todavía no hemos logrado que
«se encuentren», se miren, se hablen, y, rendidas la una a la otra, se besen (19:43:44).
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