8 de diciembre de 2020. Martes.
EL LADO ROMÁNTICO DE DIOS
EL LADO ROMÁNTICO DE DIOS
-El lado romántico de
Dios (con Goethe y Rousseau y Bécquer al acecho) se manifiesta en la
preservación de la Virgen María del pecado original, lo que más que un hecho
teológico (no digamos escolástico), es sobre todo un hecho de amor. La teología
sin amor es pura especulación, una especie de filosofía discursiva, una oquedad
científica; pero nada más: un artilugio ruidoso, sin un amor dentro que lo haga
volar. Copio (permítemelo, José María Cabodevilla), lo que tú escribiste, tan
bello, un 8 de diciembre de un año cualquiera de tu vida; dijiste: «He aquí
hasta dónde puede llegar la omnipotencia divina, su obra máxima, la que marca
el límite de un poder que confesamos infinito: Dios ha creado una madre para
sí. Al lado de esta mujer, toda la grandeza de la tierra y los océanos, y el
firmamento con sus astros más brillantes, y los innumerables coros de los
ángeles y arcángeles, la creación entera en su totalidad empalidece y se vuelve
insignificante si la comparamos con esta criatura de excepción, este alarde del
Omnipotente, esta mujer llamada María. Dios, que es incapaz de hacer otro Dios,
ha hecho lo que más podía: una madre de Dios». Te felicito, María, eres la Madre;
te felicito, Dios, eres el Hijo. Tal Madre para tal Hijo, Diario, y yo, el otro
hijo redimido, perdonado, y habitado por el Espíritu, con María llevándome de
la mano –¡Oh, Madre!– a Dios (21:35:24)