14 de abril de 2021. Miércoles.
EL ERIAL DEL ODIO
EL ERIAL DEL ODIO
-Miro caer la lluvia y me imagino el trigal colmado, y al segador agavillando
la cosecha, para que no se le vaya con el pájaro y vuele. Miguel Hernández, en
su poema Diario de Junio, escribe:
«Día uno. Cae un agua sobre el huerto /
justa como un anillo». Así es esta lluvia de abril, ajustada, escueta, tan piadosa.
A veces, siento envidia del agua de lluvia que fecunda y florece en río, en
árbol, y que corre hasta llegar al mar, donde se hace extensión y reflejo, y
cielo invertido. Libertad azul. Envidio la lluvia, pero en absoluto la política
última, la de ahora mismo, la que se asienta en el erial del odio y la
mentira sin pudor, audaz, como con sonrisa de perro que babea y ladra. Y que no
solo enseña los dientes; si puede, muerde. Con Sánchez a la cabeza, esta
perturbación que él mismo es, mastica ficciones y fábulas, y, en vez de tragarlas,
las echa fuera, como el que muerde granos de uva y escupe los huesos sin mirar
adónde van. Es un mal prestidigitador al que se le ven todas las trampas, un
mago del trágala y el fraude. Es el mentiroso que, enseñando su mano, dice:
«¿Veis? Esto no es mi mano, son cinco pájaros volando», los dedos, y miramos, y hay quien
no le cree, unos pocos; pero otros le creen y luchan por hacer verdad tal
desvarío. Dice el salmo: «Líbrame, oh Dios, del labio mentiroso, y de la lengua
fraudulenta». Le pido a Dios, Diario, que acabe esta magia y nos visite la
verdad, la que, como decía Cervantes, «siempre anda sobre la mentira como el
aceite sobre el agua». Que suceda así, amén (17:34:01).
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