23 de noviembre de 2020. Lunes.
GRITO COLOR
NARANJA
-Ayer, el grito de
libertad vistió de color naranja las ciudades, las engalanó de huerta
mediterránea (tantos naranjos plantados en medio de la ciudad), de cabalgata de
alegría, de juventud, de inteligencia, de creatividad, significados del color naranja.
En esta ocasión, el grito color naranja, le sacó una tarjeta amarilla al
gobierno de la mentira y la ideología desbordada, al gobierno que pretende ser
despótico e injusto. Inquisitorial. El color naranja es la vitamina C contra
el resfriado de la esclavitud y las cadenas. Ayuda el circular de la concordia
por las venas de la democracia, liberándola del colesterol obstructor de la
imposición de cualquier totalitarismo arbitrario y vejatorio. Ayer, España, se
bebió un vaso de vitamina C contra la llamada «ley Celaá», saboreando todo el
esplendor íntimo de la naranja, su exquisito sabor a buena salud en libertad. Muerdo
una naranja, la paladeo, y veo el cielo abierto en mi boca, como si Dios me
tocara con su dedo –el dedo de Dios en la capilla Sixtina– y, con su dulzor, reanimara mi vida. La vida en libertad. Desde ahora, Diario, siempre que muerda un
gajo de naranja, creeré que estoy saboreando la palabra libertad, lo masticaré
despacio, lo bendeciré despacio, y daré gracias a Dios, despacio, por haberme
dado tal placer: el de la libertad masticada y gustada como alimento –vitamínico
y espiritual– para mi alma (11:39:15).
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