lunes, 22 de agosto de 2022

 22 de agosto de 2022. Lunes.
CARTA A LA CASUALIDAD

"Hágase la luz, y fue la luz", Génesis. Torre de la Horadada.

-Le he escrito una carta a la casualidad, y da la casualidad que no me ha contestado. Y es que la casualidad y la nada son de la misma familia y por tanto tienen parecidas reacciones; si les escribes o les hablas, no contestan: nunca están. Mi carta decía: «Casualidad, dime cómo empezó todo» (me refería al Big Bang y eso), pero no he recibido respuesta. La casualidad no suele hablar; aunque los hay que dicen hablar por ella, en su nombre. ¿Cómo empezó todo? Por casualidad dicen algunos, considerados sabios. Aunque bien visto, es un modo de no decir nada. Afirman determinados científicos que el Big Bang (o «gran explosión», y sin olvidar la teoría de la relatividad) fue consecuencia de una «singularidad espaciotemporal». ¿Pero tiene nombre esa singularidad? Singular es lo que se distingue o separa de lo común, algo extraordinario. ¿Y si le pusiéramos nombre a esa singularidad?; ¿tanto cuesta? Porque de lo contrario, vamos a tener que afirmar con Voltaire, que «la casualidad no es, ni puede ser más que una causa ignorada de un efecto desconocido». De causa ignorada habla Voltaire. Y de efecto desconocido; cuando en realidad se ignora la causa, pero no el efecto, que ahí está: el Big Bang. ¿Ignorada la causa? ¿Deliberada o casualmente? Pero hubo alguien que le puso nombre a la causa. «En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios», escribió Juan, el evangelista. He ahí el nombre: «En el principio», la Palabra, antes de la singularidad espaciotemporal, en la inauguración de todo, cuando el Big Bang se desperezó y empezó a ser un universo oceánico expandiéndose, libre, eclosionando luces aquí y allá, poniendo millones de años luz de por medio, la Palabra estaba allí, componiendo la gran y bellísima odisea del espacio, ya que «todo se hizo por ella», señala el inspirado Juan. Y todo porque «en ella estaba la vida», y la vida era la luz de los hombres. El origen de todo, señor Voltaire, no es una causa ignorada, sino la Palabra, que existía antes de todo, y era Poesía: era Dios. Y la casualidad, Diario, todavía sin contestar a mi carta; en todo caso, quién sabe si otra vez será, quizá; esperaré (22/08/2022).

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