jueves, 14 de enero de 2021

14 de enero de 2021. Jueves.
EL SOL DESINFECTA

El sol alegra el palmeral, en el jardín. C. Sacerdotal. F: FotVi

-Ahora, cuando amanece, en vez de usar gel hidroalcohólico, me froto las manos con rayos de sol. El sol desinfecta y alienta; y, sobre todo, si te encuentra con un himno de alabanza en la boca: «Rezamos, te alabamos, / porque existes, avisas; […] / Y ahora toda la luz / se posó en nuestra orilla». Laudes. ¿Recordáis? «La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros», dice San Juan. Que es lo mismo que decir: «Puso su tienda junto a la nuestra», e iluminó el campamento. Y ahí vive, y saluda, y habla como cualquier vecino; ah, y nunca miente. Es un vecino ejemplar, que no discute, que escucha, que ríe con el que ríe y llora con el que llora, que da la mano, y que nunca se ha presentado en lista alguna electoral a concejal o diputado, es demasiado decente (como algunos) para caer en tamaño cenagal. Aunque podría dar «brillo y esplendor» al oficio –de vivos– de la política; pero él quiere ser arriero antes que señor que arrea. Ni siquiera desea ser cura de pueblo: él solo quiere ser un vecino que da y estrecha la mano, y, con desparpajo de guitarra bien afinada, cantar himnos, y decir Padre y Amor en el idioma que le pidan, e inspirar a profetas y poetas para que canten con belleza estremecida el valor de la bondad y la ternura, virtudes que él practica sin incienso y desde su humilde intimidad. Yo creo, Diario, en este vecino de mi casa, que me saluda por las mañanas y luego, sin pedirme nada a cambio, me da la libertad, me sonríe, y me enseña a decir hermano, y, en la adversidad, me consuela. Buen vecino (13:31:39).

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