14 de enero de 2022. Viernes.
HUMOR Y SENTIDO
HUMOR Y SENTIDO
-«Si me bajo del humor, apenas queda algo de mí», dijo el sabio. Tener
sentido del humor es librar el corazón de musarañas y de diablillos malignos,
que tanto incordian y entristecen. No es el chiste, es el humor. El Diccionario
define el humor con dos palabras: «Jovialidad y agudeza». Quien hace o ríe con humor
se supone que es apacible y sosegado, clarividente y sagaz, lúcido, y aun lírico;
es decir, poeta. El poeta es quien dice a veces cosas inabarcables, que sin
embargo caen bien y liberan el espíritu. El humor es inteligencia, pocas
palabras y algún que otro gesto desorbitado que te saca de lo cotidiano y te
hace reír, o soñar. Ejemplo: El cine mudo era mudez, diversión, risa. Cuando el
cine mudo dejó de ser lenguaje –cinematográfico–, se convirtió en verbosidad.
El cine mudo era la sombra y el gesto, y la expresión, o los movimientos atropellados. Su lenguaje era el del niño o el del sordomudo, y se entendía. El
andar trastabillado de Charlot tenía más vis cómica que toda la palabrería
decidora y ocurrente –alguna vez– de Woody Allen. Santa Teresa de Jesús solía
decir: «Un santo triste es un triste santo»; y San Tomás Moro: «Concédeme,
Señor, una buena digestión, y también algo que digerir». El buen humor, Diario,
no está reñido con la santidad; al contrario, la humaniza, la hace más festiva
y atractiva, menos ceremonial y más cercana al Dios que dijo aquello de: «Dejar
que los niños se acerquen a Mí»…, y rio (11:38:20).
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