sábado, 21 de noviembre de 2020

21 de noviembre de 2020. Sábado.
ESPERANZA INFINITA

Fuente de agua fresca. Las Palmas. Gran Canaria. F: FotVi

-Me he despertado con un nudo de desesperanza en los ojos y en el corazón. Vamos echando días atrás –me he dicho–, como el que va dejando paisajes y pañuelos de despedida en el viaje de la vida. Es aburrido, con el pañuelo en la mano, estar siempre despidiéndote de todo aquello que te animaba y te daba vida. Aquella vida sin mascarilla y libre, fecunda, bella como una perla, bella como el silencio que queda tras leer un verso perfecto, hermoso. «Serán ceniza, mas tendrá sentido; / polvo serán, mas polvo enamorado». Quevedo. Aquella vida, ¿volverá? Y, de pronto, al leer –siempre es un lujo para el espíritu hacerlo–, me doy con esta oferta, callada, de esperanza: «Debemos aceptar la decepción finita, pero nunca perder la esperanza infinita». Autor: Martin Luther King Jr. La decepción es limitada, por muy larga y extensa que se haga. La esperanza, sin embargo, se alza sobre los horizontes y toca el otro lado de las cosas, donde se oculta la felicidad, siempre difícil de alcanzar, pero asequible. El Dios secreto, oculto, el Dios de los silencios, se abre cuando apremia la necesidad; es decir, cuando los nudillos del amor llaman a su puerta y abre e ilumina, con su presencia, los ojos del que le mira y el corazón que le suplica, y llena de esperanza, Diario, el odre de nuestra oración, sin medida, hasta desbordarse, como una cerveza, muy fresca, servida por Dios: cerveza amor, que calma toda sed (12:35:34).

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