21 de julio de
2020. Martes.
PRUDENCIA
Luz en la oscuridad, Notre Dame. París. F. FotVi |
-Viajo a San Pedro, con
mascarilla y prudencia y una plegaria, por la que pido a Dios su protección. La
mascarilla y la prudencia las pongo yo; la protección se la dejo toda a Dios. Yo
suelo decir con el salmista: «El Señor es mi luz y mi salvación, / ¿a quién
temeré?» Esa luz me abre los ojos, me espabila los reflejos, me evita la
cabezada; es decir, ilumina mi inteligencia. Es la luz que va delante de mis
pasos, guiando mis ojos y mis pies. Con esa luz, ¿a quién puedo temer? Y de
este modo, con lo que Dios pone y pongo yo, Diario, me echo a la carretera y –como
decía mi madre–: «Sea lo que Dios quiera». Y Dios ha querido: he vuelto a casa,
sano y salvo, y con unos instantes más de vida, vividos y celebrados (19:22:54).
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