miércoles, 23 de septiembre de 2020

23 de septiembre de 2020. Miércoles.
EL VIRUS Y LA POLÍTICA

Creían que no se contagiaba, los políticos. El País. 

-Duermo bien, y me da miedo despertar. Todo está embarrado, emborronado, una vez más, de pandemias: la viral y la política. Despiertas y te metes en el fango y el tizón, la ceniza, del virus y de lo político. El virus no da tregua. Se extiende como una mancha de aceite perversa y airada, aniquiladora; y la política, que, en vez de mirar al virus para destruirlo, o contenerlo, se mira el ombligo, y se complace en sus errores; errores que, al darse cuenta de que lo son, en menos que cae una hoja del árbol, los carga, sin pudor, sobre la espalda del adversario. Los políticos se tiran, como confetis, pifias y yerros, atrocidades. Las malas aves nos persiguen. Menos mal que, al despertar, y después de los miedos, leo la prensa y descubro que no todo es malo en el mundo, que hay luz en muchos ojos, y miradas limpias, y corazones que laten bondad y destellos sin sospechas. Leo en ABC: «Italia acogerá a 300 refugiados de Lesbos a la iniciativa de un Movimiento Católico, la Comunidad de San Egidio, en Roma». Dios nos deja su bendición con acciones solidarias y radiantes como ésta. Lo que la política nos quita por un lado, Dios nos lo da por otro; Dios, el que cada día da de comer a los pájaros, que, agradecidos, cantan y honran al árbol –y a Dios– con sus himnos (11:20:47).

No hay comentarios:

Publicar un comentario