jueves, 11 de agosto de 2022

11 de agosto de 2022. Jueves.
HILO DE MANANTIAL

Tras la lluvia, manantiales en el jardín. Torre de la Horadada. 

-Siempre lo he dicho: es mejor que se te aparezca Dios que no un subalterno. Pero a falta de Dios, bueno es un subalterno, y, si no hay otra presencia, hasta un ateo me vale como subalterno. No es broma: el ateo, al negar a Dios nos pone, aun sin quererlo, en su pista. El ateo es una biblia abierta y áspera por donde Dios transita, salvando obstáculos. En la Escritura se suelen contar apariciones de Dios en forma de ángel o de mancebo, y aun en forma de fuego o columna de nube. «El Señor los precedía por el día en una columna de nube para marcarles el camino…», cuenta el libro del Éxodo. Pero si el subalterno es un profeta, entonces esa presencia de Dios me merece un gran respeto. El profeta no es Dios, pero sí su palabra: habla y escribe lo que Dios le inspira. El Espíritu de Dios va guiando su pensamiento y su pluma. Ser profeta es andar revestido de la palabra de Dios, diciéndola sin miedo y obrando en consecuencia con aquello que se dice. Hoy he oído a un profeta decir: «Amad la justicia, los que juzgáis la tierra». (Sb 1, 1). Amad lo justo; o amad lo que está en consonancia con la voluntad divina. La voluntad divina, Diario, es todo y sólo amor; por lo que juzguemos en el amor siempre, y así viviremos en la libertad interior, consecuencia de toda justicia que, como hilo de manantial de su amor, emana de Dios (12:45:18).

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