27 de octubre de 2020. Martes.
ALELUYA AZUL
ALELUYA AZUL
-El día despierta con
un aleluya azul en los cielos. Aleluya que pasa a mis ojos; y ríen. Esta mañana
quería ser feliz, deseaba no pensar. He mirado al cielo y me he ido por los
cerros de Úbeda de allá arriba. Ha pasado una paloma y he deseado irme a volar
con ella: le he pedido permiso, pero ella, más realista que yo, me ha dicho: «No
puedes». Y se ha ido, con sus vuelos azules, planeando, hasta perderse en la
lejanía. Pero del no querer pensar, he vuelto a desear hacerlo, y he dejado
volar la imaginación. Con Elliot, ET (el Extraterrestre) y yo, en bicicleta, he
escapado de la mediocridad, y he llegado hasta dar alcance a la utopía. Donde no caben ni la mentira ni los eufemismos, ni confinamientos
interesados y crudos, crueles. En la isla de la Utopía todo es claridad y bien,
cosas que en este mundo real no existen. O existen poco. Me despido de Elliot y ET, bajo de la
bicicleta, y me centro en mi mundo: el de cumplir años, el de leer, el de
escribir, el de las zozobras y los gozos, el de soñar que toco a Dios, y, cuando
parece que lo atrapo, se me escapa. Y: «Felizmente», me digo, porque
así sigo buscando, rezando, contemplando mañanas con aleluyas azules; es decir,
días felices, aunque solo sea por unos momentos de ensueño, de esplendor, de
esperanza inspirada. Aunque solo ocurra alguna vez, Diario... (11:52:42).
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