lunes, 30 de noviembre de 2020

30 de noviembre de 2020. Lunes.
EL LENGUAJE DE LAS COSAS

El mundo leyendo su entorno. Las Palmas. Gran Canaria. F: FotVi

-El Papa Francisco, en la encíclica Laudato si, ha dicho: «Todo el universo material es lenguaje del amor de Dios… El suelo, el agua, las montañas, todo es caricia de Dios». Dios habla en el lenguaje de las cosas que ha creado: son su abecedario, su modo de decir: «Te amo». Son su diccionario –perplejo, asombrado, revelador– de su amor abierto y sin fronteras. En la luz, ama; en el silencio, ama; en el árbol y en las estrellas, ama. ¡Y en las galaxias allá perdidas, ama! Donde mires, donde te encierres, en cada cosa pequeña o grande, en cada acontecimiento de la naturaleza, contemplarás, como un río ancho y profundo, el amor de Dios. «Cuando admiro las maravillas de una puesta de sol o la belleza de la luna, mi alma se dilata en la adoración del creador», decía Mahatma Gandhi, el líder que venció en la guerra por la independencia de la India, sin armas, con solo la paz que nace del amor. Paz que se halla en el diccionario del amor de Dios. Esta mañana he rezado con el sol dándome en la lengua, en las palabras, en la oración. Y todo era luminoso, con llamas, con centelleos sutiles, pues rezaba en el mismo lenguaje de Dios. Es por lo que he podido decir: «En su templo –el de la creación– un grito unánime: “¡Gloria!» Como dirán los ángeles la noche de Navidad, cuando la Luz, Diario, se haga Niño en el pesebre de la humildad, en el heno de la verdad (11:54:28).

2 comentarios:

  1. En el silencio de la reflexión y meditación, la voz de la inmensa y rica naturaleza aflora con palabras inaudibles, plenas de significado y que se esconden en nuestro corazón. Así, no se puede romper el silencio, tan necesario en el estrepitoso rugido del vocerío humano. Dios revela a lo creado lo que Él nos quiere transmitir.

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    1. Bella reflexión, amigo José María: la naturaleza siempre nos habla, desde su sencillez y desprendimiento, y llena todos los silencios de nuestro corazón. La naturaleza habla callando, y así manifiesta la belleza de su creador La naturaleza no hace apología de sí misma: solamente está, y se ofrece para el que la quiera admirar y bendecir. La naturaleza, como decía San Francisco, siempre nos habla de Dios. Un abrazo.

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